Presentación
Reconciliación
El amor de Cristo nos apremia
(cf. 2 Co 5, 14-20)
Estamos en medio de la conmemoración del V Centenario de la Reforma, y a poco más de cincuenta años del Concilio Vaticano II (1962-1965), en el que la Iglesia Católica se incorporó oficialmente al movimiento ecuménico. Hasta ese año, predominaba en ella el temor de aparecer abandonando la fe verdadera, porque consideraba que todas las comunidades que se habían apartado de su seno habían caído en algún error. Y, a todas luces, el error no tiene derecho a existir.
Por su parte, las otras iglesias y comunidades que –no sólo desde 1517, sino desde muchos siglos antes—se habían alejado de la Iglesia romana, la veían identificada con poderes de este mundo, y sentían que se aferraba a costumbres y doctrinas que no procedían directamente del Evangelio de Jesucristo.
Desde mediados del siglo XIX, sin embargo, muchas personas y comunidades promovían el acercamiento entre quienes se llamaban cristianos. Les acuciaba la sentida oración de Jesús por sus discípulos: Que todos sean uno,... Padre..., para que el mundo crea que Tú me has enviado (cf Jn 17,21). Y desde comienzos del siglo XX, cristianos de diversas comunidades oraban insistentemente por la unidad. De ahí nació este Octavario, o Semana, de Oración por la Unidad de los Cristianos.
Al mismo tiempo, el progreso de las ciencias históricas y de los medios de comunicación permitió que pudiéramos conocer con mayor exactitud a los hechos y las personas que habían participado en las diferentes crisis que dieron origen al numeroso grupo de comunidades cristianas... La imagen que mejor representa a esta familia de comunidades es la de un frondoso árbol, donde -tal vez con vergüenza- debemos reconocer que lo que nos separa es la pregunta por cuál es el tronco principal.
Al acercarse el aniversario 500 del momento en que Martín Lutero dio a conocer sus tesis sobre la justificación, nuestras iglesias han llegado a reconocer que es el momento de agradecer un camino que nos ha ido trayendo progresivamente Del conflicto a la comunión. Así lo mostró la Comisión Luterano-Católico Romana en un informe que publicó el año 2013, el que permitió que el 31 de octubre de 2016, el Papa Francisco se encontrara con las autoridades de la Federación Luterana Mundial en Lund (Suecia) en una liturgia conjunta, que aquí en Chile se replicó en la Iglesia Evangélica Luterana El Redentor (Santiago).
Bajo el mismo impulso del Espíritu, este año, la Semana de Oración nos llama a dejarnos reconciliar con Dios, y a reconciliarnos entre nosotros. A la luz de la Palabra de Dios citada en el epígrafe, oremos y trabajemos insistentemente para que lleguemos a la unidad visible.
Illapel, 4 de mayo de 2017
Mons. Jorge Vega Velasco
Obispo de Illapel
Pdte. Comisión Nacional de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso
Ref.:E.E. 14/17
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