Misa Crismal en Chillán: “La unción nos da la certeza de que el Señor está siempre con nosotros”
Se trató de una celebración multitudinaria en la Catedral de Chillán hasta donde llegaron representantes de las parroquias y las comunidades de Ñuble.
En una concurrida Catedral de Chillán se desarrolló la tarde de este martes la tradicional Misa Crismal, este año presidida por el arzobispo de Concepción, monseñor Sergio Pérez de Arce. En la celebración participaron todos los diáconos y presbíteros de la Diócesis. Estos últimos, renovaron sus promesas sacerdotales; y, además, se bendijo el óleo y el crisma que se utiliza en diversas celebraciones a lo largo del año.
Concelebraron el administrador diocesano, padre Patricio Fuentes; y el delegado para la Vicaría Pastoral, padre Rodrigo Uribe. Participaron en la Misa Crismal representantes de todas las parroquias y comunidades de la Diócesis de Chillán, este año especial, en que celebramos no solo el Jubileo, sino también los cien años de San Bartolomé.
En su homilía, monseñor Pérez de Arce, se refirió a la importancia de ser ungidos, haciendo alusión a esta celebración en particular. “La palabra de Dios que hemos escuchado proclama con insistencia que hemos sido ungidos por el Señor, es decir, él nos ha colmado de su amor, de su gracia, de su Espíritu. Lo dice el profeta y lo dice Jesús: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido", y cada uno de nosotros puede hacer suya esta palabra. El salmo, por su parte, canta el amor del Señor, que ha ungido a David: "lo ungió con el óleo sagrado, para que su mano esté siempre con él”, “mi fidelidad y mi amor lo acompañarán”.
“La unción no nos da un superpoder, no nos soluciona los problemas, no nos da una inmunidad frente a nuestras limitaciones y pecados. Lo que nos da es la certeza de que el Señor está siempre con nosotros, de que su fidelidad y su amor nos acompañan, y que él y solo él es la fuente de nuestra alegría, la razón de nuestra esperanza y el consuelo en medio de las dificultades. Y nos permite recordar, también, que la misión no es solo obra nuestra, que la iglesia no es solo obra nuestra; que no es Dios quien nos colabora a nosotros, sino nosotros los que colaboramos en la misión de Dios”, precisó el padre Sergio.
El arzobispo de Concepción, que hace nueve meses dejó la Diócesis de Chillán como su séptimo obispo, interpeló a los habitantes de la región en cuánto a la importancia de ser misioneros en este tiempo. “Tenemos que preguntarnos qué significa esta misión en el Chile de hoy, en el Ñuble de hoy, en nuestro mundo cruzado por tantos dolores: guerras que se alargan y tanto daño hacen; guerras comerciales que siembran hostilidad y desconfianza, atropello a la dignidad de tantas personas, una convivencia social deteriorada y un clima político polarizado. Una sociedad donde la droga y el narcotráfico penetran diversas capas sociales, con un impacto devastador en la vida de familias, niños y jóvenes”.
En este sentido, también se refirió al Año Jubilar, expresando que el Papa nos ha llamado a ser peregrinos de la esperanza. “Una esperanza que se fundamenta en la fe y se nutre del amor, y que por lo mismo no cede ante las dificultades, aunque haya muchas situaciones que nos preocupan. El Papa nos ha invitado a poner atención a todo lo bueno que hay en el mundo, para no caer en la tentación de considerarnos superados por el mal y la violencia”.
Por último, el padre Sergio hizo alusión al Centenario y al lema que nos invita a continuar en la misión. “Es también el Año del Centenario, que nos permite mirar con gratitud la semilla evangelizadora sembrada por tantos hermanos en esta Iglesia local: sacerdotes, religiosas, laicos. De los que estamos aquí, muchos son hijos e hijas de esa obra que Dios ha realizado por medio de tantos hermanos. Pero la misión continúa, aunque en una Iglesia y una sociedad que han cambiado. Ni la cultura es la misma, ni la Iglesia es la misma, pero el Señor nos sigue ungiendo con el óleo de su amor, y seguimos cada año consagrando el crisma para ungir, y bendiciendo el óleo para consolar, porque Dios quiere seguir acompañando a sus hijos en medio de la historia, y porque Él nos sigue enviando para llevar la buena nueva de la salvación”, finalizó.
Fuente: Comunicaciones Chillán
Chillán, 16-04-2025