Santiago, 27 de agosto de 1999
1. Hace unos pocos días inició sus conversaciones la “Mesa de Diálogo”, convocada por el Sr. Ministro de Defensa, para sanar heridas profundas de nuestro pasado, que aún permanecen abiertas.
2. La Iglesia católica apoya dicha iniciativa, y espera que todos fomentemos un clima de respeto, sinceridad, mutua confianza y benevolencia, que facilite el diálogo y cree las condiciones necesarias para una auténtica reconciliación.
3. Unas expresiones pronunciadas por el P. Raúl Hasbún Z., en un acto interno universitario, que fueron parcial y ampliamente difundidas por algunos medios, ocasionaron un gran revuelo, que redundó en un clima de acusaciones, descalificaciones graves y discusiones.
4. Es importante señalar que, si bien no fueron oportunas las opiniones vertidas por el P. Raúl Hasbún, y se puede disentir tanto del contenido como de las palabras utilizadas en algunas de ellas, el P. Hasbún ha señalado que no tuvo intención alguna de injuriar a nadie ni de referirse a personas.
5. Los hechos señalados no disminuyen en nada la gratitud que guarda nuestra Iglesia y muchísimos chilenos al P. Raúl Hasbún por numerosas iniciativas y actuaciones suyas. Aunque también existen quienes no comparten sus opiniones, ellas no son razón para injuriarlo. Tratándose de un sacerdote, la Iglesia de Santiago le prestará la asistencia jurídica que necesite para que pueda defenderse en la querella que se ha presentado en su contra.
6. Todo sacerdote, en situaciones difíciles, quisiera poder conversar con su Obispo privadamente, en un clima de respeto y confianza, lejos de toda presión y publicidad. Así lo entiende Mons. Francisco Javier Errázuriz, y en ese clima ocurren sus conversaciones con el P. Raúl Hasbún.
7. La situación vivida en la última semana, a raíz de este caso, deja en evidencia que muchas de las divisiones y antagonismos de nuestra sociedad persisten. Esto es lamentable y doloroso. Como Iglesia, no cabe sino reiterar el llamado de nuestros Obispos al entendimiento y al diálogo.
Dios quiera que este amplio clima de confrontación se supere, reconociendo los errores cometidos y respetándonos en nuestras diferencias. Hoy más que nunca debemos tener en cuenta las virtudes de la prudencia y la tolerancia, por el bien de Chile.
Departamento de Opinión Pública del Arzobispado de Santiago
