En virtud de la última encuesta publicada el Domingo 22 de Octubre del 2006 y donde España aparece como el país mas admirado por los chilenos, parece oportuno saber también que en España la tasa de abortos entre adolescentes se ha duplicado en los últimos diez años. En efecto, más de 33.000 adolescentes y jóvenes de entre 15 y 24 años decidieron abortar en el 2004, según los últimos datos del ministerio de Sanidad y Consumo, reflejados en el informe
“La interrupción voluntaria del embarazo y los métodos anticonceptivos en jóvenes”.
Las estadísticas oficiales inciden en el progresivo aumento de las interrupciones voluntarias del embarazo en el último decenio. Así, mientras que en 1995, la tasa de abortos por mil habitantes entre las menores de 20 años llegaba al 4,51, en el 2004 esta cifra se duplicaba hasta alcanzar el 10,35. En cuanto a las jóvenes de entre 20 y 24 años, el porcentaje es casi el doble, pasando del 8,16 de 1995 al 15,37 en el 2004, últimas cifras oficiales (ABC, España, 16 de Octubre 2006).
Es necesario, también, admirar la defensa del derecho a la vida de aquellos inocentes que en un “grito silencioso” tratan de defender su derecho humano fundamental a la vida ante un injusto agresor que actúa sobre seguro causándole la muerte sin la más mínima posibilidad de ejercer su legítimo derecho a la defensa. Más aún cuando se trata de un derecho humano originario, anterior al Estado y que este debe proteger en vistas del bien común de toda la sociedad. Un país que asesina a sus propios hijos se destruye asimismo.
Es así que “para el futuro de la sociedad y el desarrollo de una sana democracia, urge pues descubrir de nuevo la existencia de valores humanos y morales esenciales y originarios, que derivan de la verdad misma del ser humano y expresan y tutelan la dignidad de la persona. Son valores, por tanto, que ningún individuo, ninguna mayoría y ningún estado nunca pueden crear, modificar o destruir, sino que deben reconocer, respetar y promover” (Juan Pablo II, Evangelium Vitae nº 71).
Pbro. Francisco Javier Astaburuaga Ossa
Licenciado y Doctor en Derecho Canónico
Pontificia Universidad Lateranense de Roma.
