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Opinión / Cartas al Portal


Deslegitimación del Derecho Constitucional de promover la Realización Espiritual

Sin lugar a dudas la Pandemia que afecta a Chile y al mundo ha dejado a su paso Durante todo año pasado y el año en curso, una gran sensación de dolor y desesperanza, cuestión que se ha visto agudizada con la prohibición estricta de asistir a Misa y practicar el credo Religioso que llevamos en el alma y que fue el regalo mas preciado que nos dejaron nuestros padres, cuestión que llama altamente la atención y que sin duda resulta muy cuestionable, ya que nuestras Ceremonias para quienes la han presenciado y la conocen y entienden no existe contacto físico y también existe en todo momento distancia social, ya que nuestros templos y capillas sin lugar a dudas es posible mantener aforos y medidas de higiene y seguridad; cuestión que muchas veces en la calle, en la locomoción colectiva, Bancos, Multitiendas, Supermercados no es posible observar.

De ahí que resulta extraño que si ya son excesivas las restricciones para asistir a Misa como es que solo asisten 10 personas en Templos construidos con muchos metros cuadrados , también ahora se dictamine que en fase dos una absoluta prohibición de asistir a la Celebración de la Eucaristía.

Escribo en estos momentos porque concuerdo plenamente con la Conferencia Episcopal que esto sin lugar a dudas esta medida atenta contra la Libertad Religiosa y el libre derecho de ejercer la practica de la Libre Conciencia de tener un Credo Religioso, en este caso el Católico.

Esta situación dista mucho de los que ocurre en otros países de Sudamérica, donde existen Misas con Aforos superiores a cincuenta personas. Es decir en Chile la población creyente ha debido conformarse con ver Misas online de otros países, ya que actualmente cada vez existen mayores restricciones para ejercer La libertad Religiosa que ampara la Constitución. Espero que Bajo el amparo de la Santísima Virgen María estas situaciones se revisen y se reviertan lo antes posible y el Estado no nos prohíba el ejercicio de un Derecho Fundamental.

Erika Paz Arratia
Profesora de Historia