El proyecto de ley enviado por el gobierno para permitir la distribución de la PDD, contrariamente a lo sentenciado por el Tribunal Constitucional y el Dictamen de la Contraloría General de la República manifiesta en sus fundamentos y articulado que se trata de una política de anticoncepción y regulación de la fertilidad. Lo anterior no deja de ser un audaz resquicio a efectos de no hablar de la contracepción, pues esto último significa reconocer la existencia de un ser en gestación y toda acción destinada a causar su muerte sería inconstitucional en conformidad al art 19, nº1 y art 5 de la Constitución que protege la vida del que esta por nacer. Y a efectos de evitar un recurso de inconstitucionalidad como en su momento lo falló el Tribunal Constitucional, se le quita la tramitación de “suma urgencia”. Por favor, no sigamos engañando a la opinión pública. Todo científico y médico sabe que la nueva vida comienza con la fecundación y no con la implantación. La OMS ha pretendido engañar y confundir a la opinión publica indicando que la vida comienza en el embarazo. Lo anterior es falso, de falsedad absoluta. La prueba fehaciente de lo anterior es la fertilización in vitro en cualquiera de sus formas. En efecto, se fecunda un óvulo fuera de la madre y luego se le implanta. La pregunta es : ¿Qué se le implanta?. La respuesta es muy simple y la saben los médicos y aquellos que realizan estos tratamientos: una nueva vida humana que, anidada en el endometrio, seguirá su proceso de desarrollo embrional, siendo desde el principio ( desde la fecundación o concepción) un nuevo ser humano.
Pbro. Francisco Javier Astaburuaga Ossa