Colaboradores de la Diócesis San Juan Bautista de Calama peregrinaron al Santuario de Guadalupe en México
Obispo Tomás Carrasco destacó la grandeza de la tierra mexicana, tierra bendita puesta a los pies de la Virgen de Guadalupe.
En un acto de profunda devoción y compromiso, colaboradores de la curia diocesana de Calama realizaron una peregrinación al Santuario de Guadalupe en México, encabezados por el obispo Tomás Carrasco que presidió una emotiva eucaristía en el altar mayor de la Basílica, acompañado por el padre Rubén Valderrama.
La peregrinación organizada y gestionada por los propios colaboradores, no solo fue un viaje de fe, sino también una oportunidad para fortalecer el compromiso con el servicio desde la Iglesia de Calama hacia todos los fieles. Durante su estancia en el santuario, los participantes renovaron su compromiso de servir desde el obispado en los diversos ámbitos donde se acoge y atiende a la comunidad.
El obispo Tomás Carrasco, en su mensaje durante la eucaristía, destacó la importancia de esta experiencia de encuentro espiritual y fraterno, instando a los presentes a seguir sirviendo con entrega y amor a quienes más lo necesitan. “Hemos llegado hasta este lugar para dejarnos también empapar por este amor suave, tierno y tan único de María que es nuestra madre. Hemos venido para colocarnos a sus pies y dejar también, que nos cambie las direcciones, como lo hizo Juan Diego. Dejar que sea ella la que nos vaya direccionando hasta ese lugar que ella sabe, el corazón de su Hijo Jesucristo”.
Monseñor Tomás Carrasco resaltó la grandeza de lo que significa Nuestra Madre Santísima que nos invita hasta este lugar, quien nos hace peregrinar de lejos para poder saborear lo que ella saboreó, que es el amor de Dios. “Hemos traído en esta peregrinación muchas preocupaciones, Hemos traído hasta los pies de la Virgen María muchos encargos, de enfermos, de personas que supieron que veníamos hasta este lugar para que pusiéramos sus oraciones ante la Virgen, por eso que le han dicho las palabras de María -Estoy aquí y soy tu madre-. Qué grandes son las palabras de María demostrando que no somos huérfanos, que tenemos una mamá, una madre que es capaz de descubrir los dolores de sus hijos, pero también de descubrir cuáles son sus temores. Qué grande es esta tierra mexicana, qué grande es este lugar bendito, tierra posada a los pies de la Virgen en este mundo, tierra bendita”.
La peregrinación culminó con momentos de oración, reflexión y camaradería, dejando en los corazones de los participantes un renovado espíritu de servicio y devoción hacia la Virgen de Guadalupe y la labor evangelizadora de la Iglesia.
Fuente: Comunicaciones Calama
Calama, 26-01-2024