Durante estas últimas semanas hemos observado una serie de críticas a nuestra querida Iglesia Católica, muchas de ellas provenientes de sectores que desean la caída de ella, sin embargo debemos estar atentos a estas situaciones.
En nuestras redes de comunicación que diariamente revisamos para conocer de nuestros amigos (Facebook) y de aquellos que conforman nuestro círculo más cercano, observamos la intromisión de sectas que solo aportan odio y mal interpretaciones de la actualidad en nuestra Santa Iglesia.
El tergiversar las actuaciones de nuestra Iglesia en cuanto a las situaciones de abusos cometidas por algunos sacerdotes, nos hacen meditar sobre segundas intenciones de estas sectas. Nuestro Padre ha entregado instrucciones claras sobre los acontecimientos y sus respectivas investigaciones, tanto eclesiásticas como judiciales.
Doy Gracias a Dios que nuestro Santo Padre, con valentía y serenidad a enfrentado esta problemática, transparentando los procedimientos y las acusaciones, sin embargo, nace un dolor en el alma cuando vemos el aprovechamiento de esta actitud, en función de criticar a toda nuestra comunidad, encasillándonos como actores oscuros.
Enfrentemos con esta misma valentía y serenidad a aquellos que desean, a través de estas redes sociales, entregarnos respuestas tergiversadas de los acontecimientos con la finalidad de aquellos con una Fe débil cambien su posición en cuanto a los acontecimientos.
José Miguel Ferrand M.