Terminaron ritos de inicio del Pontificado de Benedicto XVI

Terminaron ritos de inicio del Pontificado de Benedicto XVI

Con la toma de posesión de la Basílica de San Juan de Letrán, Catedral de Roma, y la visita a Santa María Mayor, este domingo 8 de mayo, terminaron los ritos de inicio del pontificado de Benedicto XVI.

 
Miércoles 11 de Mayo de 2005
Con la toma de posesión de la Basílica de San Juan de Letrán, Catedral de Roma, y la visita a Santa María Mayor, este domingo 8 de mayo, terminaron los ritos de inicio del pontificado de Benedicto XVI. En la ocasión, el Papa se sentó por primera vez en su cátedra, mientras el coro y la asamblea cantaban "A ti, Benedicto, Obispo de Roma: alegría, paz y vida". Posteriormente, un grupo de representantes de la Iglesia romana prestaron "obediencia" al Santo Padre: el cardenal Ruini, en cuanto arcipreste de la basílica de San Juan de Letrán, el arzobispo Luigi Moretti, vicegerente de la diócesis, dos sacerdotes, un diácono permanente y un diácono que se prepara al sacerdocio, un religioso, una religiosa, una laica y un laico y dos jóvenes que han recibido el sacramento de la Confirmación. En su homilía dijo, “el Papa no es un soberano absoluto cuyos pensamientos y deseos son leyes; al contrario, el ministerio del Papa es garantía de la obediencia hacia Cristo y su Palabra”.

A los comunicadores

Después, refiriéndose a la Jornada Mundial de las Comunicaciones, Benedicto XVI recordó que el tema elegido para esta ocasión por su antecesor Juan Pablo II fue "Los medios de comunicación: al servicio de la comprensión entre los pueblos". "En la época actual de la imagen, los medios de comunicación constituyen efectivamente un recurso extraordinario para promover la solidaridad y el entendimiento de la familia humana. Hemos tenido recientemente una prueba extraordinaria con motivo de la muerte y las exequias solemnes de mi amado predecesor Juan Pablo II". "Sin embargo -prosiguió-, todo depende del modo en que se utilicen. Estos importantes instrumentos de comunicación pueden favorecer el conocimiento recíproco y el diálogo o, por el contrario, alimentar el prejuicio y el desprecio entre los individuos y los pueblos: pueden contribuir a difundir la paz o fomentar la violencia. Por eso es necesario siempre apelar a la responsabilidad personal; es necesario que todos cumplan la parte que les corresponde para garantizar, en cualquier tipo de comunicación, la objetividad, el respeto de la dignidad humana y la atención al bien común. De esa forma se contribuye a derribar las murallas de hostilidad que todavía dividen a la humanidad y se pueden consolidar esos vínculos de amistad y de amor que son signos del Reino de Dios en la historia".

Fuente: Vatican Information Services
Santiago, 11-05-2005