Estimado Señor:
Hace algún tiempo me toco la oportunidad de trabajar en campamentos en distintas regiones de nuestro país, en ellos vi con tristeza la consecuencia de la falta de políticas estatales en cuanto a educación sexual y plantificación de la familia. Vi también que se hace absolutamente lejana la pretensión de entregar a los padres la responsabilidad absoluta en la educación sexual y no por que sean malas personas, sino por que simplemente no están capacitados para hacerlo. Muchos de ellos están sumidos en el alcohol y drogas, otros se esfuerzan y trabajan pero rara vez están en el hogar, existe hacinamiento y el resultado de ello esta a la vista, niñas de 13, 14 o 15 años embarazadas, abandonando sus estudios por que se deben dedicar a la maternidad, entonces el argumento de que un hijo es "un regalo de Dios" suena lejano y anacrónico.
Es en estas circunstancias que los abortos están a la orden del día y me pregunto ¿se les puede culpar? cuando uno ve que no hay posibilidades de entregarle al hijo herramientas para que pueda salir adelante. Por esto no puedo dejar de sentir rabia por la intromisión de la Conferencia Episcopal en el tema, por criticar que se democratice la entrega de métodos anticonceptivos, criticar que el estado abra la puerta para quienes por irresponsabilidad, ignorancia u accidente caen en peligro de esperar un hijo que por edad o condiciones económicas no están en condiciones de recibir adecuadamente.
Me quiero detener en el deber de los padres de educar a sus hijos, en la sociedad actual las familias han cambiado su composición, hoy es cada vez mas común y necesario que la mujer salga del hogar a trabajar para aportar al sustento de la familia, los padres no están en casa para controlar lo que hacen sus hijos y el sexo esta a la orden del día, no voy a criticar aquí si es bueno o es malo, cada uno tiene sus valores y sus puntos de vista, pero es una realidad innegable.
En cuanto a la posición de la iglesia respecto a los mal llamados "temas valoricos" no puedo mas que expresar mi rechazo a la forma en que se tratan. Estamos claros que la iglesia tiene una posición ideológica basada en la existencia de una divinidad amo y señor del universo, en este sentido la iglesia considera que la vida es una obra de dios y por lo tanto no corresponde al hombre interferir en ella, y realizan su acción basados en esa premisa. Pero creo que la labor que realiza la iglesia en tanto al adoctrinamiento ideológico y teológico es algo que a mi parecer deben hacer dentro de los templos, si logran convencer a sus fieles de este hecho entonces no veo cual es el problema en que el estado, que no es solo los católicos sino de todos los que habitamos en Chile, ponga a disposición de la gente que no se siente identificada con vuestra ideología opciones de control y plantificación familiar, si la iglesia hace bien su trabajo entonces no existe la posibilidad de que los católicos opten por estos métodos, pero encuentro grave que nos quieran coartar la libertad a quienes no compartimos sus ideas, si al fin o al cabo cada cual salva su propia alma y, según sus doctrinas, dios orienta al hombre pero este es el que decide.
Marcelo Rodríguez Navarrete
