El P. Damian de Veuster, ss.cc., héroe de la caridad: un nuevo beato para la Iglesia
l.- El próximo 15 de mayo, el Santo Padre beatificará en Bruselas, Bélgica, al Padre Damián de Veuster, religioso de los Sagrados Corazones, que a los 30 años de edad, escogió el camino de la radicalidad en el amor al prójimo, de la solidaridad y del sacrificio, consagrando su vida al servicio de los leprosos, hacinados y prácticamente encarcelados en la Isla de Molokai, en la polinesia del Océano Pacifico.
Nacido en 1840, murió en 1889, habiendo contraído la lepra. Como él lo deseaba, llegó a ser “leproso con los leprosos”.
2.- Esta beatificación es importante para su Congregación de los Sagrados Corazones, implantada en Chile desde 1834, donde ha realizado una vasta labor educativa y pastoral. Es significativa también para toda la Iglesia Universal por el valor actual del testimonio del P. Damián, dedicado a su grey, entregado al servicio del prójimo más necesitado, y capaz de llevar el amor y la solidaridad hasta la plenitud del sacrificio personal, ayudando a aminorar los dolores y miserias de sus hermanos.
3.- Los Obispos de Chile queremos celebrar este acontecimiento de fe, ya que la vida y la muerte del Padre Damián hacen presente a Nuestro Señor Jesucristo que nos enseñó con su ejemplo y palabra que “nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15,3).
El Padre Damián ha sido llamado “mártir de la caridad”, es decir, testigo del amor de Dios por los hombres. Con su acción dignificó a los más despreciados, aprendió su lengua, se inculturó en su forma de vida, organizó a los leprosos, logrando que cada uno pusiera sus capacidades al servicio de los demás. Muchos de los integrantes de los leprosarios se fueron incorporando a la comunidad litúrgica que él presidía y también cambiando su estilo de vida. El Padre Damián vivió a fondo el carisma de su comunidad religiosa, que es “contemplar, vivir y anunciar el Amor de Dios manifestado en Jesús”.
4.- El Padre Damián vivía al pie de la Eucaristía; en la adoración del Señor Sacramentado encontraba fuerzas para el trabajo de cada día. Muchos leprosos, siguiendo su ejemplo, hacían turnos de adoración, de día y de noche. y cuando ya se preparaban para morir, continuaban adorando a Cristo Eucarístico desde sus lechos de enfermos terminales. El nuevo Beato fue el formador de comunidades cristianas, centradas en la Eucaristía y edificadas sobre la raíz de ese amor heroico dispensado a cada cual.
5.- El apóstol de los leprosos de Molokai -y por extensión, también de los que había en esa época en Isla de Pascua, y de todos los que todavía existen- se llamaba a sí mismo “el misionero más feliz del mundo”. Siguió a Jesús por la Cruz hacia la luz, en la certeza de la esperanza pascual.
6.- Su testimonio suscitó la admiración de todos. Llegó a recibir la ayuda de anglicanos, luteranos, budistas y aun de no creyentes, quienes le brindaron múltiples gestos de amistad y de generosidad. El Padre Damián se adelantó así en la práctica del ecumenismo.
7.- Su ejemplo de caridad ha motivado a muchos jóvenes a seguir a Jesús en la vida religiosa y sacerdotal. Su vida sigue siendo un llamado actual a los jóvenes para que pongan en Jesús su mirada y aprendan que “la vida se nos da y la merecemos dándola”.
Al mismo tiempo, nos anima a vivir la opción preferencial por los pobres, con un sentido evangélico y en toda su radicalidad.
8.- Damos gracias a Dios por este nuevo Beato que enriquece a la Iglesia y por su testimonio de caridad que invita a todos a imitarlo. Felicitamos a los religiosos, religiosas y laicos de los Sagrados Corazones por esta beatificación y los animamos a continuar sirviendo con el mismo espíritu del Padre Damián de Vesteur, en los diferentes campos en que realizan su actividad apostólica.
Santiago, abril de 1994
Por el Comité Permanente del Episcopado
† Fernando Ariztía Ruiz
Obispo de Copiapó
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile
† Cristián Caro Cordero
Obispo Auxiliar de Santiago
Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile
