Me han llamado mucho la atención las palabras del religioso dehoniano, el Padre Hernàn, al cumplir su cincuentenario en su comunidad, muchos de esos años sirviendo en la zona sur de Santiago (Un cordial abrazo y felicitaciones).
Se refiere allì fundamentalmente, a mi entender, a la estrecha colaboración existente en esa zona entre laicos, religiosos/as y sacerdotes y la crítica que él hace a la "clericalización" que ha ido sucediendo en nuestra Iglesia, sobre todo a partir, hablando en grueso, del clero más joven. Esta consideración que, salvadas honrosas excepciones, parece ser enteramente verdadera, conduce inevitablemente a preguntarse acerca de la formación que nuestros hermanos más jóvenes en el ministerio han recibido y estàn recibiendo. En las tareas que a mì me tocan, no me resulta extraño percibir, por parte de algunos de ellos, posiblemente la mayoría, un nivel de exigencias a los laicos, sobre todo a los más modestos y humildes, que, en muchas ocasiones, no pueden cumplir. Parecen olvidar que el sábado es para el hombre y no al revés. ¿Quién revisa estos resultados que no construyen realmente la comunidad de la Iglesia?, ¿Quién se hace cargo de los hermanos católicos que pasan al mundo evangélico porque nosotros no somos capaces de acogerlos?
Percival Cowley V. ss.cc.