Pidamos con insistencia al Señor que las aguas del cielo caigan sobre la seca tierra
Publicamos la circular enviada por Monseñor Juan Ignacio González a todas las comunidades parroquiales y fieles de la Diócesis de San Bernardo, para unirnos en oración ante la falta de lluvias y sequía que azota nuestro país.
1. En muchas ocasiones nos enseñó el Señor que es necesario pedir a Dios con humildad, perseverancia y audacia, aquello que necesitamos, tanto para nuestra vida espiritual o para nuestra conveniencia material. La oración es la actitud propia del cristiano ante Dios y muchas veces no oramos ni levantábamos a Dios nuestras plegarias, expresando de alguna manera nuestra propia suficiencia. Recordemos que el libro del Deuteronomio enseña: “Yo daré la lluvia a vuestra tierra en su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, y tu vino, y tu aceite. Y daré hierba en tu tierra para tus bestias; y comerás, y te saciarás” (11, 14).
2. En estos años ha resultado evidente la falta de lluvias que rieguen nuestros campos, purifiquen nuestras ciudades y acumulen las nieves necesarias para contar con el vital elemento al llegar la temporada del verano. Esta realidad ha provocado muchas dificultades tanto en nuestra agricultura, como también en la salud de nuestras comunidades, en el medio ambiente, etc.
3. Frente a esta realidad hay que destacar dos elementos propios de una sociedad fundada en los valores cristianos. Primero, la necesidad de orar a Dios para que nos envíe las lluvias que sean necesarias para nuestro desarrollo y progreso. Segundo, la necesidad de ser muy responsables con el uso del agua, tanto a nivel personal, como comunitario, sabiendo que se trata de un bien cada vez más escaso, respecto del cual es necesario un uso racional y prudente, que no olvida el derecho de los demás a su uso.
4. Quisiera que todos en la oración personal y comunitaria pidiéramos con insistencia al Señor que las aguas del cielo caigan sobre la seca tierra, poniendo como intercesora de estas peticiones a nuestra Señora de Carmen, Reina y Patrona de Chile, a San Isidro Labrador, a quien muchas de nuestras comunidades rurales acuden pidiendo la lluvia en tiempos de sequía y al Profeta Samuel, que clamó al Señor y fue escuchado: “Yo clamaré al Señor, para que mande truenos y lluvia.(…) Clamó Samuel al Señor y el Señor envió aquel día truenos y lluvia; y todo el pueblo temió grandemente al Señor y a Samuel”. (1 Samuel, 12, 17-18).
5. Para los efectos de llevar a la realidad pastoral estas peticiones, se dispone lo siguiente:
a) En todas las celebraciones litúrgicas de la Santa Eucaristía se rezará al final de la celebración la oración para pedir las lluvias de San Pablo VI. Esta oración se rezará hasta el mes de octubre, en sustitución de la oración por las vocaciones. Para no perder el impulso de esta oración, se sugiere al final de la Santa Eucaristía rezar junto a los fieles: María, Madre de los hombres, dadnos sacerdotes, dadnos sacerdotes santos. Amén. o incluir en la Oración Universal una rogativa por las vocaciones.
b) Asimismo, dos veces al mes, cuando se permita conforme a las normas litúrgicas, se celebrará la Misa por diversas necesidades, con la Oración Colecta para pedir las lluvias, que viene establecida en el Misal Romano.
San Bernardo, 29 de abril de 2022,
Memoria de Santa Catalina de Siena
+ Juan Ignacio González Errázuriz
Obispo de San Bernardo
Oraciones para pedir a Dios las lluvias
Tomada del Misal Romano
Dios nuestro en quien vivimos, nos movemos y existimos; te pedimos que nos concedas la lluvia necesaria para que, ayudados por los bienes de la tierra, anhelemos con más confianza los bienes eternos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
Oración del San Pablo VI. Papa
Dios Padre nuestro, Señor del cielo y la tierra, Tú eres para nosotros, existencia, energía
y vida. Tú has creado al hombre a tu imagen y semejanza para que con su trabajo haga
fructificar las riquezas de la tierra colaborando así a tu Creación.
Nada podemos sin Ti, tu Padre Bueno, que haces brillar el sol sobre todos y haces caer la
lluvia. Ten compasión de cuantos sufren durante la sequía en estos días.
Escucha con bondad las oraciones que tu Iglesia te dirige con confianza, como
escuchaste las súplicas del profeta Elías que intercedía a favor de tu pueblo.
Haz que caiga del cielo sobre la tierra árida, la lluvia tan deseada para que renazcan los
frutos y se salven los hombres y los animales.
Que la lluvia sea para nosotros el signo de tu gracia y bendición. Por Jesucristo tu Hijo,
que nos ha revelado tu amor y que es Fuente de agua viva que brota hasta la vida eterna.
Amén.
Fuente: Obispado San Bernardo
San Bernardo, 14-05-2022