La misma parroquia fue víctima de esos desmanes. En los primeros días del estallido social de 2019, grupos de delincuentes rayaron sus paredes, posteriormente entraron al inmueble y destruyeron todo lo que pudieron para -finalmente- el 18 de octubre de 2020, incendiar la parroquia y destruir todo lo que pudieron. Su acción provocó la caída de la torre y dejó sólo el esqueleto de unos muros vacíos.

Sueños, alegrías, historias de fe se borraron con la acción de los vándalos, pero nadie quería quedarse en el odio, por lo que los fieles de inmediato se organizaron y, con la ayuda de otras comunidades, limpiaron y despejaron los escombros para volver a reunirse nuevamente en un salón que había escapado del fuego. Aún con temor por los continuos actos de pillaje, fueron capaces de renacer sin odio y rezar por la conversión de quienes había destruido su “tesoro”.

Hoy sus oraciones se ven compensadas y maestros trabajan con ahínco para cumplir el sueño de celebrar Navidad en la parroquia restaurada. Los trabajos adelantan a buen ritmo y ya se ven los techos y paredes. Además, el proyecto busca la rehabilitación de diferentes oficinas parroquiales para atender a los fieles, salas para catequesis, así como un lugar para los velatorios. La idea es también dotar de un jardín, donde se pueda reunir la comunidad y dejar atrás las penas vividas.

Pero, como señalamos, la comunidad nunca bajó los brazos y hoy invita a celebrar el Mes de SU Patrona. Ya han hecho actividades sociales como el compartir fraterno o la once “Los Años Dorados”, la campaña de reciclaje y la feria de las pulgas. Pero lo que de verdad los reúne es la oración, por ello organizaron una visita al cerro San Cristóbal y momentos de adoración ante el Santísimo, junto a talleres de Lectio Divina. Un mes del que nadie quiere quedar fuera, porque hay mucho que agradecer, partiendo por el estar juntos.

Reconstruir es más que levantar paredes
Ver la destrucción de la Iglesia conmocionó, no sólo a los parroquianos, sino a fieles de todo el país e incluso del extranjero. Desde el primer momento, cuando la iglesia fue vandalizada en 2019, La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN Chile) se puso al servicio de la parroquia y desarrolló un proyecto de rehabilitación del templo. Pero esto se vino abajo en octubre del 2020, cuando la parroquia fue incendiada. El trabajo ideado ya no servía y hubo que comenzar un nuevo plan que requería de nuevas y grandes inversiones.

Finalmente, en mayo de este año se pudo comenzar a la primera etapa de la restauración, que consiste en reforzar estructuralmente los muros y el tímpano de la fachada, instalar la techumbre y nuevo sistema eléctrico, y pintar. Durante los trabajaos aparecieron los restos de la campana de la torre, pequeños trozos que resistieron el fuego y la caída desde lo alto. Con sorpresa el párroco vio que en uno de los pedazos de la campana se leía “Esperanza”. Todo cobró nuevo sentido y este descubrimiento se convirtió en el símbolo de los sentimientos que los sostienen e impulsan en su labor apostólica.

Aún queda mucho por hacer y en Ayuda a la Iglesia que Sufre confiamos que manos generosas podrán ayudar a terminar los trabajos que hoy alegran a la comunidad de la Asunción. www.acn-chile.org/chile

Puedes ver un video con un antes y después que refleja lo vivido.
https://www.youtube.com/shorts/0jgAHlfZsf8

Fuente: ACN Chile
Santiago, 13-08-2024