Con un templo catedral lleno de fieles que acompañaron a sus sacerdotes y diáconos, se celebró la Misa Crismal este miércoles 27 de marzo, desde las 19:00 horas.
En procesión entraron todos los diáconos y sacerdotes junto al obispo de la Diócesis de Talca, el padre Galo Fernández, para dar inicio a esta Eucaristía tan especial en donde se consagran el Santo Crisma y los óleos que será utilizados durante el año. Luego de la liturgia de la Palabra nuestro pastor se dirigió a todos los presentes expresando que “en la víspera del Jueves Santo, el día en que Nuestro Señor Jesucristo instituyó la Eucaristía como memorial de su sacrificio redentor. Y en este día santo que nos introduce a los misterios centrales de nuestra fe nos reunimos como una sola Iglesia para renovar nuestra disponibilidad para servir a Jesús y a su pueblo. Para hacernos Pan que se entrega como alimento de vida nueva”.
“Esta tarde nos alegramos de encontrarnos con toda nuestra diversidad compartiendo una misma vocación y misión. En territorios distintos, del campo, la costa o la ciudad, con carismas y cualidades diversas. Juntos en íntima comunión con Jesús Buen Pastor venimos a renovar la vocación de servidores de su Iglesia. Ello nos recuerda que este ministerio no nos pertenece, sino que lo hemos recibido por gracia y que ello nos exige permanecer en íntima y profunda comunión con Cristo y con la Iglesia”, agregó nuestro pastor.
Así mismo, monseñor Fernández agradeció por el don precioso de la vocación, y agradeció a los fieles presentes por el apoyo y el cariño con el que acompañan a sus sacerdotes. De igual forma, agradeció a los diáconos, por su espíritu de servicio.
“Damos gracias por su disponibilidad y espíritu de servicio que está a la base también del ministerio sacerdotal. Un presbítero no renuncia a ser Diácono con su ordenación. El Diaconado como vocación a configurarse como Jesús Servidor es la base sobre la cual se construye todo ministerio. Gracias a ustedes por las innumerables tareas que asumen para apoyar a sus presbíteros en el servicio del pueblo de Dios”.
Para concluir el obispo aseveró que “renovamos nuestras promesas para dejarnos guiar por el soplo suave del Espíritu que anuncia el año de la gracia del Señor, que ofrece su consuelo, que cambia la ropa de luto en óleo de alegría”.
Renovando promesas
Luego de la homilía, los presbíteros renovaron sus promesas sacerdotales respondiendo con un ‘Sí, quiero’ a las preguntas realizadas por el obispo, para dar paso a la liturgia de la Eucaristía, donde se presentaron el Crisma, los óleos de los catecúmenos y los óleos de los enfermos, mientras se preparaba el altar con los dones del pan y el vino.
Seguidamente, nuestro pastor diocesano incensó el altar, y posteriormente un diácono lo incensó a él, al presbiterio y al pueblo de Dios presente, para continuar con la liturgia de la Eucaristía.
Continuando con la celebración, los diáconos presentaron el ánfora con los óleos de los enfermos, que fue bendecido por nuestro pastor diocesano. Y luego de la comunión, se presentó el óleo de los catecúmenos, para también ser bendecido y el santo Crisma, el cual es soplado por el obispo, para bendecir y santificar este aceite perfumado, así mismo los presbíteros en comunión con el obispo participaron también de la consagración del Crisma extendiendo su mano derecha.
Más adelante en la celebración, se invitó a los diáconos junto a sus esposas para renovar sus promesas diaconales, momento que fue recibido por un caluroso aplauso de los presentes. Además, se brindó un pequeño homenaje al hermano Guido Goossens, por sus 50 años de servicio en nuestra Diócesis de Talca.
Antes de culminar con la bendición, Monseñor Fernández también anunció la ordenación sacerdotal de José Ignacio Vásquez, el próximo 4 de mayo, en el templo catedral a las 11:00 horas, e invitó a todos los presentes a ser parte de esta alegría para nuestra iglesia diocesana.
Fuente: Comunicaciones Talca
Talca, 28-03-2024