Ante la desorientación causada por la noticia de la aprobación, en su primer trámite, por la Cámara de Diputados de la “despenalización del adulterio”, y ante los interrogantes que plantean numerosas personas, los Obispos del Comité Permanente del Episcopado de Chile, expresamos:
1.- Dicha despenalización corre el riesgo cierto de ser entendida como una legitimación de ese delito, contribuyendo así al debilitamiento del deber de plena fidelidad entre los esposos, requisito básico de la unión matrimonial.
2.- De este modo, la aprobación de dicho proyecto puede convertirse en un símbolo de una tendencia que relativiza los valores morales naturales sobre los que se asienta una sociedad sana.
3.- Aun cuando la despenalización del adulterio llegara a ser legislada por el Parlamento, no por eso dejaría el adulterio de ser un grave delito, tanto civil como moralmente condenable.
4.- Reiteramos nuestra preocupación para que se conceda todo el apoyo social, jurídico y económico en orden a fortalecer la familia, sobre la base del indisoluble vínculo matrimonial, de la fidelidad, y del respeto sin condiciones a la vida y a las personas.
5.- Expresamos nuestro apoyo a los Parlamentarios católicos que han dado testimonio de su fe al defender en el Parlamento la unidad y fidelidad del matrimonio, tal como lo ha enseñado Jesús y el Magisterio de la Iglesia.
Santiago, 14 de abril de 1993
Por el Comité Permanente del Episcopado
† Fernando Ariztía Ruiz
Obispo de Copiapó
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile
† Cristián Caro Cordero
Obispo Auxiliar de Santiago
Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile