Al inicio en Roma del Congreso sobre "Las nuevas fronteras de la genética y el riesgo de la eugenética" el Papa ha señalado que "toda vida humana tiene la misma dignidad" incluso cuando a través de una mentalidad eugenésica son "penalizados desde la concepción aquellos cuya vida es juzgada como no digna de ser vivida". Y señala el Papa: "Se tiende entonces a privilegiar las capacidades operativas, la eficiencia, la perfección y la belleza física en detrimento de otras dimensiones de la existencia que no se consideran dignas. Se debilita así el respeto que se le debe a todo ser humano, incluso en presencia de un defecto en su desarrollo o de una enfermedad genética que podrá manifestarse en el curso de su vida?" . Este es un atentado "contra la humanidad entera? en nombre de un ideal abstracto de salud y de perfección física". Las palabras del Santo Padre tienen plena vigencia y coinciden con la declaración de la Asociación para la Defensa del Derecho a la Objeción de Conciencia (ANDOC), quien afirmó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el derecho de los médicos a objetar de conciencia el diagnóstico prenatal "si se oponen al aborto". Según indicó la ANDOC, en un informe oficial sobre "Medicina Genética", publicado en la Review of Ethical Issues in Medical Genetics, la OMS, "además de expresar la relación directa entre diagnóstico prenatal y aborto, reconoce el derecho a la objeción de conciencia de los médicos implicados en esas prácticas". Entonces la conclusión del Papa Benedicto tiene no sólo vigencia sino que es manifestación de una verdad incuestionable cuando expresa: "si el hombre es reducido a un objeto de manipulación experimental desde los primeros estadios de su desarrollo, esto significa que las biotecnologías médicas se entregan al arbitrio del más fuerte. La fe en la ciencia no puede nunca hacer olvidar el primado de la ética cuando está en juego la vida humana".
Pbro. Francisco Javier Astaburuaga Ossa
Doctor en Derecho Canónico
Pontificia Universidad Lateranense de Roma