Orientaciones fundamentales sobre su misión, formación e institución

Fecha: Miércoles 26 de Abril de 2023
Autor: Comisión pastoral de la CECh

PRESENTACIÓN

CAPITULO PRIMERO
PERFIL DEL MINISTERIO

CAPITULO SEGUNDO
FUNCIONES DEL MINISTRO DE CATEQUESIS.

CAPITULO TERCERO
ÓRGANO DIOCESANO DE CATEQUESIS Y CRITERIOS NORMATIVOS PARA ACCEDER AL MINISTERIO DE CATEQUISTA
Órgano diocesano de Catequesis
Requisitos
Admisión al ministerio de Catequista
Duración y regulación del ejercicio del Ministerio

CAPITULO CUARTO
PLAN DE FORMACIÓN
Orientaciones generales de la Iglesia para la formación del Catequista.
Plan de formación en las Diócesis
Itinerario formativo

ANEXOS
RITO DE INSTITUCIÓN
DECRETO QUE ASIGNA FUNCIONES AL MINISTRO CATEQUISTA

BIBLIOGRAFÍA FUNDAMENTAL

PRESENTACION

EL MINISTERIO LAICAL DEL CATEQUISTA EN LA IGLESIA EN CHILE
Orientaciones fundamentales sobre su misión, formación e institución

1. El Papa Francisco, mediante la Carta Apostólica en forma “Motu Proprio” Antiquum Ministerium (AM), del 10 de mayo de 2021, ha instituido el ministerio laical del Catequista, invitando a las Conferencias Episcopales a hacerlo efectivo, estableciendo un itinerario de formación y criterios normativos para acceder a él. El Dicasterio para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos, con posterioridad, mediante una carta de su Prefecto a los Presidentes de las Conferencias Episcopales sobre el rito de institución (1) , ha ofrecido diversas orientaciones sobre el mismo, insistiendo en que “es tarea de las Conferencias Episcopales clarificar el perfil, el papel y las formas más coherentes para el ejercicio del ministerio de los Catequistas en el territorio de su competencia” (2) .
2. Por el presente documento, la Conferencia Episcopal de Chile entrega orientaciones válidas para todas las Iglesia locales en el país, con el fin de hacer efectivo el ministerio del Catequista instituido por el Papa. Estas orientaciones han sido revisadas por la 126° Asamblea Plenaria de los Obispos de Chile, realizada en Santiago del 14 al 18 de noviembre de 2022, y aprobadas por el Comité Permanente en su sesión del 14 de diciembre de 2022, ad experimentum por tres años.




3. Los documentos del Papa y del Dicasterio para el Culto Divino, antes mencionados, expresan bien algunos elementos esenciales de este ministerio:

• El ámbito de acción del Catequista es el amplio campo del servicio pastoral de la transmisión de la fe y, en particular, la preparación de los sacramentos de la iniciación cristiana. Es un servicio “que se desarrolla en sus diversas etapas: desde el primer anuncio que introduce al kerygma, pasando por la enseñanza que hace tomar conciencia de la nueva vida en Cristo y prepara en particular a los sacramentos de la iniciación cristiana, hasta la formación permanente que permite a cada bautizado estar siempre dispuesto a dar respuesta a todo el que les pida dar razón de su esperanza” (3) .

• Es un servicio estable, laical y de fuerte valor vocacional: “Este ministerio posee un fuerte valor vocacional que requiere el debido discernimiento por parte del Obispo y que se evidencia con el Rito de Institución. En efecto, éste es un servicio estable que se presta a la Iglesia local según las necesidades pastorales identificadas por el Ordinario del lugar, pero realizado de manera laical como lo exige la naturaleza misma del ministerio” (4) . El carácter laical es reiterado por el Papa: “recibir un ministerio laical como el de Catequista da mayor énfasis al compromiso misionero propio de cada bautizado, que en todo caso debe llevarse a cabo de forma plenamente secular sin caer en ninguna expresión de clericalización” (5) .

• “El Catequista es al mismo tiempo testigo de la fe, maestro y mistagogo, acompañante y pedagogo que enseña en nombre de la Iglesia” (6) . Para esto necesita de “la oración, el estudio y la participación directa en la vida de la comunidad” (7) .

• El Catequista es corresponsable de la misión de la Iglesia y colaborador de los ministros ordenados: “Los Catequistas, en virtud del Bautismo, están llamados a ser corresponsables en la Iglesia local para el anuncio y la transmisión de la fe, desempeñando tal función en colaboración con los ministros ordenados y bajo su guía” (8) .

• Aunque es un ministerio estable, debe ser regulado en su ejercicio. Que sea estable significa que está establemente presente en la vida de la Iglesia y que los laicos pueden ser admitidos establemente en el ministerio, lo cual se expresa a través del rito de institución, rito que no puede ser repetido. Sin embargo, las Conferencias Episcopales deben regular su ejercicio en aspectos tales como su duración, contenido y modalidades (9) .

• No todo Catequista de iniciación cristiana ha de ser un Catequista instituido. No parece oportuno que sean instituidos con el ministerio todos aquellos que llamamos Catequistas, a quienes nos referimos aquí como “Catequistas de base”, para quienes basta alguna manifestación eclesial pública de que se les confía esa tarea. El ministerio instituido requiere un debido discernimiento de parte del Obispo, dado el fuerte valor vocacional que posee, la misión que se le encomienda y las exigencias de madurez humana y de fe que supone. Debiera instituirse Catequistas a quienes se les confía “una tarea de formación o una responsabilidad para coordinar toda la actividad catequística” (10) .

• El Catequista ha de tener una especial atención a los procesos de catequesis de adultos y a la evangelización de los alejados. La Carta del Dicasterio del Culto Divino le asigna al Catequista una especial preocupación por acompañar las diversas fases y ritos que viven los catecúmenos, por tanto, personas adultas que hacen un camino de introducción a la fe. También los compromete a “descubrir formas nuevas y audaces de anunciar el Evangelio que permitan suscitar y despertar la fe en el corazón de quienes ya no sienten necesidad de la misma” (11) .

• Un ministerio abierto a otras necesidades, colaborador del ministerio ordenado. El Dicasterio para el Culto señala que el Catequista es un ministerio abierto a una amplitud y variedad de funciones, para colaborar con los ministros ordenados en diversas formas de apostolado, tales como: liturgia dominical en ausencia de presbítero o diácono, celebración de exequias, asistencia de enfermos, coordinación de iniciativas pastorales, etc., sobre todo en situaciones en que hay una presencia inestable de ministros ordenados en la comunidad eclesial. Un Catequista instituido, señala el mismo Dicasterio, podría ser llamado a participar en el ejercicio de la cura pastoral de una Parroquia, según el canon 517 & 2, y siempre bajo la moderación de un presbítero (12) .




4. A la luz de las orientaciones del Santo Padre y del Dicasterio para el Culto Divino, y considerando además la experiencia de la Iglesia en nuestro país, la Conferencia Episcopal de Chile establece las siguientes funciones como propias y posibles del Catequista laico, siempre en comunión y bajo la guía de los pastores:

a) Iniciación Cristiana. El Catequista anima, conduce y coordina los procesos de iniciación cristiana de niños, jóvenes y adultos en una parroquia, decanato, diócesis u otra unidad pastoral.

b) Formación Permanente. El Catequista anima, conduce y coordina los procesos de formación permanente de los integrantes de la comunidad eclesial.

c) Formación de Catequistas de base. El Catequista conduce y coordina los programas de formación de los Catequistas de una parroquia, diócesis u otra unidad eclesial, y favorece el desarrollo de materiales y subsidios para la Catequesis.

d) Acción misionera en periferias y entre cristianos alejados. El Catequista anima, conduce y coordina la acción evangelizadora de la comunidad eclesial en vistas del anuncio del evangelio entre cristianos alejados y en periferias, favoreciendo la edificación de una Iglesia en salida. En este sentido, se le pueden encargar especiales tareas misioneras que ayuden a la implantación de la Iglesia en un determinado sector o lugar.

e) Otros encargos necesarios para la misión de la Iglesia. El Catequista asume otros encargos pastorales de parte del Obispo o párroco, cuando no hay otros fieles o ministerios que puedan realizarlos.

5. Como se ha dicho antes en el perfil del ministerio, el Catequista puede asumir diversas formas de apostolado para colaborar con los ministros ordenados, sobre todo cuando éstos tienen una presencia inestable o esporádica en una comunidad. Sin embargo, habrá que respetar siempre la presencia y función de otros ministerios laicales, evitando concentrar en una sola persona o ministerio diversas responsabilidades que los laicos pueden cumplir en la Iglesia. Esta amplitud apostólica que se da al ministerio del Catequista, por tanto, es una posibilidad real al servicio de la misión, pero debe comprenderse como algo excepcional.

6. Estas cinco funciones no son excluyentes unas de otras, es decir, un Catequista puede realizar más de una de ellas. Sin embargo, tampoco es necesario que una persona las asuma todas a la vez. Las tareas específicas que, en definitiva, un Catequista asuma, deben ser fijadas en el diálogo que tenga con la autoridad pastoral de la que depende directamente (Obispo, párroco) y en atención a la realidad en la que realiza su misión. Son funciones que pueden variar en el tiempo, y de las cuáles siempre hay que llevar un registro en el Decreto que asigna funciones al ministro Catequista, informando a la respectiva comunidad eclesial.






Órgano diocesano de Catequesis

7. Cada Iglesia local cuenta habitualmente con un departamento u órgano diocesano de Catequesis, a cargo de la animación y coordinación de tal acción pastoral. Dicha instancia, que será fortalecida si es necesario para un mejor cumplimiento de su misión, también coordinará y supervisará todo lo relacionado con el ministerio del Catequista, apoyando así la misión del Obispo, de los párrocos y otros ministros ordenados.

Requisitos

8. Como criterio general sobre los requisitos, es iluminador el siguiente texto de la Carta Apostólica Antiquum Ministerium:
“Es conveniente que al ministerio instituido de Catequista sean llamados hombres y mujeres de profunda fe y madurez humana, que participen activamente en la vida de la comunidad cristiana, que puedan ser acogedores, generosos y vivan en comunión fraterna, que reciban la debida formación bíblica, teológica, pastoral y pedagógica para ser comunicadores atentos de la verdad de la fe, y que hayan adquirido ya una experiencia previa de catequesis. Se requiere que sean fieles colaboradores de los sacerdotes y los diáconos, dispuestos a ejercer el ministerio donde sea necesario, y animados por un verdadero entusiasmo apostólico” (13) .
A continuación, ahondamos en estos y otros requisitos:

9. Requisitos básicos para asumir una misión en la Iglesia:
- Que el candidato haya completado los sacramentos de iniciación cristiana
- Que tenga una vida congruente con la fe y la misión que va a recibir
- Que no esté afectado por una pena canónica
- Si es casado, lo sea por la Iglesia
- No estar procesado o condenado civilmente.

10. Requisito de edad y experiencia:
- Tener un mínimo 25 años de edad y 4 años de experiencia en la catequesis.

11. Vínculo con la comunidad cristiana y sentido de Iglesia
- Participar activamente en la vida de la comunidad cristiana;
- Participar asiduamente de la eucaristía dominical;
- Que sea reconocido como un catequista comprometido y respetado en la comunidad;
- Que tenga sentido de pertenencia y comunión con la comunidad eclesial amplia: Parroquia, Diócesis, etc.
- Que sea acogedor, generoso y procure vivir la comunión fraterna;
- Que posea un profundo sentido misionero.

12. Condiciones personales y espirituales
- Que tenga un suficiente conocimiento de sí, de sus fortalezas y debilidades, y sea apreciado por los demás como una persona de buen criterio y de espíritu servicial;
- Que tenga autoestima sana, porque reconoce los regalos y talentos que Dios le ha dado para servir a los demás.
- Que se alimente de la Palabra de Dios, mediante un camino de discipulado y oración.
- Que conozca sus fortalezas y debilidades en su tarea como catequista.

13. Vocación laical
Dado el carácter laical del ministerio, es importante que el candidato viva algunas características esenciales de la vocación laical:
- Que proyecte su fe en su vida cotidiana, más allá de lo que realiza en su Parroquia o grupo eclesial: en sus relaciones familiares y sociales cotidianas. Que su vida no se agote o justifique solo por su vida intraeclesial.
- Que tenga interés por la vida en sociedad, por la búsqueda del bien común. Aún cuando no tenga compromisos específicos o formales en organizaciones, que viva el carácter secular propio del laico, que lo llama a ordenar el mundo según Dios.
- Que se sienta corresponsable de la vida de la Iglesia y pueda trabajar en comunión con otros, en perspectiva sinodal.

14. Quienes no deberían ser instituidos como Catequistas:
La Carta del Dicasterio para el Culto Divino señala quienes “preferiblemente no deberían ser instituidos como Catequistas”:
- “aquellos que ya han iniciado el camino hacia el Orden sagrado (…);
- los religiosos y religiosas (…), a no ser que sean referentes de una comunidad parroquial o coordinadores de la actividad catequética;
- aquellos que llevan a cabo un servicio dirigido exclusivamente a los miembros de un movimiento eclesial (…);
- aquellos que enseñan religión católica en las escuelas, a menos que también desempeñen otras tareas eclesiales al servicio de la parroquia o la diócesis” (14) .
No se trata, tal como está expresado, de una prohibición absoluta, sino de cierta cautela que obligue a un buen discernimiento.

15. En el caso de los religiosos y religiosas, se busca resguardar el carácter laical del Ministerio, junto con recordar que, “de hecho”, ellos pueden ejercer ministerios en virtud del bautismo, lo que hacen con frecuencia en ausencia de ministerios instituidos. Con esto, ya tienen un lugar bastante visible en la misión de la Iglesia, lo que obliga a discernir si es necesario realmente instituirlos con un nuevo ministerio.

16. En el caso de los Movimientos Eclesiales, la función catequética es habitualmente un encargo interno, hecho por los responsables del movimiento para sus propias necesidades. Nada obsta, sin embargo, que el Obispo confiera el ministerio a miembros de Movimientos en vista de determinadas necesidades pastorales.

17. En el caso de profesores de religión, hay que discernir si el profesor cumple realmente el tipo de funciones señaladas en el capítulo segundo (15) . Siempre será importante que la Catequesis que se desarrolla en el mundo educativo esté abierta y en comunión con el conjunto de la vida eclesial, sin encerrarse en un mundo autosuficiente o con criterios distintos del resto de la Iglesia.


Admisión al ministerio de catequista
18. Criterios de admisión:
- Los candidatos a ministros Catequistas serán elegidos por la comunidad eclesial, en un proceso a cargo del párroco, en diálogo con los consejos pastorales y/o coordinaciones parroquiales de Catequesis.
- Para ser admitido como ministro, deberá haber una aprobación del Obispo, quien será asesorado por el órgano diocesano de Catequesis.
- Para ser admitido como ministro, el candidato deberá haber participado en un proceso de formación específico de al menos dos años, según las orientaciones de este documento.

19. Norma transitoria para primeros admitidos:
Durante el año 2023, las Diócesis podrán instituir ministros catequistas según los criterios antes señalados, con procesos de formación más acotados e inmediatos, por ejemplo, de 3 a 6 meses. Lo harán en vistas de instituir a personas que, de hecho, cumplen funciones propias del ministerio y tienen una reconocida madurez y formación cristiana. Será un primer paso para hacer presente el ministerio en las Diócesis, decisión que corresponde a cada Obispo.

Duración y regulación del ejercicio del ministerio

20. El ministerio del catequista es un ministerio estable, recibido en el rito de institución una sola vez en la vida. Sin embargo, su ejercicio deber ser regulado.
La forma de regularlo será a través de la asignación de funciones (16) , de manera que cuando al Catequista se le asignen las tareas específicas, también se le asignará un plazo para ejercer dicho encargo, habitualmente de dos a cinco años. Esto quedará consignado en el primer decreto de asignación de funciones, y en un anexo cada vez que se renueve por cumplimiento de plazo, se cambie o se complemente el encargo pastoral. Estos decretos o anexos serán dados por el Obispo, a petición del párroco o responsable de la unidad pastoral y con conocimiento del órgano diocesano de Catequesis, que llevará un registro y dará seguimiento a la situación de los Catequistas instituidos. Esto permitirá, a la vez, una evaluación y un mejor acompañamiento de los catequistas en el ejercicio de su ministerio.

21. Cuando el catequista no ejerza el ministerio por un año o más tiempo, sea por razones personales, familiares, de salud o imposibilidad a causa de la edad, lo ha de comunicar al Obispo, a través de su párroco y órgano diocesano de Catequesis, quedando una constancia en el registro de los decretos de asignación de funciones. Si más adelante se retoma el ejercicio, se requerirá de un nuevo anexo en el decreto de asignación de funciones que renueve el encargo pastoral.

22. El Obispo, a petición del párroco y/o del órgano diocesano de Catequesis, podrá limitar o prohibir el ejercicio del ministerio a un Catequista, por causa grave, sea por un tiempo o en forma definitiva.

23. Un ministro catequista es instituido por el Obispo para una Iglesia particular. En caso de que un Catequista, sea por la razón que sea, cambie de Diócesis, no podrá ejercer el ministerio en esa Iglesia local sin contar antes con una autorización expresa de su nuevo Obispo, la que será pedida por el párroco o responsable de la unidad pastoral donde el catequista esté insertándose. Será necesario pedir un informe a la Diócesis de origen.




Orientaciones generales de la Iglesia para la formación del Catequista

24. La Iglesia tiene orientaciones para la formación de sus catequistas, entre otras, las contenidas en el Directorio para la Catequesis 2020 (17) . Es importante que dichas orientaciones sean asumidas con más decisión a la hora de formar ministros Catequistas. Por eso recordamos aquí algunos elementos esenciales del Capítulo IV de dicho Directorio.

25. La naturaleza y finalidad de la formación de los catequistas.
Se trata de un proceso permanente que, bajo la guía del Espíritu y en el seno vivo de la comunidad cristiana, ayuda al bautizado a conformar su vida con Jesucristo. Es una formación en torno al encuentro vivo con Jesucristo, cuya finalidad es que el catequista sea un verdadero discípulo misionero, por tanto, un sujeto activo de la evangelización. Sobre este fundamento, se le capacita para comunicar el Evangelio y acompañar y educar en la fe. Está claro entonces, que la formación no puede reducirse simplemente a una instrucción teológica, a una exhortación moral o a una renovación de métodos pastorales, por muy importantes que estos elementos sean.

26. Las Dimensiones de la formación de los catequistas.
Se pueden distinguir diversas dimensiones, que no deben considerarse independientes entre sí, sino profundamente relacionadas, pues son aspectos de la unidad indivisible de la persona. El Directorio menciona las cuatro siguientes (18) :
- El “Ser”, que apunta al crecimiento humano y cristiano de la persona; al trabajo formativo para la maduración humana, cristiana y misionera. En el centro del Ser está la espiritualidad, de modo que la acción del catequista brote en verdad del testimonio de su vida.
- El “Saber Ser con”, que corresponde a la capacidad relacional, y que se expresa en la voluntad de vivir los lazos humanos y eclesiales de una manera fraterna y serena.
En este campo relacional, se ubica la preocupación porque en la acción catequística haya el más absoluto respeto por la conciencia de la persona y se evite cualquier tipo de abuso.
- El “Saber”, que corresponde a la formación bíblico-teológica y al conocimiento de la persona y del contexto social que el catequista necesita.
- El “Saber hacer”, que corresponde a la formación pedagógica y metodológica.

27. El Saber o contenidos a transmitir.
La formación del catequista exige profundizar y estudiar el mensaje que se debe transmitir, en relación con el contexto cultural, eclesial y existencial del interlocutor. El Directorio habla de asimilar el contenido de la fe como “sabiduría de la fe”, lo que se lleva a cabo a través de la familiaridad con la Sagrada Escritura, el estudio del Catecismo de la Iglesia Católica y los documentos magisteriales.

28. Más concretamente, se detallan algunos contenidos:
- Sagrada Escritura (A.T. y N.T.), a la luz del misterio pascual de Jesucristo
- La historia de la Iglesia en sus principales etapas
- Los núcleos esenciales del mensaje y de la experiencia cristiana: el Símbolo de la fe, la liturgia y los sacramentos, la vida moral y la oración
- El magisterio eclesial relacionado con la proclamación del Evangelio y la catequesis
- Algunos conocimientos básicos sobre otras confesiones cristianas y otras religiones, sobre todo donde se vive en contextos ecuménicos y de pluralismo religioso.

29. Junto a los contenidos, el Directorio insiste en el cómo se transmiten, en vistas de que el mensaje sea aceptado y recibido positivamente. No hablamos todavía de la formación pedagógica o metodológica, sino de cuidar algunas características del mismo Mensaje y de su transmisión, para que toque la experiencia humana. Estas características son:
- El carácter sintético y kerygmático del Mensaje, de modo que los diversos elementos de la fe se presenten en una visión unitaria y orgánica.
- Un acercamiento a las Escrituras que rescate su carácter narrativo, en la fe y en la Tradición de la Iglesia, para que se perciban esas palabras como vivas y el fiel reconozca su propia existencia personal en el marco de esa historia de salvación.
- Un estilo catequético de los contenidos teológicos, que valora las condiciones de vida de las personas.
- Un acercamiento a los contenidos que muestre su credibilidad o razonabilidad, que muestre que la fe no se opone a la razón y evidencie las verdades desde una correcta antropología. Se le llama a esto un conocimiento de tipo apologético, que permite que el Evangelio sea escuchado por todos.

30. Por otra parte, el Directorio ve importante el conocimiento de las ciencias humanas, a la luz de los principios de la doctrina social de la Iglesia, para conocer a la persona concreta y el contexto sociocultural en el que vive. Entre estas ciencias están la sociología, la sicología, la pedagogía y las ciencias de la educación y de la comunicación. Se señalan algunos criterios que guían el uso de las ciencias desde el campo eclesial:
- Respeto por la autonomía de las ciencias;
- Discernimiento y evaluación de las diferentes teorías sicológicas, sociológicas y pedagógicas para apreciar su valor y reconocer sus límites;
- Se reciben en la perspectiva de la fe y sobre la base de la antropología cristiana.

31. El Saber Hacer.
Esta dimensión destaca la importancia de que el catequista sea capacitado para crecer como educador y comunicador:
- Hay un llamado a respetar “la pedagogía general de la fe”: el catequizado es un sujeto activo en el cual la gracia de Dios actúa dinámicamente. El catequista es un facilitador respetuoso de una experiencia de fe de la cual él no es el protagonista.
- Se recuerda que la formación pedagógica busca desarrollar en el catequista ciertas actitudes. Entre otras: 1) Una mentalidad educativa que lo lleve a construir relaciones maduras con las personas y lo capacite para guiar las dinámicas de grupo, favoreciendo procesos de aprendizaje tanto individuales como comunitarios; 2) La capacidad de preparar un itinerario de fe que considere circunstancias socioculturales y desarrolle un plan realista de acción, usando con creatividad lenguajes, técnicas y herramientas; 3) La paciencia y la dedicación para aprender de los errores y limitaciones, para ser educado mientras se educa y aprender de la experiencia.
- Se insiste en la importancia de vivir la catequesis como un estilo de comunión, pues el catequista media la pertenencia a la comunidad y realiza su función junto a la comunidad y en su nombre. Esto exige trabajar en comunión con otros Catequistas y agentes de pastoral.


Plan de Formación en las Diócesis
32. A la luz de las orientaciones antes señaladas, las Iglesias locales de nuestro país desarrollarán un plan de formación de dos años para los candidatos a recibir el ministerio de Catequista.

33. Contenidos esenciales de una Plan de Formación. A continuación, se señalan contenidos esenciales de un Plan, ordenados en tres núcleos. No son cursos necesariamente separados, porque los contenidos pueden ordenarse de diversas maneras, pero sí materias que deben estar en un Plan:

34. Núcleo 1: Formación teológico-pastoral básica:
- Sagrada Escritura (A.T. y N.T.), a la luz del misterio pascual de Jesucristo
- Introducción a la Fe y el Símbolo de la fe
- La liturgia y los sacramentos
- Elementos esenciales de Moral cristiana
- La oración y la vida espiritual
- Eclesiológica básica, sinodalidad y teología de los ministerios.
- Formación básica en Prevención de abusos nivel I (19)

35. Núcleo 2: Formación teológica-pastoral Profundización
- La persona de Jesús
- La iglesia en salida y misión. Iglesia y sociedad.
- Diálogo ecuménico e interreligioso.
- Catequética fundamental
- Formación socioemocional
- Sicología de la religiosidad
- Liderazgo y gestión pastoral

36. Núcleo 3: Formación didáctica:
- Principios de la pedagogía y metodología catequística
- Planificación y evaluación de procesos educativos pastorales
- Comunicación efectiva para evangelizar
- Tecnología: redes sociales y catequesis online
- Elaboración de recursos didácticos

37. Respecto al número de horas lectivas, se estiman un mínimo de 120 horas cronológicas anuales, número hecho según el siguiente cálculo: 2 horas lectivas semanales + 4 horas mensuales adicionales, lo que da 12 horas mensuales, por 10 meses, 120 anuales. Se plantea este tiempo en una mezcla de horas virtuales y presenciales. Por ejemplo: un encuentro virtual semanal + un encuentro presencial mensual, o un encuentro semanal virtual + 2 o 3 jornadas anuales.

38. La hora cronológica es aquella que marca el reloj, es decir, 60 minutos. El cálculo de 120 horas anuales es respecto de horas lectivas, a lo que hay que sumar la lectura y el estudio propios de un programa de esta naturaleza.

39. Lo que planteamos aquí es un Plan flexible, adaptable a las realidades locales y recursos formativos disponibles. Se podría concretar este Plan a partir de las ofertas formativas que ofrecen diversos Institutos y universidades, y diversas experiencias formativas que las Diócesis ya tienen o pueden implementar.

40. De todas maneras, la CECh, a través de sus estructuras actuales u otras por crear, propondrá más adelante un temario más detallado de este Plan de Formación y materiales de apoyo, que puedan ayudar a las Diócesis a concretar sus iniciativas. También es posible que las Provincias Eclesiásticas, o algunas diócesis en particular, se unan para llevar a cabo este tipo de programas o parte de ellos.

Itinerario formativo

41. Como itinerario formativo, se plantean tres etapas hasta la Institución, que en cada Iglesia local debe llevar adelante el órgano diocesano de Catequesis, según las instrucciones del Obispo. A lo que debe sumarse, luego, la preocupación por la formación permanente.

42. Etapa preparatoria: Presentación de candidatos al ministerio de Catequista
- Se estudia en las Diócesis y parroquias las Orientaciones contenidas en el documento “El ministerio laical del Catequista en la Iglesia en Chile”. Sacerdotes y Comunidades Parroquiales disciernen sobre candidatos a ministros catequistas.
- Se presentan candidatos al Obispo, quien decide aceptación asesorado por el órgano diocesano de Catequesis.
- Se realiza un rito o actividad de inicio del proceso formativo, que se ha preparado con anticipación.

43. Etapa de Formación Ministerial
Es la etapa principal, en que se desarrolla el Plan de Formación con sus diversos núcleos y contenidos. Se desarrolla el currículo, pero teniendo en cuentas las diversas dimensiones de la formación: Ser, Saber ser con, Saber, Saber hacer. Por tanto, el Plan no se reduce solo a un conjunto de cursos, sino a un conjunto de actividades que contribuyen a la formación y se programan anticipadamente. Entre estas actividades pueden estar:
- Los cursos propiamente tales
- Retiros y experiencias de oración
- Experiencias o prácticas pastorales planificadas y evaluadas
- Acompañamiento personal o espiritual
- Acompañamiento comunitario
- Entrevista con el Obispo o su delegado

44. Etapa previa a la admisión al ministerio
- Pedido formal para la recepción del Ministerio de Catequista
- Retiro espiritual
- Celebración de la recepción del ministerio de Catequista

La formación permanente y evaluación de los Catequistas
45. La formación de los Catequistas no concluye con la institución del ministerio, sino que el órgano diocesano de Catequesis debe ofrecer y organizar programas y actividades que contribuyan a la formación continua. Debiera haber, al menos, una actividad formativa anual de calidad y encuentros regulares a nivel diocesano.

46. El Catequista evaluará anualmente, al menos, el ejercicio de su ministerio junto a la autoridad de la que depende (Obispo, párroco), y el órgano diocesano de Catequesis creará instrumentos para apoyar esta evaluación. Las orientaciones del documento Integridad en el Servicio Eclesial (ISE), de la Conferencia Episcopal de Chile, serán parte de los instrumentos al servicio de esta evaluación.



El Rito de Institución puede realizarse en el contexto de una Eucaristía o en una celebración de la Palabra de Dios. En caso de Eucaristía, se dice la Misa por los ministros de la Iglesia, por los laicos, por la evangelización de los pueblos o por la nueva evangelización.
Puede instituir el Obispo o un sacerdote delegado por él.

Son tres los momentos específicos del rito de institución:

a) Presentación
Después del Evangelio, el Obispo se sienta en la cátedra o en la sede preparada en el lugar más apto, recibe la mitra, y convenientemente el báculo. Cuando ya están todos sentados, el diácono, o el presbítero designado para esto, llama a los candidatos, diciendo:

Acérquense los que van a ser instituidos en el ministerio de Catequistas

Los candidatos son llamados por su nombre. Cada uno responde:

Presente.

Y se acercan al Obispo, a quien le hacen una reverencia, y vuelven a sus puestos.

b) Institución
Terminada la homilía, el Obispo deja la mitra y el báculo y los candidatos se ponen de rodillas ante el obispo. El Obispo invita a los fieles a hacer oración:

Oremos, queridos hermanos, a Dios Padre,
para que colme con su bendición
a quienes ha elegido para el ministerio de Catequista
y los sostenga en la gracia del Bautismo
para que sean fieles servidores de la Iglesia de N.

Y todos oran en silencio durante un breve espacio de tiempo.
Entonces el obispo de pie con las manos extendidas dice sobre los candidatos la oración de bendición:

Padre,
tú que nos permites participar de la misión de Cristo, tu Hijo,
con la variedad de los dones del Espíritu con que provees a tu Iglesia,
bendice + a estos hijos [e hijas] tuyos
elegidos para el ministerio de los catequistas.
Haz que vivan plenamente su bautismo
colaborando con los pastores
en las diversas formas de apostolado
para la edificación de tu Reino.
Por Cristo nuestro Señor.
Amen.

[Los textos que en los ritos de institución se proponen deben adaptarse al género (masculino y/o femenino) y el número (singular y plural), de acuerdo con las circunstancias en que se empleen.]


c) Entrega de la Cruz del Catequista
Todos se sientan, y el obispo recibe la mitra. Entonces los candidatos se ponen de pie y se acercan al obispo, quien les entrega la cruz diciendo:

Recibe este signo de nuestra fe,
fundamento de la Verdad y de la Caridad de Cristo,
y no dejes de anunciarlo a Él con tu vida,
con tus acciones y con tu palabra.

El catequista responde:
Amén.



Lecturas Bíblicas

Cuando es posible usar lecturas distintas a las de la solemnidad o liturgia del día, según la norma de la Iglesia, se puede elegir, entre otras, algunas de las siguientes lecturas:

Para la Lectura:
Ex 3, 1-6. 9-12: «Yo estaré contigo».
En aquellos días Moisés pastoreaba el rebaño en Jetró…
Is 52, 7-10: «Verán los confines de la tierra la salvación de nuestro Dios».
Que hermosos son sobre los montes los pies del mensajero…
Hech 18, 23-28: «Apolo demostraba con las escrituras que Jesús era el Mesías».
Pasado un tiempo en Antioquía, Pablo se marchó…
1 Cor 1, 22-31: «Nosotros predicamos a Cristo crucificado».
Hermanos: Pues los judíos exigen signos…
Flp 4, 4-9: «Tomad en cuenta todo lo que es puro».
Hermanos: Alégrense en el Señor…

Para el Salmo Responsorial:
Sal 15, 1-2a y 5. 7-8. 11
(cf. 5a): El Señor es el lote de mi heredad.
Sal 18, 2-3. 4-5
(5a): A toda la tierra alcanza su pregón.
Sal 99, 2.3.4.5.
(3c): Somos su pueblo y ovejas de su rebaño

Para el Evangelio:
Lc, 12, 39-48: «Al que mucho se le confió, mucho se le pedirá».
En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: comprended…
Jn 12, 44-50: «Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas».
En aquel tiempo Jesús gritó diciendo...





CONSIDERANDO:

Que con fecha ……….... ha sido instituido en el ministerio de Catequista don (ña) …......……., RUN ………., en celebración litúrgica realizada en Parroquia ………………….. y presidida por ……………………..

Que dicha institución se ha realizado según lo establecido en la Carta apostólica en forma Motu Proprio Antiquum Ministerium, del Papa Francisco; en los cc 225, 231 & 1 y mutatis mutandis 230 & 1 CIC; y en el documento de la Conferencia Episcopal de Chile “El ministerio laical del Catequista en la Iglesia en Chile. Orientaciones fundamentales sobre su misión, formación e institución”, de 2022.

La petición del párroco o responsable de la unidad pastoral

DECRETO:

Se asignan a don(ña)…………………, por un plazo de ….. años, las siguientes funciones en el ejercicio de su ministerio: …………………………………………… (cf. N° 4 documento CECh)

Dichas funciones se ejercerán preferentemente en el territorio de la Parroquia…………………., estarán bajo la dependencia del respectivo párroco y contarán con el acompañamiento del Departamento diocesano de Catequesis.

Anótese y comuníquese












CONSIDERANDO:

Que don (ña) …........…….., RUN ….......…., ejerce el ministerio de Catequista y se le han asignado funciones específicas, según consta en decreto …......

La petición del párroco o responsable de la unidad pastoral

El visto bueno del Departamento diocesano de Catequesis

DECRETO

Se renueva a don(ña) …......… , por un plazo de ….. años, la asignación de funciones en el ejercicio del ministerio del Catequista establecidas en decreto ……..

(o Se renueva a don(ña) …......, por un plazo de …. años, la asignación de funciones en el ejercicio del ministerio de Catequista, modificándose las mismas y estableciéndose las siguientes:……......

Dichas funciones se ejercerán preferentemente en el territorio de la Parroquia…………………., estarán bajo la dependencia del respectivo párroco y contarán con el acompañamiento del Departamento diocesano de Catequesis.

Anótese y comuníquese










Conferencia Episcopal de Chile, Integridad en el Servicio Eclesial (ISE). Orientaciones al Pueblo de Dios para el ejercicio del servicio en la Iglesia, 16 de julio de 2020.

Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Carta sobre el Rito de Institución de los Catequistas, 3 de diciembre de 2021.

Papa Francisco, Carta apostólica en forma de «Motu proprio» Antiquum Ministerium, con la que se instituye el ministerio de catequista, Roma, 10 de mayo de 2021.

Papa Juan Pablo II, Exhortación apostólica Pastores dabo vobis, publicada tras el Sínodo de los obispos, Roma, 25 de marzo de 1992.

Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, “Directorio para la Catequesis”, 23 de marzo de 2020.

NOTAS

(1) Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Carta sobre el Rito de Institución de los Catequistas, 3 de diciembre de 2021. (en adelante "Carta sobre Rito de Institución")
(2) Carta sobre Rito de Institución, n°13
(3) AM, n°6.
(4) AM, n°8.
(5) AM, n°7.
(6) AM, n°6.
(7) Ibid.
(8) Carta sobre Rito de Institución, n°4.
(9) Cf. Carta sobre Rito de Institución, n°3.
(10) Carta sobre Rito de Institución, n°9
(11) Carta sobre Rito de Institución, n°10.
(12) Cf. Carta sobre Rito de Institución, n° 11 y 12.
(13) AM, n°8
(14) Carta sobre Rito de Institución, n°8.
(15) Ver n°4
(16) Ver n°4.
(17) Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, Directorio para la Catequesis, Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y Librería Editrice Vaticana, Bogotá, junio 2020.
(18) En la línea de diversas dimensiones de la formación, vale la pena recordar también la distinción que hace la Exhortación Apostólica Pastores dabo vobis, de Juan Pablo II, que es muy habitual en los procesos formativos eclesiales: 1. Formación humana (madurez afectiva, formación para la libertad, conciencia moral); 2. Formación espiritual; 3. Formación Intelectual o inteligencia de la fe; 4. Formación Pastoral.

(19) Durante la formación específica se debe completar: a) Formación básica en Prevención de Abusos dictada por formadores acreditados por la CECh: Curso básico Cuidado y Esperanza nivel I y nivel II http://www.iglesia.cl/prevenirabusos/ ; b) Formación específica en Integridad en el Servicio Eclesial (ISE). Orientaciones al Pueblo de Dios para el ejercicio del servicio en la Iglesia http://www.iglesia.cl/prevenirabusos/documentos/ise.pdf