Monseñor Morales: Sacerdotes, enviados y ungidos para ser anunciadores de la Buena Noticia
Misa Crismal en la Catedral congregó a cientos de personas.
Gran cantidad de fieles se reunió la tarde del Miércoles para celebrar junto a los sacerdotes la misa Crismal en la Catedral de Copiapó.
La misa fue presidida por Monseñor Ricardo Morales, y concelebrada por los sacerdotes de toda la diócesis, diáconos y acólitos, y en la asamblea hubo comunidades parroquiales. Religiosas y agentes pastorales.
En su homilía, dirigida principalmente al presbiterio, el obispo se centró en dos temas: la unción y el envío. Comenzó señalando que en la ordenación sacerdotal “se nos invita a reconocer toda situación de esclavitud, enviados a una tierra que espera una buena noticia” y criticó “la omnipresencia del consumo como criterio que define al ser humano: eres lo que compras”. También denunció “la cultura del descarte, donde los ancianos, los hijos no deseados, los enfermos, parecen una carga”, y la actual sociedad, donde se valora la eficiencia y la productividad más que la dignidad humana.
Dijo a los sacerdotes que “el pueblo de Dios espera de nosotros un anuncio valiente frente a la injusticia, estar del lado de los débiles, de los que no tienen voz, fuera y dentro de la iglesia. Para eso hemos sido ungidos”. Los invitó a recordar “el día en que el Señor nos llamó al ministerio. Esa alegría, los nervios antes de la ordenación, la pregunta que nos hicimos: ‘¿en serio, Señor, me llamas a mí? ¿Acaso no me conoces?’ Recordemos esos momentos donde el corazón se hinchaba de esperanza y gozo”. Terminó citando a Mons. Enrique Alvear, quien se hacía tres preguntas: ¿quién nos ha llamado? ¿cómo nos llama y cómo nos sigue llamando cada día? y ¿para qué nos ha llamado? Se resume el envío y la unción. Eso somos: enviados y ungidos para ser anunciadores de la Buena Noticia y libertadores de toda cautividad”.
Tras la homilía, tuvo lugar la renovación de las promesas sacerdotales, en la que todo el presbiterio confirma su ministerio ante la asamblea, momento que termina con un saludo del obispo a cada sacerdote.
Luego se llevó al altar el Crisma y los óleos, para la bendición del Obispo, los que luego son repartidos a cada parroquia para su uso en distintos sacramentos, como los bautizos, la unción de los enfermos y la ordenación sacerdotal.
Al final el obispo saludó de manera especial a cuatro religiosas mercedarias que se encuentran de visita en la diócesis durante Semana Santa, Sor Lisy, Sor Prudencia, Sor Alejandra y Sor Mariela, que colaborarán en el sector Rosario y la localidad de Totoral, y al sacerdote mexicano Francisco Pereyra, que apoyarán las celebraciones en Tierra Amarilla.
Después de la misa, como es costumbre, las personas se reunieron en el patio del obispado para saludar a los sacerdotes y compartir un momento de alegre fraternidad con ellos.
Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 06-04-2023