Los altos índices de contagio de sida entre los usuarios del condón alertaron una serie de investigaciones sorprendentes, que permanenecen hasta el día de hoy ignoradas por la opinión pública. Algunos datos que merecen difusión se refieren, por ejemplo, a que el material del que están fabricados, el látex, no es impermeable al virus.
Debido a que el virus VIH es de un tamaño increíblemente pequeño, 0,1 micrón, es decir, 30 veces más pequeño que la cabeza del espermatozoide, las pruebas de laboratorio han mostrado que los tests de impermeabilidad de los preservativos no son capaces de detectar perforaciones inferiores a 10 micrones. Algunas de las pruebas realizadas consistieron en introducir dentro de los preservativos ya aprobados como seguros microesferas fluorescentes de polisterino del diámetro del VIH, y fue así como se pudo constatar que se produce una pérdida considerable de líquido, entre 0,4 y 1,6 nanolitros a través del condón. Es decir, en una relación sexual de sólo 2 minutos se traspasaría alrededor de 1 nanolitro por segundo, unas 12 mil unidades del virus VIH.
Lo reconoce claramente C. M. Roland, del "Naval Research Laboratory", de Washington: "...visto al microscopio electrónico se descubren canales de un diámetro medio de unos cinco micrones que atraviesan la pared de lado a lado. Esto significa una conexión directa entre el interior y el exterior del preservativo a través de un conducto 50 veces más grande que el virus (VIH). Así como éstas, otras declaraciones realizadas por los mismos investigadores y fabricantes de preservativos han pasado inadvertidas, al parecer motivadas por la necesidad de protegerse contra posibles denuncias por los contagios debidos a la ineficacia de los preservativos. Mientras tanto, en Chile vamos hacia donde otros ya vienen de vuelta...
CARMEN GLORIA BEROÍZA WILLIAMSON