Punta de Tralca, 15 de mayo de 1998
1. Entre el 11 y el 15 de mayo de 1998, en la Casa de Ejercicios de Punta de Tralca, se realizó la 75ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile.
Tres de sus 34 Obispos miembros no pudieron participar debido a problemas de salud.
A la sesión inaugural asistió el Sr. Nuncio Apostólico, Mons. Piero Biggio quien trajo un saludo a los participantes de la Asamblea.
El lunes 11 en la tarde y el martes 12 en la mañana se dedicó a una reflexión espiritual animada por Monseñor Estanislao Karlic, Arzobispo de Paraná y Presidente de la Conferencia Episcopal de Argentina.
2. El tema central de esta Asamblea fue revisar la misión que nos corresponde a los pastores ante el proceso de cambios que nos interpela en la actualidad, en el marco de las Orientaciones Pastorales 1996 2000.
3. La Iglesia está preparando el Jubileo del Año Santo 2000 y desea que éste sea ocasión de una profunda renovación personal y comunitaria.
El Santo Padre, en la Exhortación Apostólica “Tertio Millennio Adveniente”, nos ha invitado a un serio examen de conciencia, para que como pastores del tercer milenio examinemos nuestros errores y podamos ayudar a nuestros fieles a descubrir los signos del Espíritu de Dios presentes en las situaciones de nuestro tiempo.
Nos preguntamos qué haría Jesús hoy en nuestro lugar.
Esta Asamblea se preparó con mucho esmero. Con anticipación se hizo una encuesta a los obispos acerca de los puntos que se deseaba que fuesen tratados, los que se agruparon en tres grandes temas:
1. El cambio cultural y sus consecuencias en la vida religiosa;
2. El cambio cultural y sus consecuencias éticas en la vida personal y social; y
3. El sistema económico y sus consecuencias.
Los Obispos que desearon intervenir en algunos de estos temas se inscribieron previamente y enviaron sus ponencias por escrito. Con ellas se confeccionó un Documento de Trabajo y se estudió esos temas en sesiones de comisiones y luego, en un plenario, que recogió la reflexión de los grupos.
4. No hay duda que se vive una situación muy cambiante en el mundo de hoy, y que el ser humano experimenta una soledad interior y busca respuestas válidas a sus múltiples interrogantes.
Esta situación interpela a la Iglesia en su anhelo de servicio al hombre y por eso se propone anunciar el mensaje de Jesús con una actitud dinámica implementando una promoción real y efectiva de los laicos en la vida eclesial, educando en las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad y fortaleciendo la comunión y participación al interior de la Iglesia.
5. El cambio cultural ha traído como consecuencias éticas, una acentuación del relativismo, del secularismo y del consumismo.
No es fácil buscar respuesta a este fenómeno actual, pero es importante descubrir los aspectos positivos de la nueva cultura, sin dejar de denunciar los signos negativos de que ella es portadora.
Es indispensable generar una Iglesia misionera capaz de dar razón de nuestra conducta cristiana, intensificar la catequesis, la formación sacerdotal, el matrimonio y la familia, la educación y los medios de comunicación social, dando una especial importancia a la formación ética, especialmente a los grupos más frágiles estando muy atentos a los síntomas de corrupción que comienzan a aparecer entre nosotros.
6. En cuanto a las consecuencias del modelo económico, no hay duda que nuestra gran tarea de pastores es ayudar a buscar el cumplimiento de los grandes principios de la Doctrina Social de la Iglesia, interrogándonos acerca de cuál es el modelo de sociedad que queremos ayudar a construir, para que en ella el hombre sea feliz y viva sin temores.
La inadecuada aplicación del modelo económico ha conducido a una deshumanización, a una cultura del “tener” más que del “ser”, a una sobrevaloración del individualismo y a una iniquidad en la distribución de los bienes.
En Cuba, recientemente, el Papa habló del “Evangelio Social de la Iglesia”. Es urgente dar a conocer por todos los medios posibles el contenido de ese Evangelio Social, para que, mejor conocido por los cristianos y especialmente por ¡os constructores de la sociedad, pueda ser mejor aplicado.
Es importante insistir en la animación de la cultura de la solidaridad y procurar crear un estilo de vida marcado por la sobriedad.
La Iglesia tiene una palabra que decir ante las consecuencias injustas que se desprenden del modelo económico.
7. El Encuentro Continental de Jóvenes ocupó también un tiempo de reflexión de los Obispos, analizando el estado en que se encuentra su preparación y los pasos que aún quedan por dar. Se lamenta que el Santo Padre no pueda estar físicamente presente entre nosotros en razón del gran esfuerzo que significaría para su salud, pero se hará representar por un Cardenal con la misión de ser su Legado.
Saludamos a todos los jóvenes de nuestro país y les invitamos a participar en el Encuentro Continental exteriorizando la alegría de estar juntos como comunidad juvenil del Continente, en tomo a Jesucristo.
Se conoció los resultados de una encuesta relacionada con el aporte del 1 % de los ingresos de los fieles como Contribución a la Iglesia y el desafío que implica una mejor conciencia de los católicos en esta responsabilidad.
En las sesiones dedicadas a los Asuntos Varios se vieron otros aspectos del quehacer ordinario de la Conferencia Episcopal, ratificándose la fecha y el tema de la próxima Asamblea.
El jueves 14 se contó con la presencia del Señor Cardenal Carlos Oviedo Cavada a quien se le rindió un homenaje de gratitud por su servicio prestado a la Conferencia Episcopal. La concelebración eucarística que contó con la participación de otros Obispos eméritos se ofreció por el Señor Cardenal.