Carta de los Obispos de Chile a los Consejos de Presbiterio y a los Superiores de Congregaciones Religiosas
Los Obispos de Chile hemos hecho una declaración que desea interpretar la situación del país a la luz del Evangelio. Queremos también comunicamos con todos los sacerdotes del país a través de los Consejos de Presbiterio y de los Superiores de las Congregaciones.
A.- Vivimos en un tiempo nuevo con un conjunto de realidades complejas que exigen una reflexión teológica seria; a manera de ejemplo:
• Iglesia y mundo
• Sacerdote en lo temporal
• Marxismo y Cristianismo
• Eclesiología del Orden y ejercicio de la autoridad.
• Pastoral y proceso de secularización
• Caridad y revolución, etc.
Pedimos colaboración para afrontar este tiempo nuevo y reflexionar juntos sobre estas realidades complejas y esperamos trabajar con Uds., y con todo el pueblo de Dios, con seriedad, en la clarificación de estos delicados asuntos.
B.- Consideramos de especial importancia continuar en la línea pastoral de evangelización, de creación y desarrollo de Comunidades de Base y en la formación de personas. Es la línea del Vaticano II, de Medellín y de los Sínodos Diocesanos y las Orientaciones Pastorales de Chillán, La Serena y Concepción.
C.- Queremos precisar la línea de la pastoral de Chile en la relación sacerdote y política de partidos.
a) Dejando abierta una más profunda y actual discusión doctrinal, mantenemos la determinación prudencial de pastores de la Iglesia en el sentido que en Chile el sacerdote no debe actuar en la política de partidos.
Estimamos que nos corresponde como sucesores de los Apóstoles dar una orientación concreta en este sentido y es ésta nuestra determinación.
Tal orientación pastoral está basada en dos razones que nos preocupan:
1. En la realidad politizada del país dentro de un clima de tentación de temporalismo; pensamos, como nos dice Medellín, que “en el orden económico y social, y principalmente en el orden político, en donde se presentan diversas opciones concretas, al sacerdote como tal no le incumbe directamente la decisión, ni el liderazgo, ni tampoco la estructuración de soluciones” (M. 11,19).
2. En la actual crisis de la comunidad cristiana en cuanto tal, esta situación exige a los sacerdotes, portadores del “ministerio de la comunidad”, una dedicación plena a la construcción de la unidad en la caridad más allá de tantas tensiones actuales. Es ésta una tarea indispensable y urgente para la pastoral de nuestro pueblo y es propiamente a los Obispos y Presbíteros que nos incumbe realizarla por mandato del Señor.
b) Rogamos a los sacerdotes de otros países que nos acompañan con tanta abnegación una especial delicadeza y respeto para no dar opiniones sobre política de partidos. No parece adecuado que personas que no siempre conocen la tradición e idiosincrasia del país emitan juicios u opiniones sin una convivencia profunda y prolongada por largos años con nuestro pueblo.
En la pastoral, como en la vida política de los pueblos, debe evitarse toda intervención artificial y extraña que desvíe el desarrollo homogéneo de lo propio.
El espíritu misionero, tan característico de la vocación cristiana, implica, antes que nada, saber encarnarse plenamente en la realidad y mentalidad del pueblo al que se sirve, sin querer imponer una cultura y unos criterios extranjeros (Cfr. el Decreto “Ad Gentes”).
c) Conviene reflexionar en los peligros de un neo-clericalismo, en una politización mal entendida.
d) Estas orientaciones también son dirigidas a quienes se preparan al sacerdocio y a las religiosas y personal dedicado a la pastoral.
D.- Vemos la necesidad de intensificar la vida de oración y rogamos un esfuerzo especial en este aspecto. Ojalá que todos los cristianos comprendan y practiquen el valor de la oración y la necesidad de unirse a Dios en profundidad.
E.- Recordamos el mandato de Cristo de permanecer en la unidad. Unidad, por de pronto, del clero entre sí y con la jerarquía. No es por alarde personal, sino por obediencia al Señor que afirmamos con San Ignacio de Antioquia: La Iglesia está en el Obispo.
Los saludamos cordialmente en el Señor,
LOS OBISPOS DE CHILE
Punta de Tralca, Septiembre 24 de 1970
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En la misma ocasión fue la Declaración anterior, los Obispos de Chile acordaron dirigirse en forma especial a los sacerdotes y religiosos del país con esta Carta. Los Obispos aquí emiten un juicio pastoral acerca de la actitud que sacerdotes y religiosos deben tener en política. Esta línea se mantendrá en los siguientes documentos que traten la mate¬ria y la irán haciendo los Obispos cada vez más precisa ante las activi¬dades políticas de sacerdotes y de grupos sacerdotales.