Reunidos los Coordinadores Nacionales de Pastoral Carcelaria de la Iglesia Católica del Cono Sur, con excepción de Paraguay, y la participación, como invitado especial, del Pbro. Roberto Juárez, capellán de la cárcel de Mendoza, Argentina, los días 07, 08 y 09 de Junio, en espíritu de oración, estudio y reflexión hemos constatado lo que sigue:
I Contexto Económico – Político – Social
Se profundiza el capitalismo salvaje que excluye y deja al margen a millones de personas, mujeres, niños, jóvenes y ancianos, exponiéndolos, entre otras cosas, al hambre, falta de salud, al ocio, la calle, la miseria, la violencia, prostitución, drogas, delincuencia, analfabetismo, enfermedades, VIH, etc.
Se profundiza la falta de respeto sistemática por las personas, el maltrato social, psicológico, los derechos humanos, despreocupación por los vulnerables, los que necesitan una oportunidad, las familias en crisis, los sin techo, sin trabajo, una distribución económica cada vez más desigual, ahondando el abismo entre los que tienen todo y los que carecen de lo más elemental para la subsistencia.
Políticas sociales que impiden el derecho a la salud gratuita para todos, educación, trabajo, salario digno, áreas verdes, espacios para la expresión, la recreación y el descanso.
La ausencia cada vez mayor de líderes que expresen valores y principios fundamentales que hagan posible una mirada más amable de la vida e inviten a los jóvenes a vencer el mal con el bien, la corrupción y la mentira con la verdad y la justicia.
La ausencia cada vez mayor de políticas que busquen el bien común y no el enriquecimiento ilícito.
II Realidad Carcelaria
Se constata que la población carcelaria está cada vez más expuesta, en situación dramáticamente desmejorada, en constante riesgo de muerte, enfermedades, violación, etc.
• Inadecuado debido proceso.
• Aumento excesivo de las penas.
• Hacinamiento insoportable.
• Falta de atención médica, psicológica, espiritual y social.
• Población carcelaria cada vez más joven.
• Abusos sistemáticos de poder.
• Comercio ilícito de drogas.
• Ociosidad de la población penal.
• Castigos Corporales, torturas psicológicas, violación a los derechos fundamentales.
• Falta de higiene, baños colapsados.
• Mala alimentación.
• Celdas oscuras, mal olientes, inmundas.
• Motines y riesgos de incendios.
III Propuestas para la Pastoral Carcelaria del Cono Sur
• Promover en las parroquias espacios de acogida y reflexión para el mundo carcelado.
• Articular redes para acoger y servir al mundo carcelado.
• Utilizar medios de comunicación, prensa, T.V., radio para dar a conocer y sensibilizar a la comunidad sobre el mundo de la carcelación.
• Incentivar a la Iglesia Católica para que no silencie su voz profética en torno a los carcelados.
• Especial preocupación por los niños y jóvenes vulnerables.
• Atención particular a los centros de privación de libertad juvenil.
• Motivar a las universidades para que se comprometan en el cuidado y atención del mundo carcelado.
• Reflexión sistemática sobre la preocupación social del mundo carcelado.
• Trabajo con la familia de los privados de libertad.
• Ciencias sociales, psicología, medicina al servicio de los que cometen delitos.
• Inclusión en la V Conferencia Episcopal Latinoamericana del tema de la carcelación.
• Incidencia en políticas públicas.
• Fidelidad al Evangelio en el cumplimiento y servicio a los pobres, vulnerables y necesitados (Mt. 25, 31-46 y Hebreos 13,3)
Palabras Finales
Los Coordinadores Nacionales de la Pastoral Carcelaria del Cono Sur exhortan a todos los actores y niveles de la comunidad social a preocuparse del mundo de la carcelación, a ser valientes, audaces y proféticos en denunciar lo que atenta contra la cultura de la vida, los derechos de las personas, la tortura y malos tratos. Los invitan a ser protagonistas de un mundo más humano, con oportunidades para todos y en particular a cuidar a los más expuestos y vulnerables de la sociedad.
Pide a los gobiernos responsabilidad ante sus decisiones, considerando siempre el bien de los más pobres y excluidos. A los legisladores y políticos confección y aplicación de leyes justas que incluyan y no excluyan. A la Iglesia Católica, vivir el Evangelio con todas sus consecuencias, promoviendo la vida y denunciando todo lo que se le opone.
A las Iglesias en general, compromiso, fidelidad y cercanía con los más necesitados.
A la comunidad toda y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad comunión, acogida y oportunidad para quienes sufren y necesitan apoyo y comprensión.
Santiago de Chile, 09 de junio, 2006.
