La Iglesia, “maestra de humanidad”, por medio de sus enseñanzas contenidas en la Doctrina Social y a través de los consejos de sus obispos y sacerdotes, representa para nosotros una brújula moral y espiritual que nos recuerda que nuestra primera y principal vocación es la de ser seguidores de Cristo y que todo lo que hagamos, desde los más diversos ámbitos, incluido el empresarial, debe aportar a la construcción de un mundo más justo, próspero y solidario; un mundo en definitiva, más humano.
Los empresarios cristianos, queremos ser coherentes y seguir los principios contenidos en la Doctrina Social, reconocemos el rol rector moral que posee la Iglesia en el ámbito espiritual y valórico y acogemos los consejos y llamados de nuestros pastores. Como empresarios y ejecutivos miembros de la Iglesia, sabemos que existen áreas de incomprensión mutua y reconocemos que no hemos sido capaces de generar instancias de diálogo permanente, para una mejor comprensión del rol y desafíos que involucra la labor empresarial. Es por ello que, empresarios y autoridad eclesiástica, debemos seguir creando instancias de acercamiento y diálogo para aunar visiones y una mayor comprensión de nuestras respectivas realidades y necesidades.
Nuestro sueño es contar algún día con una “Vicaría Pastoral de la Empresa”, en la que tengan cabida los distintos grupos humanos que componen una organización. Dado el rol preponderante que tiene la empresa en la generación de riqueza y en la superación de la pobreza, es fundamental formar en la fe, la doctrina, las enseñanzas sociales y las virtudes cristianas a todos quienes forman parte integrante de ella. Y esto no lo podemos lograr sin el apoyo y guía de la autoridad eclesiástica.
Rolando Medeiros S.
Vicepresidente USEC
