Ver a un Papa anciano y enfermo es un signo que demuestra la humanidad del Ministro del Señor, dijo Monseñor Cristián Contreras Villarroel, Obispo Auxiliar y Secretario General de la Conferencia Episcopal, al ser consultado sobre una eventual renuncia del Papa Juan Pablo II debido a su estado de salud. “En un mundo que tiende a exonerar, a sacar las personas que no están en la plenitud de sus condiciones físicas, el Papa apoyado por la oración de la Iglesia dice yo quiero seguir en este servicio", destacó Mons. Contreras. “Y como dice el secretario de Estado de la Santa Sede, si en algún momento él ve que no puede seguir en la tarea de guiar la barca de Pedro, en conciencia sabrá atenerse a las normas que el mismo ordenamiento jurídico de la Iglesia prevé”.

Respecto al legado de Juan Pablo II, recordó tres puntos que – a su juicio- condensan su pontificado: la pasión por evangelizar, la defensa de la persona humana y su figura de auténtica autoridad. “Los jóvenes están con el Papa porque les gustan los grandes desafíos. Ven en él al líder, al que abre horizontes en un mundo sin padres, donde la autoridad ha renunciado la tarea de encauzar las grandes cualidades de las personas”.


Santiago, 08-02-2005