Monseñor Héctor Vargas, Obispo de Arica, incensó la cruz que preside todas las comunidades andinas, para dar inicio al Seminario “Reconstruyendo con la Madre Tierra” que el Obispado de Iquique coordinó, con el objetivo de buscar las mejores técticas de reconstrucción para la restauración y levantamiento de los templos daños por el terremoto que azotó el pasado 13 de junio al norte grande de Chile.
En la oportunidad, aseguró que “durante esta magnifica jornada” promovida, por la diócesis de Iquique y su administrador diocesano, Monseñor Marco Ordenes Fernández, “nos enfrentamos a los templos como maravillosos objetos de arte, que exigen ser restaurados, conservados por su inmenso valor patrimonial. Todo muy bien, pero no olvidemos que la primera exigencia de restauración y conservación proviene del valor espiritual permanente de las comunidades andinas, custodiados ellas mismas que viven intensamente su fe, sus tradiciones y que han conservado gran parte de su cultura, gracias a sus templos, y cuanto se realiza a través de ellos” .
“Estamos hablando de conservar y restaurar nuestros templos y los objetos de arte que estos acogen. Desde hace ya mucho tiempo el Vaticano viene recomendando a los pastores, a nosotros los Obispos, prestar mucha atención respecto de los bienes culturales que existen en nuestra diócesis. Una estadística dice que en Chile casi el 70 % por ciento del Patrimonio Cultural Nacional pertenece a la Iglesia”.
También señaló que “desde nuestra modernidad, el arte sacro parece un objeto de estudio suntuoso y exquisito, y lo es sin dudas, sin embargo no se debe perder de vista el sentido didáctico con que fue concedido y su rol funcional al servicio de la evangelización de hace siglos”. Y argumentó: “En el año 1989 la Santa Sede estimula la creación de las Comisiones Nacionales para los Bienes Culturales de la Iglesia. En las conferencias episcopales de cada país el objetivo era proteger los bienes en su sentido litúrgico puntual, con un fin evangelizador”.
“En Chile en 1990, se creó la Comisión Sacra en cada diócesis y se creó la Comisión Nacional para los Bienes Culturales de la Iglesia, promoviendo la documentación de este arte en cada uno de los obispados, y no fue sino hasta el 2001 cuando asume el padre Gabriel Guarda, monje benedictino, historiador, gran conocedor del arte y de nuestra cultura, tanto chilena como latinoamericana, arquitecto, él asume la presidencia de esta comisión y se pone en marcha de manera efectiva el trabajo”, enfatizó el Obispo de Arica.
“La primera misión fue organizar esta comisión definiéndose con claridad su misión de conocer, conservar y valorar los bienes culturales de la Iglesia para la evangelización. La comisión quedo conformada por un Consejo residido por el padre Gabriel, una secretaría ejecutiva y tres departamento encargados, de los tres objetivos: inventario, investigación, capacitación y divulgación. El año 2003 se comenzó el trabajo en dos diócesis piloto, fueron escogidas Rancagua y Arica. La diócesis de Arica tenia trabajo adelantado, gracias al registro realizado el año 2000, por iniciativa de Magdalena Pereira, de la Fundación Altiplano y del padre Amador Soto, párroco del altiplano ariqueño”.
“A la fecha de hoy, ambas diócesis han cerrado la etapa del inventario. El proceso permitió confeccionar un modelo de documentación moderna y eficiente, con ficha de registro y base de datos que se lo explicarán al resto de las diócesis del país. De hecho ya se han creado comisiones en prácticamente todas las diócesis”, afirmó .
Por otra parte, señaló que “se cree que la Iglesia es en exceso calma, y a veces lenta en sus movimientos, pero no es este el caso. En esta ocasión hemos querido tomar la iniciativa, la cultura forma parte de nuestra misión evangelizadora. El que como diócesis hayamos sido pioneros en este trabajo de documentación y valorización, no es fortuito, el valor patrimonial de los templos y el arte sacro que conservamos en esta región, es talvez el mayor de todo el país, no es esta la ocasión para referirse en detalle al proceso cultural que dio forma a esta extraordinaria manifestación artística. Valga decir que en nuestros templos andinos ha quedado para siempre plasmado el sentido profundo del mestizaje americano, la asimilación del europeo por parte de la cultura ancestral, asimilación que en el templo es ofrecida humildemente al Creador”.
“En el sentido propuesto por la comisión, nosotros como obispado nos hemos organizado para proteger especialmente el conjunto patrimonial de nuestros templos andinos. De momento estamos trabajando junto a la Fundación Altiplano, a quienes hemos confiado la evaluación del estado de conservación de los templos y la gestión de los proyectos de restauración que sean necesarios. Ellos hacen valer la responsabilidad que como pastores nos obliga para con nuestros templos, porque estamos hablando de lugares de culto, lugares sagrados, lugares donde se custodian los valores espirituales permanentes de las comunidades andinas”, dijo Monseñor Vargas.
Fuente: Comunicaciones Iquique
iquique, 09-09-2005