Orientaciones Pastorales IV. 1971
PRESENTACIÓN
La Asamblea Plenaria de los Obispos de Chile se reunió en Temuco entre los días 15 y 22 de abril de este año, para estudiar fundamentalmente dos objetivos. El primero, la realidad nacional y el segundo, la Pastoral para la juventud.
Esas reflexiones fueron ofrecidas documentalmente a la consideración de los fieles de la Iglesia y al público, en general, por diversos medios de prensa. La edición oficial apareció en Iglesia (Boletín de la Conferencia Episcopal de Chile) N9 6, junio de 1971, y en el Documento de trabajo \"Iglesia, Política y Socialismos\", Santiago de Chile, mayo de 1971. Este Documento ha tenido una edición de casi veinte mil ejemplares y ha sido traducido al alemán, francés e italiano y ha tenido una versión resumida en inglés.
Habiéndose agotado la edición del Boletín Iglesia ha sido necesario hacer una nueva edición de las Orientaciones Pastorales de Temuco y en un formato más fácil de usar, especialmente para quienes trabajan en la Pastoral juvenil. Esta es la razón de esta publicación. Queremos advertir que, por razones de brevedad, no se reproduce toda la documentación que apareció en Iglesia N\'? 6, sino aquella más fundamental para los propósitos que se persiguen con esta publicación.
Esta nueva edición resulta una exigencia si se considera que en Temuco no se terminó el estudio de la Pas¬toral para la juventud, sino que se trataba sólo de una etapa importante que invitaba a proseguir una búsqueda pastoral, como se dice en el n. 28.
Presentamos esta nueva edición de las Orientaciones Pastorales de Temuco para que de su estudio y reflexión se pueda progresar en las acciones pastorales que ellas tocan, augurándonos que su texto pueda ser conocido por todos los responsables apostólicos del país.
+ Carlos Oviedo Cavada
Obispo Auxiliar de Concepción
Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile
Santiago, 3 de diciembre de 1971.
La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile se reunió en Temuco del 15 al 22 de abril de 1971. La primera parte de su trabajo estuvo dedicada a la realidad nacional y la segunda, a la Pastoral de Juventud.
I Parte: LA REALIDAD NACIONAL
Introducción
l. Al estudiar la realidad nacional, los Obispos consideraron los elementos que más influyen en la actual situación política, económica e ideológica del país y examinaron también las actuales condiciones de la Iglesia en Chile.
2. Al finalizar la Asamblea, los Obispos dieron una Declaración breve sobre el momento nacional (ver Anexo N. 2), pero anteriormente habían acordado confeccionar un documento de trabajo que sirviera como orientación y elementos de reflexión ofrecido por el magisterio eclesiástico- destinado a los sacerdotes y religiosos, y a los laicos que tienen responsabilidades pastorales o apos¬tólicas en la Iglesia.
Un documento de este estilo había sido solicitado anteriormente por varios Consejos de Presbiterio.
Durante la reunión en Temuco, se aprobaron las líneas del documento de trabajo, cuya presentación final se encargó a los Obispos de la Comisión Pastoral.
3. El documento de trabajo ya se ha publicado con el título \"Evangelio, Política y Socialismos\" y constituye una parte principal, sin duda, de las Conclusiones de la Asamblea.
4. Los Obispos tuvieron en consideración las conclusiones del Primer Seminario, celebrado en Padre Hurtado del 7 al 14 de enero de este año, para evaluar las anteriores Orientaciones Pastorales del Episcopado, es decir, las de Chillán (1968), La Serena (1969) Y Concepción (1970).
5. De esta manera se mantuvo el juicio de que esas Orientaciones siguen siendo válidas en las circuns¬tancias actuales y por eso, hay que urgir su práctica (d. Primer Seminario Nacional de Responsables de Pastoral, n. 4. Anexo N.º 1).
6. Durante la reflexión, los Obispos insistieron, con diversas medidas concretas, en las anteriores Orientaciones Pastorales, como la Iglesia evangelizadora, servidora de la humanidad y presente en los medios más vitales en esta hora de cambios sociales.
Se insistió asimismo en las prioridades pastorales de las Comunidades Cristianas de Base, formación de perso¬nal apostólico y revisión de las instituciones.
7. Por esto se incorporaron las \"Prioridades básicas\" del Primer Seminario Nacional de Responsables de Pastoral :
\"El centro de toda la actividad de los miembros de \"la Iglesia debe ser la Evangelización y el servicio de la \"humanidad.
\"Esto se concreta a través de cinco objetivos más \"específicos:
\"Hay que unificar conceptos y criterios sobre lo que \"es la real Evangelización. Para esto es necesario hacer \"seminarios diocesanos, de provincias eclesiásticas y por \"mundos especializados sobre la evangelización, de modo \"que de hecho se puedan unificar estos criterios y contenidos. Para lograr esto se pide hacer primeramente un \"Seminario Nacional que prepare un equipo y así posibilitar esta tarea en los otros niveles.
\"Se debe aclarar y afirmar las ideas claves de la Fe: \"imagen de Dios, del hombre, de la comunidad, del mundo, de la Iglesia, de la Historia.
\"Se debe promover un estudio crítico de la realidad \"actual, que tenga por objeto descubrir en las personas \"y en las actuaciones y realizaciones las coincidencias y \"diferencias entre la visión \'Cristiana y la marxista de la \"realidad.
\"Proponer la formación a lo largo del país de equipos Pastorales con opción para la evangelización, en \"los mundos y servicios claves. Estos equipos deberían \"preocuparse especialmente de la formación de personas \"y de la promoción de movimientos apostólicos.
\"Que se impulsen las Comunidades Cristianas de Base como núcleo básico para evangelizar y servir a la \"humanidad.
\"Llamar a todos los católicos a comprometerse con \"la construcción de un Chile y América Latina nuevos\" (Cf. Primer Seminario de Responsables de Pastoral, nn. 2 y 3).
RECOMENDACIONES CONCRETAS
a) A corto plazo
8. Urgencia en la prioridad de formación de personal apostólico y de líderes.
9. Establecer y/o desarrollar un Centro diocesano de formación para laicos.
Esta proposición se asume en lugar prefer,encial, de tal manera que se tratará de poner en él un énfasis igual al compromiso que existía antes, cuando se trataba de un Seminario diocesano.
10. Elaborar un Catecismo familiar y redactarlo según varios niveles culturales.
11. Publicar el Directorio Pastoral SacramentaI.
12. Ofrecer un Curso teológico de diez lecciones fundamentales.
13. Ofrecer cursos sobre la problemática cristianismo-marxismo.
14. Apreciar las expresiones de la religiosidad popular y obtener de ellas los elementos que activarán una pastoral más profunda.
15. Es necesario alentar la celebración del día domingo, como Día del Señor. Por esto hay que implantar y/o desarrollar la Celebración del Día del Señor sin sacerdote, donde no hay celebración de la Santa Misa; de tal ma¬nera que todos los fieles con estas celebraciones puedan unirse a toda la Iglesia.
Hay que ofrecer esquemas de Celebraciones para diferentes ambientes y preparar a las comunidades cris¬tianas y a los fieles para estas Celebraciones del Día del Señor.
16. Divulgar masivamente ediciones de los Evangelios o Nuevo Testamento.
17. Mejor aprovechamiento de los actuales medios para la Pastoral de multitudes.
18. Los ambientes de atención más urgentes son: juventud, profesorado, campesinado y medios de comunicación social.
19. Robustecimiento de la Contribución a la Iglesia, porque cada vez más el financiamiento de la Iglesia de be descansar en el aporte de sus propios miembros.
b) A más largo plazo
20. Continuar con la formación de CCB.
21. Encarar los problemas relativos al ministerio jerárquico:
a) Vocaciones sacerdotales
b) Redistribución del clero
c) Diáconos casados
d) Sacerdotes
e) Revisión de las instituciones
22. Hay necesidad de profundizar el acuerdo de Chillán de revisar las instituciones de la Iglesia, particularmente las estructuras que tienen mayor uso funcional.
23. Para esto hay necesidad de considerar algunos cambios que puedan configurar una imagen renovada de la Iglesia.
24. Considerar la re orientación del personal y de los recursos financieros, enderezándolos hacia las prioridades urgentes.
d) Comunicación de estas Conclusiones
25. Sin perjuicio del uso de los medios de comunicación, parece que el medio más útil es el de hacer conocer las orientaciones y acuerdos de esta Asamblea a través de Seminarios y Jornadas, diocesanos y nacionales. En esa forma, se puede obtener una incorporación más activa del personal apostólico a las tareas aquí señaladas.
II Parte: PASTORAL DE JUVENTUD
En la segunda parte de la Asamblea, los Obispos, contando antecedentemente con diversos informes y trabajos previos a la reunión en Temuco, y ayudados por la reflexión de sacerdotes, religiosos y laicos, llegaron a proponer las siguientes conclusiones:
Introducción
26. El Episcopado de Chile contrae el compromiso de asignar prioridad y urgencia a la Pastoral de la Juventud.
27. Hay varias razones para fundamentar la prioridad del trabajo pastoral con los jóvenes.
La mayoría del país y de la Iglesia está constituida por los jóvenes. Ellos forman los grupos más sensibles a los cambios que vive el país y el mundo, y son el fermento más eficaz de esas realizaciones. Las condiciones actuales de los jóvenes indican también la necesidad de una especial atención a ellos.
La Fe, en su educación, supone períodos de especial sensibilidad y, en la juventud, ese período es especialmente receptivo a la educación de la Fe y donde suelen ocurrir también las mayores crisis de Fe. Por estas razones, el Episcopado chileno había decidido ya en 1970 que debía insistirse en la evangelización de la juventud, como uno de los ambientes más dinámicos y que implican una mayor inferencia en los procesos de cambio de la sociedad (d. Orientaciones Pastorales 111, n. 13, a).
La evangelización de la juventud es un signo de renovación de la Iglesia.
28. Las recomendaciones y orientaciones pastorales contenidas en este documento pretenden ser un paso en el desarrollo de esta Pastoral, reconociendo que muchos aspectos especializados de esta acción de la Iglesia no han sido tratados aún, por carecer de estudios más profundos o de posibilidades para su desarrollo. Anotamos así la pastoral por ambientes de vida, la castrense, la de universitarios, aquélla con menores en situación irregular, etc.
Por esto, aquí no se cierran ni se agotan los pasos que la Iglesia en Chile tiene que hacer para la evangelización de la juventud, sino al contrario se deja abierta una invitación y exigencia para continuar este trabajo.
29. Hay algunos criterios básicos que aceptar:
29.1 Deben formularse orientaciones básicas o generales, a nivel nacional.
29.2 Debe tomarse en cuenta la realidad juvenil de cada ambiente -obrero, rural, independiente, condiciones urbanas y poblacionales, etc.- y, de acuerdo a esa realidad, hay que definir los objetivos específicos de una Pastoral.
29.3 Se recomiendan algunos pasos para esta planificación:
a) crear un consejo de reflexión y coordinación de la Pastoral juvenil, en cada diócesis o zona, con participación de jóvenes.
b) promover -por organismos competentes- un estudio científico de la realidad juvenil en cada provincia.
c) organizar una consulta a los jóvenes cristianos más comprometidos en cada diócesis, como paso previo a la planificación.
d) tener contactos con Pastores y jóvenes de otras
confesiones cristianas.
30. Desde los múltiples ángulos desde los cuales puede enfocarse una pastoral de la juventud, la Asamblea -en este primer paso- destacó tres puntos de convergencia, que vienen a constituir otros tantos objetivos de esta Pastoral:
a) formación de líderes, o personalidades dirigentes o testigos;
b) atención preferente a la familia, como instancia primera y más profunda en la educación de la Fe;
c) necesidad de insistir en la educación de la Fe de los jóvenes, clarificando los contenidos de toda educación, sus métodos y capacitando a los agentes de esta educación.
Formación de líderes
31. La Asamblea, al optar en forma especial por la formación de líderes, no quiere abandonar en ningún caso la masa de los jóvenes, sino espera precisamente dar una mejor atención a esa masa de jóvenes a través de los líderes. No pueden olvidarse las condiciones sociológicas de la juventud, en que la situación masificante o multitudinaria es un hecho innegable.
32. La formación de líderes supone un trabajo de detectar a los jóvenes que poseen condiciones para serio y, en seguida, darIes una capacitación doctrinal, espiritual y una iniciación apostólica, que no descuide las técnicas de animación.
33. Un líder cristiano debe tener una gran fe, ser realmente un testigo de Cristo, animado del espíritu de construcción de la Iglesia servidora del mundo y califi¬cado por un auténtico compromiso con un ambiente propio.
Todo este esfuerzo del líder juvenil debe contar con un permanente apoyo de la Iglesia.
34. Hay que crear conciencia entre los jóvenes de la necesidad de líderes cristianos comprometidos con su ambiente.
35. La formación de líderes puede tener lugar a través de cursos, de escuelas, y principalmente, de y en los movimientos apostólicos.
36. Será muy importante la coordinación de programas y servicios de promoción de líderes a lo largo del país o en regiones pastoralmente homogéneas.
37. Los Consejos Pastorales juveniles, donde existan, deben promover una mutua comunicación entre dichos organismos de las diversas diócesis.
38. La formación de un líder debe llevado a una madurez de su Fe y, por esto, se proponen los siguientes pasos y medios para su formación:
a) Conocimiento profundo del Evangelio para que sepa aplicado en su vida y en el ambiente en que actúa;
b) vida de oración personal y comunitaria y frecuentar los Sacramentos;
c) vivir integrado en su mundo y, más aún, trabajar en algunas comunidades o grupos de sólida vinculación, de manera que viva realmente una experiencia de Iglesia y de solidaridad con su medio;
d) poco a poco debe llegar a una comprensión de Chile y de Latinoamérica;
e) el líder debe poseer un conocimiento claro de sus posibilidades y de sus limitaciones personales, como también del ambiente principal en que vive y actúa.
Familia
39. La Familia es el lugar privilegiado para la gestación y educación de la Fe de los jóvenes, ya que en ella se reciben las vivencias primordiales. Hay que complementar una actitud tradicional de mera inquietud sacramental, por otra de acento evangelizador y que conserve continuidad.
40. Teniendo en cuenta la realidad actual de las familias en Chile, se recomienda que los movimientos y grupos o comunidades familiares cristianas se dediquen a capacitar a las familias para que sean evangelizadoras de niños y jóvenes.
41. Se alaba a las madres de familia que participan apostólicamente en la Catequesis como mamás-catequistas. Esta experiencia debe extenderse, y ampliarse también a integrar al padre de familia en este mismo apostolado.
42. Cuiden las familias cómo santificar la vida familiar, especialmente en sus fechas más importantes, con celebraciones cristianas.
43. Los padres de familia deben prepararse para educar a sus hijos frente al hecho de los medios de Comunicaciones Sociales, y así ellos puedan interpretar y criticar sus contenidos.
44. Dado que los jóvenes, generalmente llegan con una escasa preparación al matrimonio, se recomienda que los cursos preparatorios se hagan no sólo en forma inmediatamente antes del Sacramento del matrimonio, sino también en períodos anteriores, como cursos de educación del amor y de la Fe. Este será un auténtico servicio de la Iglesia al mundo juvenil.
45. Cuando sea posible, instáurese la costumbre de que a la bendición de anillos del noviazgo preceda una o más charlas o conversaciones con los futuros novios, como un paso a la preparación al matrimonio.
46. Los Cursos de Preparación al Matrimonio deben despertar en los futuros cónyuges la responsabilidad de hacer de su familia una comunidad educadora de la Fe, por doctrina y por las propias vivencias.
47. Es necesario integrar y coordinar las iniciativas dispersas que de alguna manera tocan a la familia (catequesis sacramental, cursos de novios, participación de los padres en las escuelas, vida parroquial, etc.) en un organismo pastoral de la Familia, para aprovechar mejor estos servicios y promoverlos donde no existen. Sus niveles pueden ser diocesano, regional y nacional.
Educación de la Fe
48. Se ha verificado que la Iglesia no presenta una imagen atrayente para los jóvenes. Por esto hay que esforzarse por mejorar dicha imagen.
49. A los jóvenes hay que presentarles la Iglesia con una invitación a incorporarse activamente en Ella y estimular su responsabilidad con una actitud de confianza y acogida en esta participación.
50. La presentación de la Fe debe rescatar su valor y estilo original de franqueza, de anuncio directo y sin rodeos. Hay inmensos sectores de jóvenes que carecen de prejuicios contra la Fe y están esperando este anuncio. Por otra parte, la juventud rechaza una pre¬sentación demagógica que pareciera querer agradar o halagar, más que proponer un mensaje y piden un anuncio del Evangelio en forma franca, explícita y audaz y que quienes lo presentan sean coherentes con tal mensaje.
51. En el contenido de la educación de la Fe es preciso entregar tres elementos básicos, con una equilibrada armonía entre ellos: Cristo liberador y su misterio pascual; la Iglesia, comunidad y sacramento de salvación; y el mundo como escenario de la manifestación del Reino de Dios.
52. Es necesario educar armónicamente un sano equilibrio de estos elementos, alejándose de los extremos unilaterales, cuales serían, por ejemplo, el cultivo de un espiritualismo individualista, desconectado de una presencia en el mundo y de una integración a la Iglesia -de una espiritualidad de la Iglesia replegada sobre sí misma, en actitud de ghetto-, o de un temporalismo que implica una absolutización de los valores del mundo.
53. La frecuente disociación familiar existente provoca una gran soledad en los jóvenes. Por esto, hay que insistir en una dimensión comunitaria de la vida, en que los valores familiares y evangélicos junto a un Padre y a una Madre comunes, haga sentir la fraternidad de los hijos de Dios y de todos los hombres.
54. Ante la constatación de que algunos Movimientos Apostólicos han tomado una orientación política, se hace más evidente la necesidad de clarificar y entregar una Fe que ilumine el contexto actual de Chile, fuerte¬mente politizado. Que la Iglesia no abandone su presen¬cia de Inserción, de salvación y servicio al mundo, en que se juega su propia identidad. La Iglesia tiene su propia vitalidad de una misión creadora de historia. La juventud debe sentir que la Iglesia la llama y le ofrece la posibili¬dad de hacer historia concreta, si no con arreglo a un modelo socio-económico político que no le es propio, sí impregnando el mundo con valores del Evangelio.
55. En la liturgia debe tratarse de acoger a los jóvenes, como a todos los otros miembros de la comunidad cristiana. Pero, por razones pedagógicas, conviene tener, en determinadas épocas del año, celebraciones propias para grupos juveniles, con expresiones adaptadas a su carácter, familiares e inteligible s y con claro sentido histórico.
56. Conviene revalorizar los medios que tradicionalmente se han mostrado eficaces para una profundización de la Fe, como son los retiros, jornadas espirituales y el apoyo personal de asesores a militantes.
57. Un buen medio para ayudar a la pedagogía de la Fe será contar con un .Catecismo juvenil, que contenga una adecuada presentación de Cristo a los jóvenes.
58. Los institutos de Catequesis de las diócesis deben tener preferente atención a proporcionar metodologías modernas para la educación de la Fe de los jóvenes.
59. Es urgente crear Escuelas de la Fe, para adolescentes, como un servicio de la Iglesia a los estudiantes, en colaboración de escuelas católicas y parroquias, para todo tipo de jóvenes.
60. Hay que estudiar las manifestaciones de religiosidad y encauzarlas mediante una pastoral de multitudes hacia una concreta educación de la Fe.
61. En seguida se examinaron tres estructuras pastorales que atienden a la juventud: los movimientos apostólicos, la Parroquia y la escuela católica.
Los movimientos apostólicos
62. Se reconoce la validez de la formación cristiana que prestan los movimientos apostólicos. Sin embargo se observa un general debilitamiento en ellos, originado en parte por una falta de claridad y de vitalidad en la Fe, sobre todo en el contexto actual, y en parte por las crisis sacerdotales.
La multiplicidad de grupos o movimientos de distinta naturaleza, aconsejan los siguientes acuerdos:
63. Frente al conjunto de movimientos juveniles es importante distinguir aquellos permitidos de los que deben ser promovidos. Teniendo en cuenta la gran dis¬ponibilidad de tiempo libre de los jóvenes debe ponerse en énfasis aquellos movimientos extraescolares.
64. Prestar especial énfasis a la formación de Asesores: sacerdotes, religiosos o laicos. Se señala como prioridad la atención a la búsqueda y capacitación de profesores para formar en la Fe y promover núcleos juveniles.
65. Es necesario remediar la dispersión y desconocimiento entre los formadores, para expresar la unidad y comunidad de la Iglesia y su convergencia en el Obispo. La unidad debe respetar la diversidad y dar elementos de complementación.
66. Los movimientos juveniles deben tender a la creación de Comunidades Cristianas de Base.
67. Se pide que estos grupos o comunidades tengan las siguientes características:
a) enraizadas en su ambiente o medio;
b) un real ambiente de comunidad y fraternidad, donde el joven pueda acoger y ser acogido por los demás, llegando a ser amigo de ellos;
c) vivir en ellos los valores y el espíritu del Evangelio, llegando a sentir a Cristo presente entre ellos. Que sean también comunidad de oración, y
d) afán de transmitir esos valores al medio que los rodea para la superación de su ambiente.
68. Las etapas de formación que se siga en los movimientos pueden ser las siguientes:
a) Reunir a los jóvenes inquietos en servir a los demás, para ayudarlos a descubrir la dimensión cristiana de este servicio. Donde no haya jóvenes con esta inquietud, crear las condiciones previas para despertar en ellos este afán de donación de sí, promoviendo actividades juveniles generales Qe acuerdo al ambiente y posibilidades;
b) Respetar las etapas de maduración, estimulando el desarrollo de la vida, pero sin forzarlo, de esta manera serán los mismos jóvenes quienes sientan la necesidad de comprometerse con Cristo al descubrirlo;
c) Que en la medida que conozcan a Cristo vayan descubriendo la importancia de los sacramentos;
d) En la medida que descubran el sentido de Iglesia, vivan el carácter comunitario de ésta, en relación a sí y al resto de la Iglesia.
La Parroquia
69. En las parroquias debe planificarse la atención de los jóvenes, en la doble línea de despertar y acoger sus inquietudes y de recibir a las personas.
70. Debe propenderse a la formación de grupos cristianos que estén abiertos a su medio.
Establecimientos educacionales católicos
71. Se considera de vigente importancia pastoral la existencia de las instituciones de educación católica.
72. Es necesario reforzar el O.C.E.C. (Oficio Central de Educación Católica) con suficiente poder ejecutivo; y que, por una parte, oriente la educación católica en su conjunto y, por otra, sea el interlocutor autorizado y responsable ante el Gobierno y demás organismos educacionales.
73. Siendo gratuita la gran mayoría de los establecimientos educacionales católicos, debe propenderse a que toda la educación católica sea gratuita, para que se pueda acceder a ella desde todos los sectores sociales, y superar el clasismo donde existiera.
74. Para hacer posible la libertad de enseñanza y la existencia de la educación católica gratuita se pide a O.C.E.C. y a las F.I.D.E. que estudien y propongan a los poderes públicos la forma más eficaz y justa de subvenciones a los establecimientos gratuitos, particulares.
75. Es necesario, en este momento, respaldar y estimular a quienes trabajan en la educación católica y agradecerles el importante servicio apostólico que prestan a la Iglesia y al país.
76. Respetando la autonomía de la cultura, se quiere que la escuela católica verdaderamente dé una profunda formación cristiana, que es su propio carácter y razón de ser. Para ello es necesario una comunidad de creyentes comprometidos en la educación y que acom¬pañe con su testimonio a quienes está enseñando.
77. En ciertos casos, especialmente cuando surjan dificultades de personal o financieras graves, es preciso abordar la concentración de personal, de modo que puedan asegurarse al menos algunos núcleos de educación específicamente cristiana.
7S. Hay que intensificar la preocupación eficaz por atender y apoyar a los católicos que trabajan en la educación fiscal. Por esto también se recomienda que el per¬sonal apostólico titulado pueda incorporarse a dicha educación.
79. Todos aquéllos que trabajan en la educación católica deben tener presentes las orientaciones y acuerdos anteriores para que sean los primeros agentes de renova¬ción en la Pastoral juvenil y ser conscientes de los grandes problemas pastorales que afectan a la juventud.
80. La formación ofrecida por la Iglesia aparece parcializa da en familia, parroquia y educación católica. Debe activarse una pastoral de conjunto en que sea toda y la misma Iglesia la que educa la Fe de los jóvenes.
ANEXO N.º 1
RESUMEN DE LAS ORIENTACIONES P ASTORALES DE CHILLÁN, LA SERENA Y CONCEPCIÓN
1. \"La Iglesia de Chile quiere presentarse a todos como:
a) Evangelizadora, iluminando las conciencias y la cultura con la Verdad de Cristo. Esto lo realiza organizándose, desde la Comunidad de Base, fundándose en una sólida y formadora entrega del Mensaje a cada uno según sus ne¬cesidades y responsabilidad\".
b) \"Servidora de la Humanidad, respetuosa e imparcialmente al servicio de todos con la verdad, a través de la acción de cada cristiano, de sus Movimientos y de las institucio¬nes que la Iglesia promueve e inspira\" (Chillán, pág. 6). Así camina hacia la verdadera imagen de la Iglesia.
2. Evangelizadora
Para evangelizar, ya que la Fe debe vivirse en comunidad, se marca una prioridad de trabajo en la Comunidad Cristiana de Base (Chillán, pp. 8 -10; La Serena, pp. 5 -13, con una ilustración y juicio pp. 15-55; Concepción, nn. 30-31), (\"...queremos con¬cederle toda la urgencia que los signos de los tiempos reclaman de ella, y consagrarle, junto a la formación de personalidades cris¬tianas, nuestros mejores esfuerzos... \". La Serena, p. 13).
2.1. Se visualiza a una Parroquia como una comunión de comunidades, en una dinámica nueva de trabajo, y el conjunto de Parroquias en un Decanato, que se considera \"la unidad pastoral básica\" (Chillán, p. 11). Un factor que influye aquí es la disminución numérica de los sacerdotes, haciendo que éstos atiendan en conjunto realidades pastorales más amplias (Concepción, nn. 35 - 36).
2.2. La comunicación de la Fe y la Catequesis en la iniciación, se quiere hacer en comunidad, en la comunidad familiar (Chillán, pág. 12).
3. El evangelizador, especialmente dentro de la C.C.B., deberá contar con una gran atención pastoral para su formación. Por esto se dedica una prioridád de trabajo a la formación de personal apostólico (Chillán, pp. 6 -7; La Serena, pp. 57 - 64; Concepción, n. 26).
3.1. En la tarea de formación de laicos se considera \"a los movi¬
mientos apostólicos como insustituibles, tanto porque espe¬cializan su acción en campos apostólicos vitales y determinados, en que siempre el mejor apóstol es el del propio ambiente, cuanto porque son una probada fuente de formación de militantes, que ha vivificado los tres ministerios con maduras vocaciones\" (Chi¬llán, pp. 25-26).
3.2. El sacerdote ocupa un lugar principal en la evangelización.
Por las características de los tiempos nuevos, se han presen¬tado en su vida anhelos profundos \"de adaptación a la actual situación del mundo\".
Por esto se ofrecen dos orientaciones:
a) \"Cada presbítero, en sincero diálogo con su Obispo y el
Presbiterio al cual pertenece, buscará la forma de vida sacerdo¬tal que manifieste con mayor claridad la presencia salvadora de Cristo en su propio ambiente de vida, con un testimonio personal lleno de amor y de auténtico compromiso y que le permita un contacto más profundo con los hombres que debe evangelizar\".
b) \"Se pide a los sacerdotes que al buscar su propia forma de vida en la Iglesia y en la comunidad humana, tengan como criterio básico las necesidades pastorales de la Iglesia. Los Obis¬pos desean ayudar a sus sacerdotes a encontrar la armonía entre sus vocaciones personales y las necesidades de la Iglesia\" (Chi¬llán, pág. 16).
3.3. Se recuerda a los sacerdotes que en \"cualquier estilo de vida que se adopte será misión propia del sacerdote, vinculado al Obispo y al Presbiterio, la orientación de su actividad profética hacia la formación de la comunidad cristiana, a la cual se ordena su ministerio pastoral\" (Chillán, pág. 16).
obscurezcan su imagen, sino que la sirvan; llegando a ser, en sus finalidades propias, la expresión del espíritu y acción de la comu¬nidad cristiana\" (Chillán, pág. 7).
En esta revisión se contemplan algunos aspectos
- de la Parroquia (Chillán, p. 11; Concepción, nn. 34, 35, 36.1 Y 36.2);
-de la Liturgia (Chillán, p. 14);
-de la Pastoral sacramental (Chillán, pp. 14-15; Concepción, n. 44);
-de la vida religiosa (Chillán, pp. 20-23);
-de la educación católica (Chillán, p. 25).
ANEXO N.º 2
PEDAGOGÍA DE LA FE EN LA FORMACIÓN DE LOS JÓVENES
Mons. Sergio Contreras N., Obispo de Ancud
1. Introducción
No es el tema de un teólogo, ni de un pedagogo. Simplemente, expreso en alguna ordenación las experiencias pastorales adquiridas en la formación de jóvenes.
-Entrego estas reflexiones como una ayuda al análisis crítico de los medios con los cuales la Iglesia en Chile intenta responder a la gran tarea de ser signo sacramental de salvación para los jóvenes de nuestra Patria. La Iglesia se hace fundamen¬talmente presente en el mundo de los jóvenes mediante jóvenes cristianos: es decir, identificados con Cristo, que aman a la Igle¬sia y que sirven a sus semejantes.
2. La Iglesia en Chile dispone de diversos medios para llegar
a constituirse signo salvador de los jóvenes:
A. La acción Pastoral general:
1) La Liturgia.
2) La Catequesis.
3) La Predicación de la Palabra.
B. \"El testimonio que como comunidad eclesial brinda a los
jóvenes\":
1) Los institutos de educación católica. 2) Las agrupaciones de jóvenes católicos.
3. A) Es ciertamente muy importante, puesto que en definitiva
la Iglesia es quien integra, si posible fuera, a todos los jóve¬nes en una perfecta comunión. Difícilmente lo hará, si su ima¬gen resulta repulsiva o al menos indiferente para la juventud.
Ciertamente que hay por delante una gran tarea para anali¬zar y poner al día a la Iglesia en su Liturgia, Catequesis, Predica¬ción y, en general, en la Imagen que como comunidad proyecta en los jóvenes. Pero, en definitiva, esa tarea no la podrá hacer, sino precisamente por la colaboración de los jóvenes católicos en cuanto sean fieles en transmitir las inquietudes provenientes del medio juvenil en este respecto.
4. B.1) Tomados formalmente como una comunidad, pretenden formar íntegramente a la persona, ayudando a la germinación de las potencialidades que hay en los jóvenes e instruyendo su inteligencia con las ciencias, las artes y la formación de virtudes. No pueden avanzar demasiado en su camino sin la activa colabo¬ración de los propios jóvenes. Esta colaboración se hace hoy principalmente por el aporte de grupos. Y concretamente de gru¬pos conscientes de su participación activa en esta labor educa¬tiva.
5. B.2) De allí que sostengo un primer principio. La Iglesia se hace presente en el mundo de los jóvenes fundamentalmente mediante los jóvenes. Ciertamente, se requiere la colaboración de adultos, pero los adultos como colaboradores del proceso de formación del joven. No trataré, pues, de estas dos formas de llegada de la Iglesia a los jóvenes. Hablo con más precisión: queremos analizar algunos elementos para juzgar la educación de la fe en las diversas formas de agrupaciones de jóvenes ca¬tólicos.
6. Hay tres polos de referencia para el análisis crítico de esta educación:
-La propia persona del joven.
-La inserción en el mundo con una capacidad de darse. -Su inserción en la Iglesia.
La fe, es decir, la adhesión a la Persona de Cristo, y la ma¬
duración en la fe, deben ser una actitud y un proceso que se jueguen armónicamente en estos tres polos.
La fe nos enseña, en efecto, que Cristo se da al cristiano con una presencia intrínseca, dinamizadora, capaz de desarrollar la persona a la más amplia identificación con El. El Señor libera interiormente al hombre de sus esclavitudes: libertad de Hijo de Dios.
La misma fe nos dice que Cristo es el Señor de la Historia y que El irrumpe en los acontecimientos de la vida diaria, mos¬trando las huellas del Reino en todo lo positivo de los hechos, acontecimientos y procesos de la historia. Que el Señor está cru¬cificado en las personas que sufren los hechos, acontecimientos y condicionamientos sociales e históricos que son adversos.
Por la fe, sabemos que en la Iglesia se da una presencia es¬pecial del Señor, porque la Comunión de los cristianos con Cristo constituye el signo salvador de los hombres y del mundo. Resulta relativamente fácil exponer estas ideas a la consideración de las mentes. Pero, su vivencia importa una pedagogía, es decir, hacer vivir estas realidades. Y en la práctica, no siempre es fácil ar¬monizarlas.
7. Cuando juzgamos ciertos grupos de jóvenes católicos, vemos
que con frecuencia acentúan uno de los polos dejando en la sombra los otros dos. De aquí resultan las distancias e incluso divergencias que se producen entre los partidarios de uno u otro sistema.
Los movimientos, si tienen un mínimo de pedagogía de la fe en su desarrollo histórico, oscilan entre las diversas polaridades. Un joven que transcurre un tiempo en ellos puede recibir al final el enriquecimiento de la triple polaridad.
Cuando un movimiento se radicaliza en un polo, generalmente produce personas deformadas. Cristianos inarmónicos.
Tiene mucha importancia para lograr éxito en una buena educación de la fe el punto de partida y la metodología empleados en el desarrollo del movimiento.
8. Hay cierto tipo de movimiento que difícilmente llega a formar en algún sentido. Hay agrupaciones que solamente entretienen al joven. Son grupos que se generan por intereses muy juveniles, es cierto, pero que se debaten en una cadena de actividades in¬teresantes, atractivas, pero que no son formadoras. Hay muchísimos grupos católicos que son como una especie de \"patota\" católica que hace cosas. Pero, que no llevan a una adhesión a Cristo ni en relación con sus personas, ni con la sociedad ni en la Iglesia.
9. Hay otros que parten del interés juvenil más universal: el juego o la entretención. Pero que del juego se hace un proceso educativo para desarrollar la persona. Especialmente son ricos en valores morales, son muy positivos para la formación de los hábitos básicos del comportamiento: honradez, espíritu de sacrificio, puntualidad, disponibilidad, etc.
Ellos mismos suelen ser débiles en la presentación de una fe vital y en la capacitación de evangelizadores. La adhesión a la Iglesia es buena, pero en términos de adherencia disciplinar y un tanto externa.
10. Otros centran su labor pedagógica en la persona con toda su riqueza, inteligencia, sensibilidad, voluntad, comunican una profunda espiritualidad que toca las raíces profundas de las personas. Pero con una connotación individual bastante acentuada. Se mira el mundo a partir de la experiencia interpersonal del grupo. La agrupación es la conexión profunda interpersonal. La polaridad débil es la inserción en el mundo. Tiene la tendencia, en el primer momento, a encerrarse, aislarse y, en cierto modo, crear una aversión al mundo que se juzga como adversario de la persona cristiana que hay que defender. La polaridad ec1esial es buena, por cuanto en la Iglesia se encuentra la fuente original para el enriquecimiento personal. Pero, dentro de Ella se entablan fácilmente relaciones \"elitarias\".
En un proceso largo, estos grupos llegan a dar buenos resultados para formar ciudadanos del mundo. La riqueza de contenido doctrinal y espiritual es la característica. Desde este impulso motor, se procura la apertura hacia campos más vastos.
11. Hay grupos que se inician con una experiencia fuerte de dos de los elementos. La conversión personal a un Cristo Vivo que se descubre por una presentación viva del Mensaje. Y por la experiencia de un grupo de búsqueda común. La presentación del mundo es más bien intelectual y como un campo de conquista.
La Iglesia se ha vivido como experiencia fuerte del grupo. Resulta un impulso primero, muy dinámico, conquistador y con fuertes acentuaciones grupales. Falla un poco por la superficialidad general de los tres polos.
Una presentación fuerte, en el inicio de un proceso, tiene fallas pedagógicas. El tiempo es necesario en una maduración normal.
Se experimenta una adhesión intensa a Cristo. Pero no ha quedado el tiempo para desmalezar y construir una personalidad cristiana. Hay desproporción entre la intensidad de la experiencia y la verdadera vida cristiana. La Iglesia se la concibe como una fuerza avasalladora, conquistadora. Su adhesión al mundo resulta difícil, porque se lo quiere conquistar más que servir. Se choca con el medio y su frialdad. El gran peligro es \"pasmar\" espiritualmente a los jóvenes sometidos a estos procesos.
12. Hay movimientos que cuidan especia.lmente la polaridad mundo-presencia activa del cristiano en él. La mayor parte de las energías se invierte en el análisis de los hechos, situaciones, estructuras sociales. Suelen descuidar la atención personal y, de esta manera, Cristo es sólo el Señor de la Historia y muy poco mi Señor que me salva. Poseen una experiencia débil en la con¬versión y maduración personal en la fe. La imagen de Cristo resulta incompleta en ellos.
La adhesión a la Iglesia es parcial: la Iglesia encuentra comprometida con el mundo. Suelen resultar cuestiones en conflicto con la comunidad ec1esial.
ANEXO N.º3
ESTUDIO DE LOS ACUERDOS DE TEMUCO SOBRE PASTORAL PARA LA JUVENTUD
Los acuerdos de la Asamblea Plenaria de Temuco fueron presentados a las Comisiones episcopales en una Jornada el día 25 de junio y a los Responsables diocesanos de Pastoral en una Jornada nacional celebrada en Las Rosas (Santiago) los días 29 y 30 de junio y 1? de julio. Estas Jornadas se hicieron de acuerdo a lo estipulado en el N? 25 de las Orientaciones de Temuco.
Además de eso es necesario evaluar periódicamente cómo se actúa de acuerdo a estas Orientaciones. Esta evaluación y re¬flexión, a corto plazo, después de la Asamblea de Temuco es necesaria para saber qué resultados se van alcanzando y qué puntos deberían desarrollarse más o, también, corregirse. Con esta finalidad el Secretario de la CECH dirigió una Circular -con fecha 30 de septiembre de 1971- a los Responsables dioce¬sanos de Pastoral, con las siguientes preguntas:
1. ¿Ha sido difundido y estudiado el documento sobre \"Pastoral de Juventud\" (Boletín Iglesia N? 6) entre los jóvenes, padres de familia, movimientos apostólicos, responsables de Pastoral?
2. En caso negativo, ¿por qué no?
3. En caso afirmativo, ¿cómo se ha hecho?, ¿cómo ha sido recibido?, ¿qué aportes se han obtenido?
4. ¿Qué utilidad o aporte especial ha significado para Ud. el documento de Temuco, y en cuáles aspectos?
5. ¿Cómo se está haciendo la reflexión y desarrollando una Pastoral para la juventud de parte de los agentes pastorales o apostólicos del mundo juvenil?
6. ¿Qué esfuerzos se han hecho en una Pastoral por ambientes de vida, como la diferenciación en el mundo rural, obrero, estudiantil, etc., y en aquellos sectores especializados como los jóvenes de la jurisdicción castrense, la atención a menores en situación irregular y jóvenes subnormales?
Detalle cada uno de estos aspectos.
7. En especial se quisiera una información del mundo universitario (Arica, Antofagasta, La Serena, Valparaíso, Santiago, Talca, Chillán, Concepción, Los Angeles, Temuco, Araucanía, Valdivia, Osorno, Punta Arenas):
a) estado actual de los esfuerzos y acciones pastorales de
la Iglesia en el sector universitario local; b) apreciación para el futuro de una Pastoral universitaria; c) id. en Chile.
ÍNDICE
Presentación
ORIENTACIONES PASTORALES IV
Anexo N.º 1. Resumen de las Orientaciones Pastorales de Chillán, La Serena y Concepción
Anexo N.º 2. Pedagogía de la Fe en la formación de los jóvenes. Mons. Sergio Contreras
Anexo N.º 3. Estudio de los acuerdos de Temuco sobre Pastoral para la juventud
Impreso en los talleres de Ediciones Paulinas, Vicuña Mackenna 10.777. Casilla 3746, Santiago de Chile - 1971