En medio del dolor que ha significado para la Iglesia Católica el fallecimiento del Papa Francisco, Monseñor Cristián Castro Toovey, Obispo de la Diócesis de Los Ángeles, compartió con emoción sus recuerdos y reflexiones sobre su cercanía con el Sumo Pontífice.

Monseñor Castro relató que su vínculo con el Papa Francisco comenzó en 2021, cuando fue nombrado obispo auxiliar de Santiago, trabajando directamente con el Cardenal Celestino Aós. Luego, en marzo de 2024, recibió un segundo nombramiento que lo llevó a liderar la diócesis de Los Ángeles, en la Región del Biobío.

Al ser consultado sobre su experiencia personal junto al Santo Padre, Castro Toovey recordó con especial cariño un encuentro que vivió junto a otros obispos recién ordenados en Roma, una audiencia que calificó como “una experiencia universal muy bonita”, ya que se reunió a 180 obispos de distintas partes del mundo.

"Fue un encuentro profundamente humano. Estuvimos durante hora y media conversando, en total libertad, sobre los desafíos de la Iglesia. El Papa nos invitó a preguntarle lo que estimáramos necesario y sus respuestas fueron siempre desde el corazón, sin guiones", relató.

Durante esa conversación, el Papa Francisco compartió con ellos lo que definió como “las cuatro cercanías” que todo obispo debe cultivar: la cercanía con Dios, la comunión con otros obispos, el acompañamiento a los sacerdotes y la cercanía con el pueblo de Dios.

"Me marcó profundamente cuando nos dijo que la primera misión de un obispo es tener una comunión estrechísima con Dios. Luego, insistió mucho en el valor de la fraternidad entre nosotros como obispos, recordándonos que no estamos solos y que debemos apoyarnos mutuamente. La tercera cercanía es hacia los sacerdotes, a quienes debemos acompañar con cariño, como amigos. Y la última, pero no menos importante, es la cercanía al santo pueblo de Dios, al que siempre debemos servir con humildad y dedicación", detalló.

Respecto al ritmo de vida del Papa, Monseñor Castro Toovey destacó su asombro al ver la intensidad con la que el Pontífice desarrollaba su labor pastoral, incluso enfrentando problemas de salud. "Es admirable. No podemos olvidar que el Papa tenía 88 años y seguía cargando con preocupaciones a nivel mundial: la paz en Ucrania, en Tierra Santa, en África, y el drama de la migración. Es un testimonio vivo de entrega y amor al prójimo".

Otro de los aspectos que destacó fue la preocupación constante del Papa por el cuidado de la creación, tema que abordó con especial énfasis en sus encíclicas y en sus mensajes al mundo: "Él siempre insistió que si no cuidamos la casa común, nos estamos autodestruyendo como humanidad. Su mensaje ecológico es profundo y muy necesario en estos tiempos".

Monseñor Castro Toovey también compartió su visión sobre el legado espiritual y pastoral de Francisco. Para él, la marca imborrable que deja el Papa es la cercanía. "Su sello es la cercanía. Rompía protocolos, se acercaba al pueblo, se hacía pequeño frente a los niños y grande frente a los poderosos. Su lenguaje sencillo, directo y profundo nos motivaba a todos a ser mejores pastores", expresó.

Finalmente, el obispo de la Diócesis de Santa María de los Ángeles llamó a la comunidad a mantener la oración por el Papa y por la Iglesia universal. "Hoy, más que nunca, debemos unirnos en oración, tal como lo hizo la Iglesia primitiva cuando Pedro fue encarcelado. Esa es nuestra misión ahora: orar incansablemente y mantener viva la esperanza".

Con emoción y gratitud, Monseñor Castro concluyó que el testimonio de Francisco ha sido un ejemplo de servicio, humildad y fraternidad que seguirá inspirando a la Iglesia por generaciones.

Fuente: Departamento de Comunicaciones Diócesis Santa María de los Ángeles
Los Ángeles, 23-04-2025