Renovando la celebración de la misa
INTIMA RELACION DE LA PALABRA DE DIOS CON LA EUCARISTIA
Es el titulo de una página luminosa de los Preliminares del Leccionario de la Misa, un documento del magisterio de la Iglesia que todo pastor debería conocer y meditar.
Redescubrir la vinculación entre la Palabra y la Eucaristía es un paso indispensable para una auténtica renovación de la celebración de la misa.
Habitualmente se considera la Liturgia de la Palabra y la Liturgia eucarística- las dos mesas de la Misa - como independientes una de otra. La primera aparece como una preparación (antes del Concilio se hablaba de ante-misa), una catequesis bíblica, una enseñanza moral; y la segunda era realmente la misa, la parte mas importante, de tal modo que bastaba llegar para el ofertorio para que la misa sea válida !
Dice parte del documento citado:
En la Palabra de Dios se anuncia la Alianza divina, y en la Eucaristía se renueva esa misma alianza nueva y eterna. En una, la historia de la salvación se recuerda con palabras; en la otra, la misma historia se expresa por medio de los signos sacramentales de la liturgia.
Por tanto, conviene recordar siempre que la palabra divina que lee y anuncia la Iglesia en la liturgia conduce, como a su propio fin, el sacrificio de la alianza y al banquete de la gracia, es decir a la Eucaristía. Así pues, la celebración de la misa, en la que se escucha la palabra y se ofrece y se recibe la eucaristía, constituye un solo acto divino, con el cual se ofrece a Dios el sacrificio de alabanza y se realiza plenamente la redención del hombreó (n. 10)
La misa es la celebración de la Alianza nueva en la Sangre de Cristo. La palabra que en ella se proclama es el equivalente de la predicación de la Alianza. Es, pues, el fundamento sobre el cual se edifica la celebración de la Alianza nueva. Resulta que la Palabra está presente en la celebración, no sólo en la Liturgia de la Palabra, sino también a lo largo de la celebración eucarística.
Las dos partes de que consta la misa, a saber la liturgia de la palabra y la eucaristía, están tan íntimamente unidas que constituyen un solo acto de culto (SC 56)
Y este único acto de culto es la celebración de la Alianza, tanto en la proclamación de la Palabra, como en el sacramento.
COMO VINCULAR ESTOS DOS MOMENTOS
Precisamente es la función de la Homilía de ser como la bisagra entre las dos partes. Lo dice muy bien Puebla en su n. 930 :
ó La homilía, como parte de la liturgia, es ocasión privilegiada para exponer el misterio de Cristo en el aquí y ahora de la comunidad, partiendo de los textos sagrados, relacionándolos con el sacramento, y aplicándolos a la vida concreta.
Ninguna homilía no puede terminar sin anunciar que la Palabra proclamada se hace Carneó en el sacramento.
Pero, a lo largo de la misa, debería estar presente la palabra proclamada.
Es también el rol de las moniciones previstas, y particularmente, una de las más importantes: antes del Prefacio, antes de Levantemos el corazón!, que abre la gran plegaria eucarística (Cf. nuestro comentario de la nueva IGMR Moniciones): el mensaje de la Palabra de Dios es siempre motivo de acción de gracias.
Varias son las formas de oración, a lo largo de la misa, cuya inspiración puede derivar de la Palabra.
Así, en la Preparación penitencial (no es un rito sino un acto) usamos preferentemente la expresión preparación penitencial): sin ser una examen de conciencia, la Palabra es criterio de juicio: nos hace conscientes de nuestro pecado, hace brotar de nuestro corazón el arrepentimiento, nos abre la puerta del perdón.
En la Oración universal, inspira la oración de la comunidad por la Iglesia universal. La comunidad responde a Dios, mostrándole los deseos de su corazón sembrado por la Palabra.
En la oración de acción de gracias de la comunión, suscita en nosotros la alabanza y el agradecimiento a Dios.
COMO UTILIZAR ESTAS ORACIONES BIBLICAS
1. APERTURA DE LA CELEBRACION:
Saludo y bendición inicial.
El misal ofrece tres fórmulas de saludo, dos de las cuales son doxologías de S. Pablo; no son exclusivas: otras pueden elaborarse a partir de la palabra de Dios en forma de bendición.
Se sabe que la tradición bíblica utiliza la bendición como fórmula de saludo. S. Pablo, de acuerdo con la tradición judía, utiliza fórmulas de bendición para saludar a sus comunidades. Las bendiciones que proponemos para cada domingo podrán reemplazar útilmente las fórmulas que usamos en las relaciones humanas, como por ejemplo :ó Hermanos y hermanas, buenos días a todos ustedes que ...ó , fórmulas simpáticas, por cierto, pero que se desgastan rápidamente y faltan de densidad bíblica.
2. PREPARACION PENITENCIAL
Según la IGMR n. /30, se proponen o bien intenciones penitenciales o bien aclamaciones a Cristo. Cada una de estas formas es rica de significación teológica.
En las fórmulas que presentan intenciones penitenciales, la comunidad reconoce y confiesa su pecado, a fin de poder recibir el perdón de Cristo. No puede ser salvado, según el Evangelio, sino el que se reconoce necesitado de la misericordia de Dios (Lc 19,10).
En las invocaciones a Cristo, la comunidad proclama que este perdón de Jesús forma parte de la Buena Nueva que El nos trae, y aclama esta Buena Nueva del perdón.
Si se guardan tres intenciones o tres aclamaciones, las invocaciones-respuestas de la asamblea (de preferencia cantadas), serán Señor (=Jesús), ten piedad.
El sacerdote concluye con la impetración (que no es absolución) del perdón, la que ratifica la asamblea con su Amen!.
ORACION UNIVERSAL
El sacerdote que preside (laico en ADAP) abre esta oración por una introducción. Esta no figura necesariamente en nuestros textos. En este caso, se la puede reemplazar por una fórmula general, p. ej. Oremos por la Iglesia universal.
Se dan un gran número de intenciones. No es necesario presentarlas todas a la asamblea. Se escogerán las que mejor convienen, sobre todo en función de la homilía anterior.
Un breve tiempo de silencio es necesario antes de llamar la respuesta de la asamblea, a fin de interiorizar lo que se ha pedido. Luego el diácono o el cantor llama la respuesta, diciendo o cantando: Roguemos al Señor, a lo cual la asamblea contesta (mejor cantando) : Te rogamos óyenos! o Escúchanos, Señor!.
No lo hemos indicado en el texto.
También, antes de concluir con la imploración conclusiva, el que preside invita a un silencio en que la asamblea formula sus intenciones personales.
RITOS DE COMUNION
a) Padre nuestro. Si no se propone una fórmula para introducir el Padre nuestro se utilizará naturalmente una o otra de las que propone el Misal como modelo.
b) Señor Jesucristo.
Un texto particular se propone para esta oración únicamente
cuando el Evangelio trae una palabra de Jesús. Esta oración puede utilizarse tal cual en las celebraciones no-eucarísticas. Puede también enriquecer el texto oficial de la oración del Misal romano en las celebraciones eucarísticas. Puede también utilizarse como oración conclusiva de la Oración universal.
El misal alemán, el vasco y otros, siguiendo el ejemplo de la liturgia hispánica, ofrecen unas introducciones alternativas para esta oración que prepara y motiva el gesto de la paz antes de la comunión. Se viene a considerar su primera parte como móvil y la segunda (a partir de no tengas en cuenta... como fija.
Por ejemplo. en Cuaresma :
Señor, Tú eres nuestra paz y a los que se convierten de corazón, los reconcilias con Dios. No tengas en cuenta...
- Pascua : ó Señor Jesús, Tú has vencido al pecado y a la muerte, y cuando resucitaste, te hiciste presente en medio de los apóstoles dirigiéndoles tu saludo: La paz les dejo, mi paz les oyó. No tengas en cuenta...
- Pentecostés : Señor Jesús, Tu has enviado a tu Iglesia al Espíritu Santo para que todos los pueblos se reconciliaran y vivieran en la unidad y el amor. No tengas en cuenta...
c) Comunión.
Será siempre oportuno terminar el texto propuesto por la fórmula usual :ó He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado...ó a fin de suscitar la respuesta de la asamblea : Señor, Yo no soy digno...
Esta invitación-monición vincula fuertemente la Palabra y la Eucaristía: la comunión al Cuerpo tiene el gusto de la Palabra a la cual se ha comulgado en la liturgia de la Palabra.
ORACION DE ALABANZA
Esta oración que vincula la comunión con la Palabra se ubica después del tiempo de silencio que sigue a la comunión y antes de la oración conclusiva. Puede también utilizarse durante la procesión de comunión con una breve aclamación cantada entre cada frase pronunciada de manera meditativa.
Comisión Nacional de Liturgia, Conferencia Episcopal de Chile