Entre el 15 y 19 de abril en Punta de Tralca se ha realizado la 71ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal.
En la tarde del día 15 se contó con la visita del Sr. Nuncio Apostólico, Mons. Piero Biggio, y luego de escuchar su palabra y de aprobar el Programa general de la Asamblea, se pasó a un tiempo de meditación y oración centrado en el tema de la Resurrección de Jesús.
A partir del día martes 16 la reflexión estuvo centrada en la manera de implementar las Orientaciones Pastorales de la Iglesia en Chile, en concordancia con lo que el Santo Padre nos pide en la “Tertio Millennio Adveniente”, Carta Apostólica en la que invita a realizar una preparación para la celebración del Jubileo del año 2000.
Con el fin de cumplir con este objetivo se comenzó reflexionando sobre las propuestas de acción para la Comisión Pastoral del Episcopado y sobre la forma de realizar en nuestro país la sensibilización sobre el Jubileo del Año 2000 (año 1996) y la celebración del trienio preparatorio (años 1997-1998-1999).
Para lograr eficacia en este trabajo pareció necesario analizar más a fondo la realidad concreta de nuestro país desde distintos aspectos.
Se estudió el fenómeno religioso en el mundo popular analizando los aspectos positivos del mismo y los desafíos que presenta a la acción evangelizadora de la Iglesia.
Se estudiaron también las grandes tendencias que presenta la sociedad contemporánea y las preocupaciones del hombre de hoy, en consonancia con las orientaciones Pastorales.
La Asamblea Plenaria deliberó sobre el tema de la educación y tomó conocimiento del reciente Decreto 40/96 del Ministerio de Educación sobre los Objetivos Fundamentales y Contenidos Mínimos Obligatorios de la Educación Chilena.
Al respecto ha parecido oportuno expresar la satisfacción por el reconocimiento de la libertad de enseñanza manifestada en el citado decreto y, sobre todo, por la presencia explícita en él de la intención del Gobierno de postular una formación valórica de los alumnos a través de los Objetivos Transversales.
Esto es coherente con la posición de la Iglesia que siempre se ha esforzado por defender la libertad de enseñanza y la formación integral de los alumnos.
El tema de la evangelización de la cultura nos llevó a reflexionar acerca de la relación de la cultura con la conciencia religiosa, de la posibilidad del diálogo entre la fe y la cultura, de la manera de realizar una pastoral de la cultura y también una pastoral sobre la cultura de la solidaridad. Todo esto en relación con las Orientaciones Pastorales (Nºs. 49 a 72).
Muchos son los temas de la realidad nacional que preocupan a los Obispos:
El problema del alcoholismo y la drogadicción fomentado por un creciente y alarmante narcotráfico.
El consumismo desatado y la pobreza de tantos hermanos. Las a veces tensas relaciones entre el mundo empresarial y laboral. Los problemas derivados de un salario mínimo que no alcanza a cubrir las necesidades básicas del ser humano.
Los problemas de la educación y la familia, agravados por la pequeñez de las viviendas que dificultan una vida verdaderamente familiar haciendo de la calle el lugar de la vida de los hijos.
En síntesis: Hay una gran preocupación por el tema de la calidad de vida, el cual reviste muchos aspectos, que de alguna manera están interpelando al quehacer pastoral de la Iglesia en los próximos años.
Expresamos la confianza en que el Señor de la Vida nos ayude a dar una respuesta de fe a las inquietudes del hombre de hoy.
Punta de Tralca, 19 de abril de 1996
