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Derechos sexuales y reproductivos: El veto presidencial al aborto en Uruguay

La noticia del veto del Presidente Uruguayo Tabaré Vasquez al proyecto de Ley sobre defensa del derecho a la salud sexual y reproductiva ha dado la vuelta al mundo. En Latinoamérica, continente fuertemente marcado por las políticas demográficas y de control de natalidad, que dicho sea de paso nos han llevado a la "senilidad demográfica" actual, pareciera revertirse de manos de un gobierno y mandatario que reconoce sin temor a la impopularidad de su mismo sector político y sin sesgo ideológico, el valor de la vida humana desde el momento de la concepción.

Vásquez, médico de profesión, vetó del citado proyecto de ley a través de una carta dirigida al Parlamento Uruguayo en su calidad de Presidente de la República y secundado por los Ministros de Salud y del Interior, los artículos relacionados al aborto quirúrgico. Su veto rechazó los elementos esenciales de los capítulos II, III y IV del citado proyecto que establecen la "interrupción" voluntaria del embarazo en situaciones de penuria económica, sociales, familiares o etarias; la obligatoriedad de la realización de abortos en el sector público y privado a petición de la interesada, y la necesidad de informar a la autoridad pública la lista de médicos que presentan objeción de conciencia frente al aborto.

Las razones esgrimidas por el ejecutivo uruguayo para rechazar la propuesta legislativa son de todo atingentes a la realidad de nuestro país donde por el momento no han tenido cabida propuestas similares en el parlamento. La carta enviada al parlamento uruguayo primero reconoce que el aborto es un mal social a evitar, segundo expone la evidencia irrefutable de países como Estados Unidos o España, donde su liberalización ha provocado un aumento sostenido del mismo, tercero señala que la evidencia científica actual reconoce al embrión humano como un ser perteneciente a la especie humana y por lo tanto una vida humana desde la concepción, cuarto propone la defensa de la vida humana indefensa, quinto considera el ordenamiento jurídico internacional vinculante como el Pacto de San José de Costa Rica en la defensa de la vida, sexto critica la discriminación por objeción de conciencia de los profesionales sanitarios, séptimo cuestiona el interés forzado de incorporación al ethos profesional médico del aborto omitiendo la tradición ética hipocrática, octavo reconoce la idiosincrasia de nuestras naciones favorable a la vida humana, noveno denuncia la nula prevención y solución de las condicionantes que llevan a las mujeres a tomar esta decisión.

El gesto del Presidente Uruguayo enaltece a su persona y se desmarca de los organismos internacionales que presionan por implementar una cultura de muerte.

Dr. Cristián Vargas Manríquez
Médico Cirujano
Dr© Bioética
Director Instituto Superior de Bioética
Universidad católica de la Santísima Concepción