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Opinión / Cartas al Portal


Reflexiones sobre homosexualidad y pedofilia

Se la ha considerado como una enfermedad mental teniendo cabida hasta hace poco en los textos de psiquiatría como tal o como perversiones o como alteraciones de la conducta sexual. La sociedad de psiquiatría norteamericana en el año 1973 la suprimió de la lista de desórdenes mentales. Esto habría sido obra del poderoso lobby de homosexuales que existe en ella. Los homosexuales sufren por su condición y hacen sufrir a los demás, especialmente a sus familiares. Suelen vivir su condición como mórbida y recurrir por ayuda médica, psicológica/psiquiátrica, y/o espiritual. Algunos terminan aceptando su condición y aún haciendo alarde de ella.

No concordamos por tanto con los criterios de la sociedad psiquiátrica americana y nos parece que la homosexualidad es realmente un desorden mental. En relación con la pedofilia, conviene retener que ha sido considerada como sinónima de la homosexualidad masculina. Se refiere a la atracción sexual por niños o adolescentes, siendo muy parecida a o casi lo mismo que la pederastia, que es el abuso sexual de éstos.

Los pedófilos o pederastas pueden o no ser homosexuales según el sexo de las personas con las que satisfagan sus deseos sexuales.
Se puede sostener que hay una estrecha relación entre la homosexualidad y la pedofilia/pederastia pero no todos los homosexuales son pedófilos aunque una parte de ellos sí lo son; igualmente, no todos los pedófilos son homosexuales si bien una parte importante de ellos sí lo son.

También, muchos homosexuales y pedófilos están casados y tienen hijos.

En cuanto a los célibes, no se puede sostener que el celibato se relacione con la homosexualidad o con la pedofilia o sea causante de ella.
Hay que agregar que la homosexualidad y la pedofilia, pese a ser enfermedades mentales, no son de suyo eximentes de responsabilidad. Las personas que las padecen no han perdido la libertad para decidir las propias conductas: ceder o no a estos impulsos.

Otro punto a considerar es que los actos sexuales desviados de los homosexuales y de los pedófilos son condenables pero esto no significa que en ausencia de ellos éstos deban ser discriminados o condenados: merecen que se los respete como personas humanas.

En cuanto al pronóstico médico, éste no es bueno: pocos son los que logran una recuperación definitiva. Para ello se requiere de una gran motivación y cooperación, sobre todo renunciar a toda práctica homosexual y/o pedófila. La práctica y satisfacción de estas tendencias desviadas no hacen más que reforzarlas y fijarlas.

Dr. Pedro Naveillan F.
Psiquiatra
Profesor Asociado (R) Facultad de Medicina U. de Chile