Bienaventurados los políticos...
"La Iglesia debe educar las conciencias y el compromiso social y político de los laicos”, señaló el cardenal Renato Martino, Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, en conferencia realizada en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Evocando una reflexión de su antecesor, el Cardenal François-Xavier Nguyên Van Thuân, sobre las “Bienaventuranzas del político”, el representante vaticano expuso en Valparaíso que la sociedad sin Dios corre el peligro de volverse contra el hombre.
“Al relacionar la globalización con la equidad, no me equivoco al decir que la situación de exclusión y marginación tienen que ver con la política. Por ello centraré mi presentación en ella”, señaló el Cardenal Renato Martino, Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz al iniciar la conferencia
“El Desafío de la equidad en un mundo globalizado. Aportes desde la Doctrina Social de la Iglesia”, que dictó en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso ante una asamblea compuesta por estudiantes, profesores, agentes pastorales, religiosas, sacerdotes y autoridades de esa Casa Central y de la región. Entre los asistentes se contaban el Obispo de Valparaíso y Gran Canciller de la PUCV , Monseñor Gonzalo Duarte; el Vice Gran Canciller de la Universidad, padre Dietrich Lorenz; y el rector Alfonso Muga, entre otras autoridades.
Recordó al Papa Pablo VI al decir que “la política es para los cristianos una forma exigente de caridad”. Sin embargo, en la actualidad existe una actitud de antipolítica que tiene profundas crisis. “La Iglesia no puede desinteresarse de esta crisis”. “Ella no hace política, pero tiene un documento iluminador sobre ella”, que son todos los documentos planteados en su Doctrina Social. “Ella puede proporcionarnos conciencia humana, una arquitectura marcada por el bien común”. “No se puede entender la comunidad política si no se entiende el amor de Dios por los hombres. Esto provoca que el hombre emerja por encima de las estructuras sociales”.
El Cardenal Martino señaló que la primera contribución de la Iglesia a la comunidad política es de tipo religioso. “Es necesario conservar el sentido de la trascendencia de la dignidad de la persona”. “Hay que anunciar, celebrar estas verdades e imprimir en los corazones el amor por los hombres, es decir, la caridad”.
En diferentes partes del mundo se nota una notable discusión sobre la laicicidad, entendiendo esto como la exclusión de la religión de la vida pública, señaló el Cardenal. “Si se pretende vivir como si Dios no existiera se vuelve una vida estéril”.

Desde la perspectiva de la Iglesia, una separación del rol público no es pensable. “El catolicismo no podrá renunciar a un rol público de la comunidad religiosa, pero distinguiendo lo que se cumple a título personal de lo que representa la voz de los pastores”.
La Iglesia con su Doctrina Social dice que la política tiene un espacio y que es un instrumento fundamental para construir una comunidad fraterna de hombres. Por eso, debemos ser divulgadores y testigos cada vez más convencidos de la Doctrina Social de la Iglesia.
También indicó que antes tales exigencias, hay un compromiso mayor en el plano educacional. “La Iglesia no forma para la política pero debe educar las conciencias y el compromiso social y político de los laicos usando su Doctrina Social”. Es importante valora instrumentos que puedan ayudar en esta tarea formativa, como son las Semanas Sociales, encuentros de formación de Doctrina Social de la Iglesia, etc. “La Iglesia se interesa de la política no para afirmar sus intereses, sino para enriquecerla para fomentar los valores”.
Finalizó recordando a su antecesor el cardenal François-Xavier Nguyên Van Thuân quien publicó “Las bienaventuranzas del político”.

1. Bienaventurado el político que tiene un elevado conocimiento y una profunda conciencia de su papel.
2. Bienaventurado el político cuya persona refleja la credibilidad.
3. Bienaventurado el político que trabaja por el bien común y no por su propio interés.
4. Bienaventurado el político que se mantiene fielmente coherente.
5. Bienaventurado el político que realiza la unidad y, haciendo a Jesús punto de apoyo de aquélla, la defiende.
6. Bienaventurado el político que está comprometido en la realización de un cambio radical.
7. Bienaventurado el político que sabe escuchar.
8. Bienaventurado el político que no tiene miedo.
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Texto de la intervención del Cardenal Renato Martino
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Saludo del Obispo de Valparaíso al Card. Renato Martino
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Fuente: Comunicaciones Obispado de Valparaíso - PUCV
Valparaíso, 30-09-2008