Una lectura litúrgica espiritual del Misterio de Navidad
Texto del Pbro. Gonzalo Guzmán, que nos invita a vivir y celebrar Navidad, donde la salvación, la luz, la debilidad, la paz, la alegría y la solidaridad, nos impulsan a avanzar tras los pesebres oscuros y fríos para colmarlos de luz, alegría y paz
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Además, les presentamos hermosas reflexiones escritas por P. Grostefan en el libro Caminos de Adviento, de Ediciones Du Signe.
Las reflexiones de cada semana tienen un especial énfasis: la primera semana corresponde a la Espera, la segunda a la Confianza, la tercera a la Prisa y la cuarta a la llegada de Cristo.
La Espera
Los Cielos Abiertos
Un pobre llama
y tú lo escuchas.
Vas por delante.
Tú amor no tiene límites
e ignora las fronteras.
En la casa del Padre
hay un sitio para muchos.
Vendrán del este y del oeste,
del poniente y del levante,
sin tarjeta de invitación
y sin reservas,
para sentarse a la mesa
que tú mismo preparas.
Tu gloria será como una bóveda,
como un techo de hojas
que nos protege del calor del día,
de la tempestad y de la lluvia.
Sin embargo, lo sé, es verdad,
no soy digno
de que hagas esto por mí.
Todos serán inscritos en Jerusalén y vivirán
Isaías 4,3
El Día de Dios
Todavía un poco de tiempo,
un poco de tiempo solamente
y el Señor vendrá.
Dios será luz para todos,
los ciegos lo verán.
La guerra,
el sufrimiento, el mal,
no serán más que un recuerdo
y su nombre será borrado
del libro de la vida.
Todavía un poco de tiempo,
un poco de tiempo solamente.
¿A quién temeré?
¿Quién me hará temblar?
Salmo, 26,1
La Espera
Hay esperas ansiosas,
angustiosas
que me mantienen despierto
y perturban mi sueño.
Hay también
una espera confiada, serena,
en la que cuento los días,
las horas,
los minutos.
Porque sé que viene
el amado de mi corazón.
Eres tú, Señor,
el que espero,
serena y gozosamente,
No tardes más.
Ven.
Tengo necesidad
de tu presencia.
Mi corazón se viste de fiesta
sabiendo que vienes ya.
¡Estén despiertos!
No conocen el día…
Mateo 24, 42
El Triunfo del Amor
Aquí está nuestro Dios,
que viene como
lo ha prometido.
Que la humanidad entera
ocupe su sitio para la fiesta.
Que los mudos tomen la palabra,
que los cojos abran el baile
que los ciegos lean el menú.
Que corra el vino
en abundancia,
como corría ya
en las bodas de Caná.
Sirvan las mejores carnes,
se ha matado el toro cebado.
Ha llegado la hora,
estamos de fiesta.
No habrá últimos
ni primeros.
Todos serán hermanos
hijos e hijas del Rey.
Todos saciarán su hambre
Mateo 15, 37
La Confianza
¿Cuándo llegará al fin
el prometido de Dios?
¿Cuándo llegará el día
en que nuestra espera
será satisfecha?
El lobo convivirá con el cordero,
en praderas sin mancha.
El leopardo será amigo del cabrito,
el cachorro de león con el ternero.
El león pacerá con la vaca y la cabra.
El niño pequeño
jugará
con la serpiente y el áspid.
El hombre
será hermano
de su hermano,
será de nuevo el paraíso
en la tierra.
Ven Señor,
date prisa.
Los campos ya blanquean,
la cosecha está próxima.
Librará al pobre que súplica, al
afligido que no tiene protector.
Cuidará del pobre.
Salmo 72, 12-13
Juan Bautista
¿Cuándo vendrá el prometido
por Juan Bautista,
el Cordero de Dios,
el Elegido?
Él había dicho:
"No temas, pequeño gusanito,
no tengas miedo pobre mortal,
yo vengo a socorrerte."
Juan lo señaló
delante de sus discípulos más fieles
y ellos le siguieron.
Juan no era la luz:
él era su testigo.
Nosotros no somos la luz,
sino una pequeña lámpara que ilumina
en la espera y en la oración.
Abre tu puerta, prepara tu corazón para que,
cuando Él venga, te encuentre de pie,
preparado para recibirle.
La mano del Señor ha hecho todo esto.
Isaías 41, 20
Corazón Abierto
Vengan a mí,
acudan todos.
Mi corazón está abierto para
recibirlos.
Pidan y yo les daré;
Llamen a mi puerta
que yo les responderé
enseguida.
Los que sufren,
sepan que yo comparto su
sufrimiento;
Los que lloran,
sepan que yo comparto su llanto.
Soy humilde de corazón.
Si la fatiga les cansa,
yo seré su descanso.
Tomen mi yugo que es ligero
y el peso que les aplasta,
Yo le llevaré también.
El Señor es compasivo y
misericordioso, lento a la ira y lleno de amor.
Éxodo 34, 6
Que se Haga la Luz
Él que había dicho:
"Que se haga la luz";
Él que había dicho:
"Que haya firmamento"
Él que había dicho:
"Que las aguas bullan de vida"
Él que había dicho:
"Que la tierra sea fecunda"
Él que había dicho:
"Hagamos al hombre y a la mujer"
Es el mismo que ha dicho
al paralítico que se levante,
que tome su camilla
y se vaya a su casa.
Que su palabra haga estallar
en nosotros la vida
y habrá luz.
Hoy hemos visto…
Lc 5, 25
¿Deprisa?
Nunca se ha visto
a un jardinero jalar una planta
para que crezca más deprisa,
ni recoger lo que se sembró
el día anterior.
¿Por qué esta impaciencia
en la espera del Salvador?
Él viene, lo ha prometido.
Y si todavía tarda,
¿Por qué inquietarse?
Él sabe lo que es bueno para nosotros.
Aquí está nuestra humilde confianza.
¡Ten valor! Aquí está tu Dios: Él mismo es el que viene.
Isaías 35, 4
La Nueva Alianza
Se cumplieron los tiempos.
La Virgen concebirá
al hijo de la Promesa.
En Nazaret, en Galilea,
en el encuentro
de las naciones,
Dios visita a su pueblo.
"Alégrate, llena de gracia,
el Señor está contigo".
Llena de Espíritu
María supo decir "sí"
a lo imprevisto de Dios.
Ella creyó en lo imposible,
creyó en lo inesperado,
es el comienzo
de la alianza nueva.
Pueblo de Dios, alégrate,
hermano mío, amigo mío,
salta de alegría.
Llega el Salvador al mundo.
Este es el pueblo de los que le buscan
Salmo 23, 6
El Magníficat
Engrandece mi alma al Señor
mi corazón rebosa de alegría.
Me has mirado
y yo me siento crecer.
Derribas a los poderosos
y haces callar a los maliciosos.
Confías su secreto
a los pobres y a los humildes.
Lo que escondes a los sabios,
lo revelas a los sencillos.
Finalmente se cumple la promesa
hecha en otro tiempo a nuestros padres.
Abraham se alegra con los suyos
viendo que ha llegado el día.
Levanta al pobre para que se siente y reciba el trono de gloria.
1 Samuel 2,8
Oración
Ven Señor y sálvanos.
Los hambrientos están aquí,
vienen de todos los rincones del mundo.
Recíbelos, sacia su hambre,
Señor, sé para ellos un buen prójimo.
Ven Señor y sálvanos.
Da luz a los ciegos,
levanta a los agobiados.
Eres el amigo de los justos
y de los pecadores.
Ven Señor y sálvanos.
Recibe como huéspedes
a los extranjeros, acompaña
a los que viven solos.
Tú eres el hermano
de los huérfanos y el Salvador de los hombres.
Ven Señor y sálvanos.
¡Qué estén alegres!
¡Que goce y florezca…que exulte y grite de alegría!
Isaías 35, 10
Cuarta Semana de Adviento
Ya está aquí
Ya viene
el Mesías, el Señor,
promesa cumplida de Dios.
Llega la plenitud
de los tiempos.
Dios nos envía a su Hijo.
El Señor dice a mi Señor:
"Yo te he engendrado hoy"
Aquí está la Nueva Alianza
en la que Dios será el Padre de todos;
y nosotros seremos sus hijos.
Así es la ternura del corazón de Dios
que guía nuestros pasos cada día por caminos de paz.
"Ha suscitado una fuerza"
Lc 1, 69
Toquen los Instrumentos
Bendito sea el Señor,
Dios de Israel y Dios del mundo
en estos días de Navidad
en que quiere permanecer entre nosotros.
A lo largo de la historia,
ha mostrado su ternura
y nunca ha olvidado
la alianza que pactó.
El corazón de Dios está abierto
a los que viven en el temor
y titubean en la noche:
Él les muestra el camino.
Bendito sea Juan, tu enviado
que prepara tu venida.
Benditas sean las mujeres y los hombres
que nos abren el camino.
Bendito sea el Señor que ha suscitado una fuerza que nos salva
Lc 1, 68-69
Oh
Oh sabiduría salida de la boca de Dios,
Palabra hecha carne como nosotros, ¡ven!
Oh guía de Israel,
zarza ardiente, nube de fuego, ¡ven!
Oh raíz de Jesé,
hijo de David, de Belén, ¡ven!
Oh llave de David,
puerta abierta a Dios, ¡ven!
Oh sol naciente
esplendor del Padre, resplandor de su rostro, ¡ven!
Oh Rey del Universo,
piedra angular de la Iglesia, ¡ven!
Oh Emmanuel,
Dios con nosotros, Dios en nosotros
¡ven!
Se proclama su nombre:
"Maravilloso-Consejero, Dios Fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la Paz"
Isaías 9, 5
Es tiempo de Navidad
por Mara Victoria Peralta