La Eucaristía desarrollada en la Catedral de Puerto Montt, fue presidida por el Arzobispo, Monseñor Cristián Caro Cordero y concelebrada por el R.P. Armando Schnydrig, Svd., asesor de la Confederación de religiosas de la arquidiócesis (CONFERE).
Con un templo completamente engalanado con hermosos adornos florales, dieron la bienvenida a más de 40 religiosas de los diferentes Institutos y las comunidades de vida Consagrada que trabajan pastoralmente en la Arquidiócesis de Puerto Montt, con motivo de celebrar la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, día de la Religiosas y Consagrados.
El pastor arquidiocesana en su homilía, agradeció la presencia de las religiosas en distintos ámbitos del quehacer como “la educación, la salud, la evangelización misionera, la ayuda social con los adultos mayores, con los jóvenes y niños, en fin, en cada rincón de este largo y extenso territorio de nuestra arquidiócesis”.
Igualmente, agradeció su humildad y obediencia recordando que ellas siguen el ejemplo de la Virgen María, optando por una vida de pobreza y castidad. Además hizo un llamado la comunidad a valorar los dos Monasterios, de vida contemplativa, que existen en la arquidiócesis: las hermanas Carmelitas y las Adoratrices, ya que son verdaderos pulmones de oración.
En el momento del ofertorio hermanas de diferentes congregaciones entregaron cruces que identifican cada congregación, como signo de unión ante el altar. Según la presidenta de la Conferre, Hermana María de los Ángeles Carrera, de la Congregación Hermanas de la Caridad Cristiana Hijas de la Bienaventurada Virgen María de la Inmaculada Concepción, “hoy es un día de mucha hermandad entre las diferentes comunidades, porque pese a tener diferentes carismas nos une el servicio a Dios y la Iglesia”.
Al finalizar la Eucaristía, todas las religiosas, se dirigieron a compartir un almuerzo en las dependencias del Colegio Inmaculada Concepción para continuar celebrando su día.
Vivir una experiencia para toda la vida
Para la hermana María Cabos, Hermana de la Caridad del Sagrado Corazón de Jesús, española, ella nos cuenta que su vida como religiosa es un regalo divino, lleva 58 años educando a niños, “soy feliz porque me entregué a Cristo y Cristo me ayuda para que no sufra por la distancia de mi familia de sangre, sino me alegre con mi familia de acá de Chile, renuncie a mi país yo no he ido, porque quiero quedarme aquí para siempre y esto le doy gracias a mi querido esposo, Jesús”.
La hermana Yovana Díaz, Hija de la Divina Providencia, da gracias por 36 años de servicio, hoy trabaja pastoralmente en la ciudad de Frutillar en la Escuela Nº49 Madre de Dios, ella manifiesta que está muy contenta con la misión que el Señor le ha preparado en diferentes lugares como México, parroquias, colegios y ahora en la escuela. Ella recalca la importancia “hay que orar por las vocaciones porque existe mucha necesidad de jóvenes valientes”.
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Puerto Montt, 16-08-2008