Con gran alegría se vivió la Misa Crismal en la Catedral de Concepción

Con gran alegría se vivió la Misa Crismal en la Catedral de Concepción

La Misa fue presidida por el Administrador Diocesano de Concepción, Monseñor Bernardo Álvarez, quien invitó a los sacerdotes a recordar "que nuestras manos son frágiles, pero por la gracia de Dios y la íntima unión con Jesús y su Espíritu, pueden transmitir ese toque divino, pueden manifestar un servicio de amor".

 
Jueves 28 de Marzo de 2024
Con gran alegría y profunda devoción se vivió la Misa Crismal, que fue presidida por el Administrador Diocesano y Obispo Auxiliar de Concepción, Monseñor Bernardo Álvarez, junto al Vicario Episcopal de Arauco y Obispo Auxiliar, Monseñor Oscar García, la tarde de este miércoles 27 de marzo en el Templo Catedral.

En la Misa, los sacerdotes renovaron las promesas efectuadas el día de su ordenación y Monseñor Bernardo Álvarez consagró el Santo Crisma y bendijo los demás Óleos, que se utilizarán a lo largo del año para impartir los sacramentos.

En su homilía, Monseñor Bernardo afirmó que la Misa Crismal, en el marco de la Semana Santa, se constituye como una puerta de entrada hacia el Triduo Pascual, donde participaremos de los misterios centrales de nuestra fe y de la vida de nuestro Señor: la última cena con sus apóstoles, su Pasión, Muerte y Resurrección.

Además, señaló que “es una celebración que nos invita a volver la mirada a la historia de gracia y salvación que el Señor ha tejido con todos y cada uno de nosotros. Un día Dios nos ha llamado. Es un día especial para evocar la memoria de la llamada de Jesús, la llamada que Él nos dirigió. Esos pasos sencillos y humildes, que caminando por la orilla de nuestra historia salieron a nuestro encuentro. Esa mirada de misericordia que nos amó y esa voz fuerte y firme que nos llamó, ciertamente sin ningún mérito propio. Jesús nos llamó sólo por gracia y nos llamó por nuestro nombre”.

Monseñor Bernardo dirigió unas palabras a los sacerdotes, invitándolos a que “hoy día y en estos días santos podamos renovar nuestro sacerdocio y lo hagamos con fe. Somos hombres frágiles, todos. Sólo podemos vivir nuestro sacerdocio con fe y con la presencia de Jesús. No se puede de otra manera”.

Y los llamó a que, antes de ir al descanso, en la oración de las Completas -la última oración del día- “vuelvan a contemplar sus manos y agradezcan la santa unción. Es un sello indeleble, es un sello que no se borra con nada. Es signo del amor fiel del Señor. Eso es lo que hemos recibido. Y recordemos siempre que nuestras manos son frágiles, pero por la gracia de Dios y la íntima unión con Jesús y su Espíritu, pueden transmitir ese toque divino, pueden manifestar un servicio de amor. Y queremos acoger este don hoy día, con nuestra renovación”.

Asimismo, hizo alusión a las palabras de San Juan María Vianney, quien dijo que “un buen pastor, pastor según el corazón de Dios es el tesoro más grande que el buen Dios puede conceder a una parroquia y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina” y sostuvo que “con honestidad queremos pedir al Señor, en nuestra renovación, un corazón de Buen Pastor, según la novedad del sacerdocio de Jesucristo”.

Finalmente, reflexionando en torno al Evangelio de San Lucas 4, 16-21, hizo énfasis en que nos presenta a Jesús movido por el Espíritu Santo y señaló que la misión evangelizadora del Mesías se inicia desde los más alejados. En ese sentido, aseveró que “nuestro sacerdocio y nuestra vida cristiana nunca pueden caer en la lógica del ensimismamiento o centrarse en sí mismo, ya sea en el orden personal o comunitario”.

“Sabemos bien que el mundo de hoy tiene grandes desafíos. Unos minutos antes estaban los hermanos de Huachipato, a quienes hemos tenido la gracia de poder acompañar durante este tiempo. Pero asimismo, hay tantas necesidades en el Chile de hoy. Sin duda que los cristianos no podemos quedarnos sólo en el juicio, menos aún en los comentarios. Debemos ir al fondo de los problemas y, con el Espíritu, hacer discernimiento, tanto personal como comunitario, y desde ese discernimiento dar respuestas. Quizás, en algún momento o en diferentes circunstancias, no podremos ser escuchados por distintas razones, pero nunca podemos dejar de anunciar y proponer o dar la luz del Evangelio”, enfatizó.

Al término de la Santa Misa fueron entregados a representantes de las Vicarías y sus estamentos, Áreas y sus departamentos, y de las parroquias de cada uno de los decanatos de la Arquidiócesis de Concepción, los Énfasis Pastorales 2024, que son ser una Iglesia Orante, una Iglesia Misionera, una Iglesia Comunidad y una Iglesia Servidora.

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 28-03-2024
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Video: Misa Crismal 2024