La parroquia San José Obrero celebró su fiesta patronal con una eucaristía presidida por el Obispo de Arica, Monseñor Héctor Vargas, quien entregó su mensaje por la Fiesta patronal y Día del trabajador a la comunidad ariqueña.

Monseñor Vargas, se refirió al trabajo como dignidad de la persona y a los desafíos de nuestra realidad laboral actual, mencionando a quienes "...encuentran en su trabajo diario grandes satisfacciones, con oportunidades para crecer y desarrollarse como personas..." recordó a quienes sufren el dolor de ver a sus hijos privados de lo necesario para su alimento, vestido, educación, recreación o vivienda; Monseñor Vargas señaló también el "...creciente número de padres que deben hacer abandono de su hogar para a buscar el trabajo y sustento para los suyos en otras ciudades y apartados lugares..", lamentó don Héctor las existencia de las víctimas del desempleo ".que sufren por no tener trabajo, después de haberlo buscado inútilmente... vemos incluso el surgimiento de un nuevo proletariado... porcentaje de jóvenes profesionales que no logran encontrar su lugar en la sociedad para el que con tanto anhelo se prepararon.

Llamó la atención monseñor Vargas el creciente número de inmigrantes y la preocupante actitud racista y discriminatoria de algunos que los obligan a asumir trabajos que están lejos de cumplir la leyes laborales chilenas y otros que terminan siendo explotados por el comercio sexual miserable y degradante, "...Buscar ganancias y lucrar a costa de las enormes necesidades y dignidad de los más pobres, es uno de los pecados que clama justicia al cielo."

Finalmente monseñor Vargas denunció el trabajo de padres y madres de familia que deben trabajar los días domingos y feriados "¿Será posible que días considerados sagrados para la celebración de la propia fe y para el compartir y disfrutar en familia, se hayan venido convirtiendo en días auténticamente laborales?".

El Obispo de Arica, llamó a cada cristiano a reflexionar sobre estas realidades, dar a conocer lo que la doctrina social de la iglesia proclama acerca de la naturaleza y dignidad del trabajo y del trabajador, a comprometerse cada día en la construcción de un mundo más justo, según el querer de Dios, y en donde cada uno tenga pan, trabajo y alegría.

Fuente: Comunicaciones Arica


Arica, 03-05-2009