Hoy hace 20 años exactamente te entregamos al Señor con Maite, Paula y Jaime, en una decisión que no estaba en nuestros planes como familia.
Sin embargo eran los planes que Dios tenía para nosotros como FAMILIA, y que nos costó bastante tiempo reconocerlos, en un principio le reclamamos el porque ya no estarías con nosotros físicamente, que malo habíamos hecho que nos castigaba de esta forma con este dolor tan intenso, que sólo los Padres que han perdido un hijo lo saben reconocer.
Como no recordar a nuestro querido Diácono Galo Henríquez (QEPD), que nos apoyó como matrimonio, que nos inició en esta nueva forma de ver la vida, con los ojos de Dios, de hacer el bien con las manos de Dios, de conversar con las Palabras de Dios. Recordar el inicio como catequistas con tu Mamá, que en un principio sólo me miraba como yo hablaba, y hoy con el tiempo que ha ido pasando, ella opina, sugiere, emite juicios y valores en las Catequesis, y hoy en una Dirigente de una de las Pastorales de nuestra querida Parroquia.
Estos 20 años sin ti, querido Jesús Andrés, son tantas cosas las que han pasado, desde sin sabores en nuestro matrimonio, hasta la alegría de haber recibido de manos de Dios estos 3 lindo nietos que nos han regalado tus hermanos Jaime y Paula. De encontrar un trabajo estable y digno que ha podido sobre llevar la carga de la familia, de haber podido educar completamente a tus hermanos, y como estarás orgullos de ellos que son profesionales y entregan lo mejor de ellos hacia los demás, cada uno en los suyo.
Cuanta gente hemos conocido en estos 20 años, de personas que necesitaban que se les escuchara hasta otros que necesitaban una palabra de aliento, de algunos que necesitaban una ayuda solidaria, hasta otras que terminaron siendo nuevamente amigas.
¡Qué manera de manifestarse Dios en nosotros! Nos ha regalado este tiempo de gracia que estamos viviendo como familia, como Diácono Electo, y preparando la Ordenación, siempre pensando que es lo que harías tú si estuvieras con nosotros, desde a lo mejor en una silla de ruedas o parado en un par de bastones ortopédicos, pero no es así. Sé fehacientemente que cada día intercedes por cada uno de nosotros, junto al Cote que te llegó para apoyarte, pues son tantas las cosas que le pedimos al Señor.
Hijo muy querido, pareciera que fue ayer que te bautizamos en San Luis de Gonzaga, y ayer también las misa que ofrecimos al Señor por tu descanso eterno. Cada vez que vuelvo a esa Parroquia me parece estar viéndote con tu mirada tan tierna, amorosa y dulce, una mirada de Paz que hoy tienes junto a mí.
Te quiero mucho
Tu Padre