Preparé una carta en el primer aniversario de nuestro hermano Jorge (Cote) el miércoles 2 de febrero, dirigida a quienes nos acompañaron en la misa ofrecida por el descanso eterno.
Pienso que pueden rescatarse algunos tópicos para entender la muerte, como un paso al encuentro con nuestro Padre Dios.
Jaime Ocaranza Yñesta
RUT:3.639.362-9
Contador Público
Estudiante del 5° año
Escuela del Diaconado Permanente
Ha pasado un año de mi partida y pasarán muchos más, sin embargo ustedes piensan que físicamente no estoy y he ahí el error. Sé de cada una de sus alegrías y penas, de la forma como cada uno ha ido aceptando el dolor; pero hay algo que nunca deben olvidar, que fue la forma de ser mía, cuales eran mis gustos, mis aprensiones y mis talentos.
Esa es la forma de recordarme, de sentirme, de no olvidarme, tal como era, solidario, desaprensivo, locuaz, amante de la buena mesa, buen conversador, sentimental, líder, amante de la naturaleza y sus entornos, trabajador y buen jefe.
Esa es la forma de recordarme, no con penas, tienen que recordarme con alegría, la misma alegría que dejé en tantas reuniones, no tendrán una respuesta por escrito pero si la tendrán desde donde estoy y a donde todos llegarán algún día. Cuando se aprende a leer entre líneas, cuando se aprende de la vida como yo lo hice es más fácil poner en práctica esa alegría interior que me llevó a subsanar los errores cometidos, a levantar cabeza cada vez que estuve complicado económicamente, y a responder a otros que necesitaban de mí cuando estaba bien económicamente, o solamente a veces cuando necesitaban de una palabra de aliento.
Este es el hermano que deben recordar, el padre que deben seguir, el esposo que a su manera trató de hacer lo mejor posible. Este es el hombre que cumple 1 año de su alejamiento de ustedes, pero que constantemente está intercediendo para que los problemas se solucionen o por lo menos tengan una ventana de luz.
Gracias por acompañarme en el recuerdo en el día de hoy, que mi partida signifique algo en cada uno de ustedes, en sus familias, en sus relaciones con los demás y no haya sido en vano, eso sería lo más triste para mí.
JORGE
