El 11 de febrero de 1858, en un pueblito, Lourdes, de los Pirineos franceses, en Gascuña, se le aparece la Virgen María a una humilde, inculta y analfabeta muchacha.
Esta aparición se repite varias veces, la última el 16 de julio de ese mismo año.
En la del 25 de marzo le solicita que se identifique a la señora aparecida. Esta le dice: “Era soy l’inmaculada Councepciou” en el dialecto local de la región.
El dogma de la Inmaculada Concepción había sido proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de1854. Bernardeta Soubirous, la visionaria, no tenía conocimiento alguno del mismo.
A mi entender, esta identificación revela que dicho dogma era del agrado de la Virgen María y que se refería a una realidad.
Es también señal de la permanente comunicación entre el cielo y la tierra.
Se han sucedido hasta la fecha numerosísimos milagros atribuidos a la Virgen de Lourdes, la Inmaculada Concepción, certificados por científicos.
Dr. Pedro .Naveillan F.