Diócesis de Copiapó reedita libro con las cartas y mensajes del obispo Fernando Ariztía
El recordado obispo emérito falleció hace veinte años.
Como un homenaje a su memoria, a veinte años de su Pascua, este sábado 25 de noviembre se presentó la reedición del libro “Cartas de don Fernando. Un pastor al estilo de Jesús”, con las homilías y mensajes del recordado obispo emérito de Copiapó, Monseñor Fernando Ariztía Ruiz.
Para la presentación de este libro se contó con el testimonio de cuatro personas que presentaron la figura de don Fernando desde distintas perspectivas. Comenzó las presentaciones el obispo, Monseñor Ricardo Morales, explicando la relevancia de reeditar este libro, en el que se encuentra gran parte del legado de don Fernando. En segundo lugar, tomó la palabra la senadora Yasna Provoste, quien fuera intendenta al momento del fallecimiento de don Fernando, y le correspondió despedirlo como primera autoridad de la región. A continuación, el rector de la sede Copiapó de la Universidad Santo Tomás, Dr. Rodrigo Rojas, se enfocó principalmente en dos aspectos que don Fernando abordó en sus mensajes: la juventud y la educación. Finalmente, el director del área social de la diócesis, Jorge Alfaro, compartió su experiencia de vida junto al obispo emérito y las enseñanzas que dejó su testimonio de amor al Señor y al prójimo.
Luego de las exposiciones, los asistentes un emotivo video con algunas reflexiones de don Fernando, y escenas de su misa de exequias. En este registro aparecen importantes figuras nacionales, como el Presidente de la República de esa fecha, Ricardo Lagos Escobar, ministros de Estado, la presidenta de la Agrupación de Detenidos Desaparecidos, Ana Díaz, que llegaron hasta Copiapó para participar de la despedida de don Fernando, hace veinte años.
Misa en memoria de Mons. Ariztía
Tras la ceremonia de presentación del libro, el obispo celebró la misa, en la Catedral, en memoria de don Fernando, acompañado de sacerdotes y diáconos. En la homilía, el obispo comenzó recordando que “adherir a Jesús no es fácil, implica una conversión permanente”, añadiendo que “Jesús invita a sus discípulos para que salgan a anunciar la Buena Noticia; no hay adhesión a Cristo si no hay misión y profetismo”, y subrayó que “ser profeta puede implicar la persecución y la muerte, implica reconocer dónde están los pequeños, los vulnerados, los que no tienen voz”. Dijo que don Fernando “fue discípulo de Cristo. Cuando en Chile se tenía que defender a los perseguidos, fue tachado de muchas cosas, pero él sabía que sin profetismo no se puede seguir a Cristo” y enfatizó que “el día que la Iglesia deje de defender a los ninguneados, a los vulnerados, deja de ser la Iglesia de Jesús”. Invitó a hacer memoria agradecida de don Fernando, “pastor bueno que nos impulsa a preguntarnos dónde están hoy los pequeños y si estamos con ellos realmente”.
El ofertorio estuvo a cargo de los jóvenes. Fueron ellos los que, junto al pan y al vino, llevaron al altar un jarro y un lavatorio, signo del servicio fraterno a los más necesitados.
Al final, el padre Francisco Javier Medina, último sacerdote ordenado por don Fernando, entregó un testimonio personal, compartiendo anécdotas y aprendizajes, y dando gracias a Dios por su paso por Atacama.
La misa concluyó con un momento de oración en la cripta de los obispos, en la capilla del Santísimo, donde descansan los restos mortales de don Fernando Ariztía.
Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 29-11-2023