Entrevista al Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Alejandro Goic, en Radio María (6 de octubre de 2005)
Monseñor Goic, ¿qué opinión le merece la campaña oficial del Sida?
“Realmente nos ha sorprendido esta campaña por su estilo. Más que una campaña de prevención del Sida es una campaña que, de alguna manera, trastoca valores fundamentales de la vida, particularmente de la dignidad de la persona, de su sexualidad.
Por eso hemos hecho la declaración “¿Qué sociedad queremos?” que contiene ocho puntos. Creo que es bastante clara, y confiamos que sea acogida por todos los creyentes y personas de buena voluntad.
No pretendemos entrar en polémicas estériles y vacías, sino que colocar la vida sexual en su justa dimensión: una dimensión de humanización de la persona, no de trivialización y de banalización como lamentablemente esta campaña está propiciando. Creo, además, que se le ha faltado el respeto a miles de chilenos que tienen otra concepción, los que no son considerados para nada en esta campaña.”
Nosotros, como padres católicos, ¿cómo podemos enfrentar este tema con nuestros hijos que ven y se enfrentan a este tipo de mensajes?
“Yo creo que va a ser una tarea pastoral importante. Como lo decimos en la declaración, hay un enorme desafío: proponer a la sociedad chilena, de manera muy particular a los jóvenes, los verdaderos valores de la vida humana, de la sexualidad, la verdadera dignificación de la persona humana, especialmente de la mujer. Esa es una tarea gigantesca que nos corresponde para que nuestras familias y nuestros jóvenes tengan una dimensión diferente.
Leía hace poco una entrevista a nuestro querido Arzobispo Manuel Santos, hoy padre carmelita, él decía que la crisis fundamental de la sociedad chilena es la familia. Eso es cierto, porque el 51% de los hijos nacen fuera del matrimonio. Esa es una realidad que nos duele.
El desafío es gigantesco, no perdemos la fe ni la esperanza, pero lamentamos que desde las instancias supremas, un Ministerio de Salud que tiene que buscar la vida sana para todos los chilenos, propicie justamente lo contrario de lo creemos.
Tanto los creyentes, como muchas personas de buena voluntad que sin tener el don de la fe hacen un camino diferente cuando se establecen familias sanas, queremos para nuestros hijos una vida plena.
Lamentamos profundamente esta situación, pero también mantenemos la esperanza.”
El lanzamiento de esta campaña ocurre en un momento muy especial para nuestro país, faltan pocos días para la canonización del Padre Hurtado. Sabemos los grandes desafíos que él nos planteaba y, por otro lado, estamos tratando de mirar al Bicentenario y de ver, como dicen ustedes, ¿qué sociedad queremos? ¿Qué llamado hace usted a la familia católica chilena?
“Un llamado a vivir en coherencia con el Evangelio. La santidad de Alberto Hurtado nos muestra que las personas coherentes, los que son fieles a los principios fundamentales, en este caso del Evangelio, son las que permanecen en el tiempo.
Yo estoy seguro que nuestra declaración va a ser criticada por sectores del país, pero es el camino de los que tenemos que anunciar la palabra eterna del Evangelio. En su época, Alberto Hurtado fue tremendamente criticado, pero no por eso dejó de decir lo que tenía que decir y hacer lo que tenía que hacer. La Iglesia y los que tenemos el don de la fe tenemos que ser testigos fieles del Evangelio de Jesucristo.
Es penoso, por otra parte, que en un momento de tanta bendición, como es la canonización del Padre Hurtado, se lance esta campaña que envilece la condición humana; frente a un hombre que hizo de la educación de la juventud uno de los pilares de su vida y de su existencia. El Padre Hurtado sirvió a la vida humana en todas sus formas. Realmente es penosa la coincidencia de que esta campaña, en estos 15 días previos a la exaltación de un chileno excepcional, de un creyente coherente como fue Alberto Hurtado”.
Fuente: Radio María y DOP
Santiago, 06-10-2005