Les pidió el Arzobispado de Santiago, a los ocho agentes pastorales, que recibieron la ordenación diaconal permanente,el pasado sábado 12 de agosto en la Catedral Metropolitana.
Con el compromiso de servir a la Iglesia por medio de la Palabra, de la liturgia y la caridad: Alejandro; Miguel ; Eduardo; Luis; Robertino; Sergio; Juan y Joaquín, fueron llamados por sus nombres, para servir a la Arquidiócesis de Santiago, por medio del ministerio del diaconado permanente.
El camino lo iniciaron hacía ya seis años, en el año 2017 cuando comenzaron la formación para este ministerio. Camino que estuvo marcado por el estallido social y la pandemia, pero que supieron enfrentar de la mano de Dios y así subir al presbiterio de la Catedral de Santiago, el sábado 12 de agosto y ser ordenados diáconos permanentes, acompañados por sus familias y sus comunidades, quienes emocionados participaron de esta celebración.
La eucaristía de Ordenación Diaconal, comenzó como es habitual con los ritos iniciales y luego de la Liturgia de la Palabra, tuvo lugar la Liturgia de la Ordenación, donde fueron presentados los candidatos y se dio testimonio de que eran dignos de recibir este ministerio.
Confirió esta ordenación el Cardenal Celestino Aós Braco, quien expresó en su homilía, que ellos ya tenían una experiencia de servicio y generosidad en el matrimonio, como esposos y padres de familia, un compromiso a prueba de todo: “Hay que ser generosos en la entrega y el servicio, no se puede vivir bien un matrimonio en la tristeza ni la amargura (…) un diaconado que no se vive en la generosidad no sólo no llena la vida, sino que resulta una incomodidad y un peso. Ustedes se van a comprometer, serán diáconos en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, con este y con el otro párroco, con esta y la otra comunidad”, indicó el Cardenal, agregando que Dios ama al que da con alegría.
Un compromiso con la Iglesia de Santiago
Cada uno de los ocho diáconos, fue pasando frente al Arzobispo, para responder las “Promesas de los diáconos elegidos” y luego sellaron este momento, postrándose en el suelo como signo de humildad, amor y donación a Dios que los ha llamado, ante la emoción de toda la Iglesia de Santiago, reunida y entonando las “Letanía de todos los Santos”, pidiendo la intersección de todos ellos, que han sido reconocidos como modelo para nuestra Iglesia.
El rito de ordenación siguió con la imposición de manos y la plegaria de ordenación por parte del Cardenal Aós, mientras los candidatos al diaconado permanecían de rodillas el Arzobispo extendía sus manos sobre sus cabezas, es en este momento, donde se pide la intersección del Espíritu Santo, para que los fortalezca con su gracia y sus siete dones.
Al otro lado del altar los familiares, amigos y sus comunidades, atentos a todos estos ritos, emocionados y retratando con sus teléfonos, cada uno de los momentos, entre ellas, Patricia Bravo, esposa del diácono Eduardo Pineda, que siente este llamado al diaconado como suyo también: “Dios nos llamó y nosotros le dijimos acá estamos Señor y él hizo su obra, pues nosotros estamos para servirle. Somos una familia muy participativa en la parroquia y este llamado es para todos y lo vivimos con mucha humildad y responsabilidad de servir bien a Cristo”, expresó Patricia, quien es de la comunidad San Juan Bosco, de la Zona Sur de Santiago.
En la oportunidad también se revistió a los diáconos ordenados con los “Ornamentos Diaconales”: La estola sobre el hombro izquierdo, la dalmática (túnica blanca), el libro de los Evangelios y se cerró este momento con el abrazo de la paz, por parte de obispo.
Al igual que Patricia, estaba Verónica Cuevas, amiga y comadre de Robertino Pizarro, de la parroquia Cristo Resucitado de Maipú, quien también quiso acompañarlo en esta ceremonia junto a su hijos gemelos, que son ahijados del nuevo diácono permanente: “Es una bendición tener un diácono y que además sea padrino de mis hijos, lo hemos visto muy entusiasmado en el proceso de formación, siempre disponible, caminado hacia delante “, señaló Verónica.
Finalmente, el nuevo Diácono Permanente para la Iglesia de Santiago, Alejandro Cristi, expresó unas palabras de agradecimiento en nombre de todos sus compañeros, que recibieron este ministerio: “Los invito a pensar lo bueno que ha sido el Señor con nosotros, en la inmensidad de su divina bondad, que es como un océano, como un tsunami de cariño que estamos recibiendo. Debemos confesar que es totalmente inmerecido. Nos llama a realizar una vocación de servicio que él mismo nos regaló, sabe que desarrollarla nos hace felices y además por hacerlo, nos promete como premio la santidad. La balanza está demasiado inclinada hacia nosotros, pero así es nuestro Dios, su medida es siempre abundante y desbordante, el ciento por uno. Ofrecemos al Señor nuestra vocación de servicio como Diáconos Permanentes y esperamos contar con su Gracia”, expresó Cristi, pidiendo la oración de todos los asistentes, para esta nueva misión que comienza.
Fuente: www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 14-08-2023