Mons. Pablo Lizama entrega Mensaje de Pascua de Resurrección
A medianoche hemos echado al vuelo las campanas de nuestras iglesias, hemos cantado nuestros aleluya, anunciando al mundo que Cristo ha vencido lo más negativo que tiene el hombre, que es la muerte.
Cristo afronta la muerte, Cristo afronta el dolor, Cristo afronta la violencia, pero la vence con su Resurrección.
Sus llagas ya no son purulentas, sino llagas gloriosas, de donde brota la vida; su costado abierto ya no es una gran herida, sino que es un torrente de gracia y de salvación para cada uno de nosotros.
Cómo no alegrarnos, cómo no invitar a los niños que se alegren con esos huevitos, con ese chocolate que toman; pero que se alegran con un fundamento, porque Cristo a vencido a la muerte, porque Cristo ha Resucitado, porque Cristo ha vencido la violencia, el egoísmo, la traición, ha vencido todo lo más malo del hombre; para mostrarnos un camino de amistad, para mostrarnos un camino de bien, de cercanía con Dios Padre, de amistad, de vencimiento de nuestro propio pecado que nos encierra, que nos dificulta nuestra relación con el prójimo, especialmente en la familia.
Yo les deseo que tengan una ¡Feliz Pascua de Resurrección!
Es tan grande este concepto de que Cristo ha vencido a la muerte, que no lo podemos reflejar en un solo día, un día domingo, hoy de Resurrección con una Misa triunfal, con un concierto de Cristo Resucitado, va mucho más allá. Y es por eso, que todo este tiempo de Pascua de Resurrección se extiende por una semana, y día a día la Iglesia, en sus Misas, hará notar esta alegría como si fuera el mismo domingo de una Pascua de Resurrección.
Yo les deseo que el Señor los bendiga con la alegría propia, una alegría profunda, una alegría que va más allá de las dificultades económicas, una alegría que va más allá de una enfermedad, una alegría que va más allá de una dificultad familiar; la alegría profunda que puede dar la Pascua de Resurrección, que nos capacita mejor para afrontar todas las alegrías que cada hombre, cada mujer se merece.
Que Dios los bendiga con una ¡Feliz Pascua de Resurrección!
† Pablo Lizama Riquelme
Arzobispo de Antofagasta
Antofagasta, 23-03-2008