Villarrica, 10 de septiembre de 1999
Señor don Ricardo Núñez Muñoz
Presidente del Partido Socialista de Chile
Presente
Estimado Sr. Presidente,
Le ruego disculpar la demora con la cual respondo a la carta que me dirigió con fecha 19 de agosto como Presidente del Partido Socialista de Chile, y en especial a nombre de los miles de católicos que su Partido registra entre sus militantes.
Como Ud. bien lo expresa, nuestra Iglesia ha querido manifestar un profundo respeto a todos los ciudadanos del país. En momentos difíciles ha ayudado en la defensa de sus derechos a los más desprotegidos y perseguidos, cualesquiera que hayan sido sus opciones políticas, sus convicciones religiosas y la pasión con que las hayan expresado. Amándolos y respetándolos a todos, la Iglesia ama y respeta a Dios, su Padre y Señor.
La Iglesia Católica quiere consagrar sus mejores esfuerzos al anuncio de Jesucristo, y a suscitar la adhesión a Él y a su Evangelio. En su aplicación a lo social, ella alienta a los católicos a conocer la doctrina social de la Iglesia, a ser coherentes con ella, y a asumir en conciencia sus compromisos temporales, de manera que participen en la construcción de la sociedad vigorosamente según el corazón y las enseñanzas de Cristo, contando con el respeto y el apoyo de su Iglesia.
En ese mismo espíritu, la Iglesia se empeña en propiciar y apoyar iniciativas que contribuyan a sanar las heridas del pasado. Por eso invita a todos, incluso a los que más han sufrido, a aportar su cuota de respeto, de dolor, de perdón y de benevolencia. También por esta razón aprecia y promueve el diálogo entre quienes buscan la verdad, la justicia y la paz, lejos de toda difamación e intolerancia.
Cuando uno de sus miembros causa un gran malestar, ya sea porque se aparta realmente de este camino o porque su manera de intervenir da la impresión de alejarse de él, la Iglesia siente un gran dolor y, con el debido respeto a la libertad, busca los medios más aptos para reencaminar las cosas adecuadamente. Esto es tanto más necesario, cuanto más pública y representativa es la persona que ocasiona o causa el problema.
En lo que se refiere a su gentil invitación, con gusto la aceptamos, de manera que podamos intercambiar opiniones con respeto y altura de miras sobre los temas de fondo que más nos interesan, y que tienen ahora mayor actualidad. Con ocasión de una de las próximas reuniones del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal, podríamos concertar una reunión con algunos Obispos.
No quisiera dejar pasar esta oportunidad sin manifestarle nuestro reconocimiento por haber retirado la querella contra el Pbro. Raúl Hasbún de los Tribunales de Justicia aún cuando no fue posible llegar a un avenimiento. Pero un juicio no hubiera sido de provecho para el país.
Termino estas líneas, pidiéndole al Señor que bendiga todo lo que emprenda para el bien de nuestra Patria. Lo saluda afectuosamente,
† FRANCISCO JAVIER ERRAZÚRIZ OSSA
Arzobispo de Santiago
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile
---
Partido Socialista de Chile
Santiago, 19 de agosto de 1999
Monseñor
Francisco Javier Errazúriz, Obispo de Santiago y Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile
Presente
De mi más alta consideración:
Le escribo en mi calidad de Presidente del Partido Socialista de Chile y en especial a nombre de los miles de católicos que militan en las filas de nuestro partido.
Tal como se lo señalara telefónicamente, deseo expresar a usted y por vuestro intermedio a todos los obispos de la Conferencia Episcopal, nuestro profundo malestar por las injuriosas expresiones públicas, cargadas de animosidad y odio en contra del socialismo y los socialistas, proferidas el día de ayer por el presbítero Raúl Hasbún en el marco de una ceremonia realizada en la Universidad Bernardo O Higgins.
En nuestra opinión, el señor Hasbún ha caracterizado sus prédicas por revelar sentimientos impropios en un sacerdote católico. Sus contenidos contravienen el espíritu de reconciliación que la Iglesia ha sostenido invariablemente en aras de la unidad del alma nacional. Ayer, el país presenció imágenes que efectivamente nos retrotraen a los momentos más duros y difíciles que vivió el país en el pasado.
Estas actitudes no son, desgraciadamente, nuevas. Desde hace años el mencionado sacerdote lanza injurias acerca de personas que no comparten sus puntos de vista, miente a propósito de sensibles momentos de la historia nacional y tergiversa el pensamiento de miles de chilenos, en abierta contradicción con la actitud de tolerancia y respeto en la que la mayoría nacional y, en particular la Iglesia Católica, se haya comprometida. La conducta reiterada del señor Hasbún se aleja notablemente de aquella que observáramos por parte de la Iglesia, cuando ésta defendió los derechos humanos de todos los chilenos que sufrieron vejaciones en el gobierno militar.
No es nuestro ánimo defendemos de imputaciones injustas, injuriosas y que revelan ignorancia sobre los cambios ocurridos en nuestra sociedad y en el mundo. El país es testigo de nuestra constante voluntad patriótica y en defensa de principios que compartimos con la Iglesia Católica, como son la lucha contra las desigualdades sociales y la voluntad de respeto a los marcos democráticos que permiten la convivencia civilizada entre los chilenos.
Permítame solicitarle a Ud. y a la Conferencia Episcopal la posibilidad de intercambiar opiniones sobre los temas de fondo develados en las lamentables expresiones del señor Hasbún, con la altura de miras y el respeto que sentimos por las enseñanzas y valores que representa la Iglesia Católica. A nuestro juicio, sena positivo que un intercambio de esa naturaleza pudiera producirse, dada la indiscutible influencia que la iglesia católica tiene en la sociedad chilena y la necesidad de establecer bases de convivencia más sólidas entre instituciones que son esenciales para la vida y el progreso del país.
Al finalizar, deseo expresarle mi profundo agradecimiento por las expresiones vertidas por usted en relación a este lamentable y triste episodio. Ellas revelan sabiduría y prudencia que los socialistas valoramos profundamente.
Sin otro particular y reiterándole la seguridad de mi más distinguida consideración, saluda atentamente a usted,
Ricardo Núñez Muñoz
Presidente
Partido Socialista de Chile
Villarrica, 10 de septiembre de 1999