Misa Crismal en Melipilla: Escuchar, confiar y consolar

Misa Crismal en Melipilla: Escuchar, confiar y consolar

Con la presencia de los sacerdotes, diáconos permanentes, sus familias y feligreses, el miércoles Santo, se celebró la Misa Crismal y la renovación de las promesas sacerdotales.

 
Jueves 28 de Marzo de 2024
En su homilía nuestro Obispo, don Cristián Contreras Villarroel, señaló: “Hemos traspasado el gran pórtico que nos introdujo en una nueva Semana Santa, con la hermosa y multitudinaria celebración de Domingo de Ramos. Hemos sido testigos de la importancia del gesto y del signo, del símbolo. Nuestra fe cristiana está jalonada por la necesidad de señales concretas que nos indiquen la presencia de Dios en nuestras vidas. Eso ocurre con el ramo, con la cruz, con el pesebre, con los rosarios, con las medallas, con las estampitas. Acontece con el pan y el vino que, por la acción del Espíritu Santo, serán el Cuerpo y Sangre de Cristo; ocurre con el Óleo consagrado para la unción de los bautizados, confirmados, de quienes son ordenados sacerdotes y obispos; sucede con el Óleo que bendecimos para que sea un bálsamo de alivio para nuestros enfermos y de fortaleza para los convertidos al cristianismo. Bendecimos y consagramos el fruto del olivo, para ser ministros de la misericordia y de buenas noticias, es decir, para ser otros Cristo que ungen y alivian los dolores del cuerpo y del alma de la gente.

Seguidamente, recordó las grandes líneas constitutivas de la Iglesia comunión de acuerdo a la enseñanza del Concilio Vaticano II: “kerigma, liturgia y diaconía. No podemos renunciar a ninguna de ellas en la edificación de la Iglesia. Otras tres palabras irrenunciables para formar comunidades humanas y creyentes son fe, esperanza y caridad”.

Animó a los sacerdotes a “acoger, acompañar y animar como las actitudes que deben caracterizar la acción pastoral de la Iglesia diocesana. Inspirados en estas y en las hermosas lecturas bíblicas es oportuno subrayar algunos verbos que, como tales son signos que hoy necesitamos con urgencia: en un mundo de sordos o, por el contrario, de mucha palabrería: escuchar. En un contexto de sospechas: confiar. En un ambiente individualista y de mucha orfandad: consolar.

Finalmente, nuestro Obispo agradeció a Dios y a cada uno de los presbíteros y diáconos permanentes por el servicio que día a día prestan a la comunidad eclesial, así como a los diáconos permanentes a sus esposas, hijos y familiares y a todos quienes acompañaron esa noche.

Fuente: Comunicaciones Obispado Melipilla
Melipilla, 28-03-2024
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