Este viernes 10 de diciembre, durante el Día Internacional de los DDHH, la Vicaría de Pastoral Social invitó a los chilenos a soñar el país. La actividad fue inaugurada por el Cardenal Francisco Javier Errázuriz, quien destacó que las obras de caridad y la justicia social van de la mano en el camino a construir un país en concordancia con el plan de Dios.
El encuentro que convocó a economistas, educadores, migrantes, trabajadores, sacerdotes y religiosas fue una manera de prepararnos para la próxima canonización del Padre Hurtado y el Bicentenario de la nación.
Casi doscientas personas fueron convocadas por la Vicaría de Pastoral Social a soñar. Y no lo hicieron sobre sus propias perspectivas, sino que teniendo ante sus ojos al país entero. Durante su bienvenida, el Cardenal Errázuriz llamó crear una sociedad con menos inequidad y mayor movilidad social, como un signo de aliento, recordó que el 70% de los jóvenes que estudian en la Universidad son la primera generación que recibe educación superior. El Vicario para la Pastoral Social, Alfonso Baeza, agregó “nuestro soñar no significa evadirse de la realidad. Soñamos para pensar más libremente, pero lo hacemos desde muestra realidad actual”.
Con la ayuda de los economistas, Alejandra Marinovic, Rodrigo Márquez y Marcel Claude, los asistentes pudieron hacer un diagnóstico de Chile y de lo que necesitamos para hacerlo más justo y humano.
Distribución de la riqueza
Marcel Claude, director para Sudamérica y la Antártica de la Fundación Oceana, conminó a los economistas para tener una visión más holística de la realidad, una mirada que contemple el respeto a los recursos naturales y que sea crítico respecto al sistema económico. Según cifras de sus investigaciones, en 1990 el 5% más rico de los chilenos ganaba 110 veces más que el 5% más pobre. Diez años después, esta cifra aumentó a 220 veces.
Cuatro desafíos
Alejandra Marinovic, economista del Banco Central, expuso una realidad distinta a la de su antecesor. Por ejemplo, mostró que los niveles de indigencia han bajado y que Chile es el segundo país con menos pobreza en Latinoamérica después de Uruguay. Al respecto, propuso cuatro desafíos para caminar hacia un Chile mejor: terminar con la indigencia, crecer económicamente, reducir la inequidad y relacionarse armónicamente con el medio ambiente. Seguidamente, sugirió cuatro maneras de asumir este desafío: fortalecer las fuentes de crecimiento, incorporar a todos los chilenos a esta tarea, cambios institucionales respecto a lo educacional y a lo laboral, fortalecer la democracia y sus instituciones.
Soñar es imprescindible
Rodrigo Márquez, investigador del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), contó que en el año 2000 el Programa invitó a distintas personas a soñar el país. La respuesta de ellos fue un silencio prolongado. Luego uno que otro empezaba a elaborar una idea y otro lo boicoteaba, hasta que se ponían de acuerdo y agradecían la invitación a soñar. La reflexión de Márquez suponía que los chilenos, por experiencias tristes o por falta de ejemplos, no estamos acostumbrados a soñar. Para hacerlo, tiene que existir un tiempo que otorgue valor a la reflexión, un espacio que vaya más allá de nosotros mismos y un lenguaje veraz y capaz de aceptar el disenso.
Luego de efectuar una ronda de preguntas, los asistentes pudieron elegir participar entre cuatro talleres paralelos: parroquia, mundo laboral, educación o voluntariado. En ellos se buscaba exponer experiencias solidarias que puedan alentar a otros en diversos ámbitos. Finalmente, se realizó un compromiso final, en el que los asistentes escribieron su sueño para Chile y su compromiso por lograrlo; este momento fue presidido por el Padre Rodrigo Tupper.
Santiago, 10-12-2004