El arzobispo de Puerto Montt llamó al clero a transparentarse en el ejercicio pastoral y superar la tentación del autoritarismo que aísla de la comunidad y de la colaboración con los demás miembros de la Iglesia
Una multitudinaria asamblea participó de la Misa Crismal realizada en la Catedral de Puerto Montt, el miércoles 19 de marzo. En esta fiesta Eucarística el señor Arzobispo, monseñor Cristián Caro bendijo los Santos Oleos y consagró el Santo Crisma, por eso se llama Misa Crismal. También los sacerdotes de la Arquidiócesis renovaron sus promesas sacerdotales, que hicieron el día de su ordenación, como signo de fidelidad y deseo de configurarse cada vez más con Cristo, sacerdote, profeta y Buen Pastor. de celebrar la renovación de los votos sacerdotales y la de los Santos Oleos.
El pastor arquidiocesano resaltó en su homilía, la importancia de la renovación de las promesas sacerdotales que realizó el clero en pleno. “En efecto, por la Sagrada Ordenación, cada uno de nosotros -sacerdotes y también diáconos- hemos sido ungidos por el Espíritu Santo para anunciar el evangelio a los pobres, y enviados al mundo a proclamar la liberación a los cautivos, la vista a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor. Podemos decir en verdad que somos otros Cristos, pues hemos recibido –por manos del Obispo- la unción del Espíritu Santo, que procede del Padre y de Jesucristo, el Ungido por excelencia. La unción con el Santo Crisma –en las manos de los sacerdotes y en la cabeza del Obispo- significa nuestra identificación con Cristo, Sacerdote y también Hostia ofrecida”.
Posteriormente, el Arzobispo junto a los sacerdotes procedieron a la Bendición del Óleo de los enfermos y del Óleo de los catecúmenos. Se consagró además el Santo Crisma. Algunos diáconos acompañados por seminaristas, futuros sacerdotes, se acercaron al altar para presentar al Arzobispo las ánforas que contienen los aceites para bendecir los óleos y consagrar el Sagrado Crisma; también se presentaron los aromas para la confección del Crisma.
Otro momento de solemnidad que se vivió en la Eucaristía fue cuando se invitó a la familia de los sacerdotes, religiosos y seminaristas a que se acerquen al altar y a un representante por familia se le entregó un cirio y una estampa con la oración por las vocaciones, la cual fue rezada por toda la asamblea implorando al buen Dios que siga bendiciéndonos con abundantes vocaciones.
Finalmente, el seminarista guía de la Eucaristía se dirigió a la asamblea agradecido por la participación deseándoles vivir una Semana Santa en familia “Una vez más hemos sido testigos del Amor gratuito de Dios para con el hombre, alegres y agradecidos por la participación en esta Eucaristía en que acompañamos a nuestros pastores, y el mismo Señor nos ha alimentado con su Cuerpo; vayamos a vivir ahora los misterios de Semana Santa en nuestra vida cotidiana”.
Fuente: Comunicaciones Puerto Montt
Puerto Montt, 19-03-2008