Con la primera fundación de la ciudad de Osorno, en el año 1577, y siguiendo la tradición urbana de la época, se inició la construcción del templo, bajo la protección de san Mateo Apóstol, que se destinaría a su Iglesia Mayor, al costado oriente de la plaza central de la nueva población.
Tras el repoblamiento que siguió al Tratado de Las Canoas, entre españoles y nativos, se levantan sucesivamente, en el mismo sitio, nuevos templos de diversas características, a lo largo de aproximadamente ciento setenta años, producto de destrucciones como consecuencia de terremotos o incendios, hasta 1955, año en que. el entonces templo parroquial de san Mateo Apóstol, fue erigido en Catedral de la recién creada Diócesis de Osorno.
El terremoto de mayo de 1960 produjo daños estructurales de tal magnitud al edificio, que obligaron a su total demolición.
Dos años más tarde, el 1º de mayo de 1962, con la guía del primer Obispo Diocesano, Siervo de Dios monseñor Francisco Valdés Subercaseaux, y de acuerdo con el proyecto del prestigioso arquitecto nacional don León Prieto Casanova, se inició la construcción del actual templo Catedral, siempre respetando el emplazamiento de 1577.
Larga y ardua ha sido, hasta ahora, la tarea de levantar un edificio con la dignidad necesaria para la sede de la cátedra episcopal y centro de la liturgia diocesana. Se destaca el esforzado trabajo de todos los integrantes del primer comité pro-construcción que acompañó a monseñor Valdés en su primera etapa, culminada, aunque con la obra inconclusa, con su consagración el 24 de noviembre de 1977.
Posteriormente, ya fallecido el Obispo, el 3 de septiembre de 1982 se realizó la entrega a la comunidad del templo, en el estado que lo hemos conocido hasta hoy. Durante la última década del siglo pasado, el entonces párroco de San Mateo Apóstol, presbítero Roberto Koll (Q.E.P.D.) propuso la idea de reiniciar las terminaciones exteriores del edificio, con iconos en mosaico sobre los muros de la fachada principal, proyecto que fue acogido entusiastamente por el obispo monseñor Alejandro Goic, quien lo transmitió a la Fundación Monseñor Francisco Valdés S., entonces de reciente creación, para llevarlo adelante.
Durante los diez años transcurridos y gracias a la constante y abnegada labor, tanto de dicha Fundación como del actual párroco, Pbro. Bernardo Werth y de toda la Iglesia, significativas obras como la ampliación de las oficinas parroquiales y de la sacristía; el cambio de pavimentos en atrio de acceso y circulaciones exteriores, y la nueva iluminación tanto interior como exterior del templo, han abierto paso a cambios cualitativos que se iniciaron este jueves 23 con la entrega a la ciudad de la nueva techumbre y revestimiento de la torre en cobre, e inicio de la terminación de la fachada con los vitrales que adornan el acceso principal, siguiendo el sueño del Padre Roberto materializado hoy por el destacado artista don Juan Francisco Echenique.
Todos estos trabajos tienen un costo muy importante, que ha sido posible superar gracias a la colaboración muy generosa de instituciones y personas cuyos nombres sería imposible detallar en este espacio.
Lo que hoy se inicia con este primer paso, siendo muy trascendente para la Iglesia de Osorno por todo lo que significa como su principal centro de encuentro, también lo ofrece la diócesis como su aporte a la ciudadanía toda, dado el significado que ha adquirido el templo como hito urbano. El embellecimiento que traerá a la ciudad, ahora y, más aún, cuando esté terminado, está llamado a ser un hito decisivo en la historia de Osorno.
Fuente: Comunicaciones Osorno
Osorno, 23-08-2007