En una emotiva Eucaristía, presidida por Mons. Ignacio Ducasse, sacerdotes, religiosas y diversos agentes pastorales, agradecieron al Señor por la vida y testimonio de la Hna Sole.

Madrileña de nacimiento y chilena de corazón, llegó a Valdivia donde levantó su tienda, procedente de la Misión en Iquique, en el año 1994. junto a su comunidad religiosa, en el sector de Las Animas, actual Parroquia Del Buen Pastor, iniciaron un arduo apostolado centrado en el acompañamiento espiritual, la cercanía a los más pobres, la catequesis y formación litúrgica, entre otros.

Más tarde, en 1997 junto a su comunidad religiosa emprende un nuevo desafío: Insertarse en la población Yáñez Zavala, sirviendo pastoralmente en medio de la Parroquia Santos Juan y Pedro, sector poblacional y pobre donde se emplaza su casa comunitaria.

Cual incesante hormiguita sirvió en múltiples sectores como la formación de laicos y Pre Diáconos, las Escuelas de Verano, el Instituto de Catequesis, la escucha y acompañamiento de los fieles y la cercanía a los más pobres...

Quienes la conocen la definen como una religiosa esforzada, sencilla, humilde y entregada “cien por mil” a la Iglesia. Para ella, el desafío primordial siempre ha sido “construir la comunión eclesial con los dones que Dios nos ha dado a cada uno. Yo siempre digo que no sólo debemos vivir en comunión con la Iglesia, sino además debemos ser comunión en ella”, dijo visiblemente emocionada durante la Eucaristía.

Al término de la Misa, la Hna. Sole recibió la bendición y el envío a la nueva Misión a la cual la destina el Señor a través de su comunidad religiosa, de manos de Mons. Ignacio Ducasse y de toda la Iglesia valdiviana que agradecida celebró el paso de Dios, en la vida e historia de una religiosa cuyo paso dejó huellas de amor y esperanza.

Fuente: Comunicaciones Valdivia
Valdivia, 09-09-2005